GEOGRAFÍA Y FORKLORE PERUANO
Enviado por Elizabeth Huamani • 15 de Abril de 2016 • Monografía • 1.778 Palabras (8 Páginas) • 176 Visitas
CAPÍTULO II
GEOGRAFÍA Y FORKLORE PERUANO
L a realidad del Perú consta al ver este país desde todos los puntos de vista, al ver la indignante situación en la que este país se encuentra. En este capítulo abordaremos un análisis despiadado, casi blasfemo, de sur instituciones, mitos y costumbres, la compañía del negro hacia los invasores desde el origen del país.
2.3. Imaginario y religioso y esclavitud
La importancia del elemento negro en el Perú fue de gran importancia desde la exploración de las Costas del Pacífico Sur hasta la captura de Atahualpa en Cajamarca, el negro acompaño al ibérico invasor, entendiéndose este como Rostoworowski, Mariátegui y Aguirre (2000) mencionaron: “… fue su compañero en la penuria y en el hambre, compartió con él las zozobras y enfermedades durante el penoso reconocimiento de la tierra.”(p.27).
Los negros fueron esos desconocidos personajes que auxiliaron con sus esfuerzos y trabajos la epopeya de la conquista del Nuevo Mundo; mientras los invasores se cubrían de gloria, sus desconocidos compañeros vivieron y murieron en el más completo olvido y anonimato.
Así mismo, Bauser (2000), sostiene que:
Entre 1527 y 1537 la corona otorgó a distintas personas más de 30 licencias para portar negros, que sumaron por lo menos 363 esclavos y de ellos 259 pertenecieron a Pizarro y a sus compañeros, también se dio licencia a una veintena de negros para la construcción de puentes, caminos y otros trabajos (…) De la misma manera otros españoles deseaban acudir al Perú atraído por las noticias del oro y en 1535 se embarcaron en Panamá 600 ibéricos con 400 negros rumbo al Perú, hacia 1550 el número de negros ascendía a unos 3000, la mitad habitaban en Lima y con el tiempo fueron aumentando; esta suma no consideraba mujeres de color. La mayoría de los esclavos trabajaban largas jornadas, eran sometidos a frecuentes castigos. Como aportes al Perú fue su gastronomía, su género de música, influencia religiosa, entre otros. (pp. 28-29).
Varios negros fueron traídos al Perú de manera forzada en condición de esclavos en los siguientes 300 años, estos eran extraídos de sus lugares de residencia, introducidos en barcos negreros transportados a miles de kilómetros en condiciones miserables. Esto se convirtió en unos de los negocios más rentables, eran obligados a trabajar para la construcción de puentes, caminos, entre otros trabajos. Vivían en una situación miserable, sin ningún derecho social ni esperanzas de mejoras en la calidad de vida. Como aportes trajeron los picarones, los tamales, sus danzas, su culto al señor de los Milagros, entre otros.
Al comenzar el siglo XIX se crea nuevo aires ideológicos como sostiene Rostoworoswki, Mariátegui y Aguirre (2000) quienes afirman que: se abre la llamada era de las revoluciones La ilustración y La Revolución Francesa nos traen la promesa de igualdad y fraternidad, al tiempo que se inicia una ofensiva contra la esclavitud, que empieza hacer considerada por muchos como una aberración contra la humanidad o más cínicamente, un obstáculo para el desarrollo industrial y capitalista. Incluso lucharon por su libertad fugándose de su esclavitud, forjando pueblos y aldeas llamados palenques, a toda costa esa fue su primera y particular independencia. (p.70.).
En estas época se estaban empezando a murmurar de las revoluciones que traían igualdad para todos los seres humanos, que tengan los mismo derechos todas las personas, las personas se dieron cuenta que no era adecuado la esclavitud. Se estaban empezando a crear actividades para disminuir el esclavismo a nivel mundial. Los esclavos lucharon por su libertad con la independencia del Perú disminuyó el número de esclavos en el país.
Un negro importante en la religión fue San Martin, como sostiene Rostoworoswki, Mariátegui y Aguirre (2000) quienes afirman que: San Martin de Porres no sólo curaba y daba atención a los enfermos sino que su ministerio se extendía a los animales, a quienes cuidaba y cuyas heridas curaba. Tenía diríase, un especial don de comunicación con los animales sufrientes, a quienes extendía el gesto generoso, en tiempos en que no existía la veterinaria. La vida de San Martin se caracterizó por la calma y el sosiego, pese a su dinamismo, que lo hacía recorrer a Lima de un extremo a otro, de malambo a santo domingo, de este a la Recoleta, Limatambo o al Olivar. Las visitas a los humildes hogares y hospicios de los pobres y las gentes de color distribuidos en el centro y el entorno de Lima. (pp. 57- 58 -59).
San Martin de Porres curaba a los enfermos, tenía un gran aprecio a los animales, algunos pensaban que tenía el don de la comunicación con animales como San Francisco de Asís podía dialogar con los animales (síndrome de Dolittle para los psicopatólogos acuciosos de hoy. Visitaba sobre todo a los más pobres y necesitados, a quienes no dudaba en regalar la ropa de los enfermos. Su preocupación por los pobres fue notable. Se sabe que los desvalidos lo esperaban en la portería para que los curase de sus enfermedades o les diera de comer. La caridad de Martín no se circunscribía a las personas, sino que también se proyectaba a los animales, sobre todo cuando los veía heridos o faltos de alimentos.
En conclusión, podemos afirmar que los negros estuvieron en el Perú desde la llegada de los invasores, el papel de los negros fue tan fundamental. Ellos fueron tratados miserablemente sin tener ningún tipo de derecho, trataron por sus propios medios obtener libertad, con la revolución francesa les dio una esperanza. La lucha contra la esclavitud fue una causa que se extendió a lo largo de varios años.
2.4. La africanía en América
El negro encuentra en nuestro continente, materiales semejantes a los de su tierra y fábrica otros en forma artesanal que perduran hasta nuestros tiempos, en este sentido Rostoworoswki, Mariátegui y Aguirre (2000) mencionaron: “…dentro del grupo de los idiófonos, están los tubos de bambú, llamados quitiplás en Venezuela, las tejolas y palillos en Perú afirmando que el cajón es uno de sus últimos supértites.” (p.87).
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