Froebel Y El Jardín De Niños

“Vengan, convivamos con nuestros pequeños”.

Federico Froebel y el movimiento alemán del jardín de niños

1. En un período de grandes cambios sociales el Jardín de Niños representó para algunos reformadores políticos la posibilidad de alentar el cambio social sin violencia pues creían que al educar a los niños adecuadamente podrían participar de una manera más cooperativa en la sociedad; otros lo percibían como un espacio en el que se gestaban las conductas que darían paso a transformaciones sociales y políticas más radicales. De acuerdo con Froebel, ¿qué función debía cumplir esta institución?

Era un modelo de institucionalización de la infancia contrapuesto al modelo de guardia, protección y vigilancia de los niños, que rescataba la importancia de la educación de la madre, de forma natural a través del juego y canciones como método de enseñanza. Se concebía como un medio para fomentar la armonía social, que legitimaba la educación extrafamiliar. Su función en gran parte fue inculcar actitudes de cooperación y autocontrol voluntario.

El principal objetivo de Froebel era fortalecer la cultura popular y enriquecer el aprendizaje y desarrollo de los niños mediante el fomento y ampliación de las primeras relaciones íntimas de juego entre los adultos y los niños; haciendo que las madres y maestras participaran activamente en los juegos de los chicos y evitando que permanecieran apartadas de ellos como figuras adultas de autoridad.

2. Durante la segunda mitad del siglo XIX el origen del proyecto educativo de Froebel se fundamentó en la idea de que los niños pequeños carecían de una educación adecuada a su edad y en la relevancia fuera del ámbito familiar, ¿qué posibilidades representó esta nueva propuesta para revalorar la educación infantil?, ¿cuáles fueron los factores que influyeron para que dicho proyecto pudiera desarrollarse y expandirse?

Esta innovación pedagógica de Froebel superó los temores a enseñar a los niños a tan temprana, pues él ideó una atractiva instrucción académica, más que una escuela, una forma más natural de enseñarle a los niños.

Él pensaba que la educación debería ser “pasiva y conforme” al desarrollo natural y no “categórica y prescriptiva”, por lo que se oponía al apresuramiento de los niños a la vida: “el niño, el muchacho, el hombre de hecho, no debe conocer otro deber que el de estar en cada etapa de desarrollo con todo lo que esa etapa demanda”.

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