Gallito Jazz

La vida de los pollos como debe ser

Esta es la vez número 32 que mamá Gallina pone huevos. Uno a uno los pollitos van rompiendo el cascarón, y se asoman los pequeños, todos amarillitos, tiernos, pequeñitos, bien portados y predecibles. Un pollo hace lo que un pollo debe hacer, nada más; esto es: convertirse en gallina si es pollita o en gallo si es pollito. Y en ambos casos deben vivir en el gallinero, mirando el suelo procurando su comida, despertando temprano y acostándose tan pronto se ponga el sol.

Un pollo diferente

¿Pero qué pasa cuando de los huevos sale un pollito diferente? ¿Un pollito que demora más de esperable en romper el cascarón? ¿Un pollito que no tiene los mismos intereses que los demás pollos? ¿Un pollito que sueña con volar y cantar? ¿Se permitirá en el gallinero a un pollito con notorias señales de diversidad? ¡IMPOSIBLE!

Papá Gallo espera, por supuesto, lo esperable. Con años de dar vida a polluelas, ansía un pollo varón a quien enseñarle sus labores y que, una vez convertido en gallo, se haga cargo del gallinero. El hijo ideal deberá proteger a las gallinas y sus crías, además de cantar en las mañanas para anunciar la llegada del día. Pobre papá Gallo, no conoce la palabra cambio, no sabe lo que son los sueños y los anhelos, ni le interesa enterarse.

¿Gallito Jazz?

Pero, "héte aquí", como diría una gallina vieja, que el polluelo que acaba de nacer, a quien todos llaman Gallito (precisamente por aquello que de-be-ría-ser) nace con otras inclinaciones y aspiraciones. Tan pronto sale al mundo (el cuadrante del gallinero) se interesa por el canto de los pájaros.

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Embelesado descubre Gallito el canto de los mirlos y siente gran atracción por imitarlos… de aquí le viene la segunda parte de su apodo: Jazz. Nada tiene que ver el armonioso canto de estos pájaros negros con el grito desafinado de su padre. ¿Por qué, entonces, habría de preferir cantar como él? Y esta no es la única inquietud que le surge Gallito Jazz cuando comienza a cuestionar el mundo. Porque una vez que observa el bello vuelo de los pájaros, no comprende ni se imagina por qué un gallo y sus gallinas prefieren pasarse la vida mirando el suelo. ¿Por qué para papá Gallo la máxima altura es el tejado del gallinero cuando para el resto de las aves la altura no tiene límites?

Pobre papá Gallo

Ayayaiii, papá Gallo ni se espera las preguntas que le pondrán su tranquilo y seguro mundo patas para arriba: ¿Por qué todos deben levantarse con el canto del gallo? ¿Qué pasa con aquel que quiere quedarse más rato en la cama? ¿Qué pasa con aquellos que salieron hasta tarde en la noche? ¿Por qué es malo que los

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