Gestión Y Organizacion
Enviado por solealvarez • 29 de Octubre de 2012 • 709 Palabras (3 Páginas) • 482 Visitas
El mecanismo utilizado por el jefe es una herramienta de adaptación para controlar la carga excesiva de trabajo. Se busca dilatar las respuestas sobre el fondo de los planteos mediante la exigencia de cumplimiento de nuevos requisitos formales no reglamentados o innecesarios. Claramente este método atenta contra los objetivos primordiales de todo órgano judicial, esto es, permitir el acceso a una justicia que solucione de manera rápida y eficiente los conflictos de los justiciables. Sin embargo, aún siendo disfuncional para el resultado del servicio podría tener algunas consecuencias positivas si se aplica en un momento de crisis determinado, mientras se reorganiza la institución y se toman medidas para solucionar de manera definitiva el problema.
Así, entre los pocos aspectos positivos que podemos rescatar de este mecanismo de adaptación ritualista, encontramos el alivio de la tarea diaria de jueces, funcionarios y empleados del órgano, permitiéndoles utilizar el tiempo para resolver otras cuestiones pendientes o de mayor urgencia. Se intenta impedir que el Juzgado colapse, funcionando en una suerte de “piloto automático” y otorgando respuestas estandarizadas a los requerimientos de las partes que, si bien no resuelven su conflicto, dan la sensación de estar avanzando hacia ese objetivo. Y frente a la sobrecarga de demandas que llevaría a cometer errores muchas veces irreparables, podría ser una herramienta menos costosa para la organización y las personas que acuden a ella.
Por otro lado, son muchas más las consecuencias negativas que este tipo de procedimientos puede acarrear al organismo en cuestión. En lo que atañe al cumplimiento de los objetivos, el ritualismo determina que sean las reglamentaciones y los requisitos formales los fines a alcanzar, atentando contra la idea de una administración eficiente. A esto debemos agregar que la existencia de nuevos recaudos creados por el jefe produce incertidumbre, tanto en la gente que trabaja en la oficina como en los destinatarios del servicio de justicia, entorpeciendo la tarea de quienes acuden a la institución en busca de soluciones y no nuevos problemas.
Respecto a las personas que trabajan en el órgano, se advierte una cierta frustración frente a la imposibilidad de brindar soluciones a los problemas planteados, debiendo atenerse a emitir respuestas homogéneas, sin lugar a la innovación o modificación de esos patrones. Ello se agrava frente a la existencia de empleados profesionales que, atados a una tarea poco motivadora, acumulan temas pendientes sin llegar a la finalización de las causas. El tener cada vez más expedientes sin resolver y la falta de premios o recompensas al mérito y dedicación provocan trabajadores cuyo objetivo último se centra en cobrar el sueldo y cumplir la menor cantidad de horas de trabajo, para buscar la satisfacción personal en otro ámbito.
En el área en la que se aplica la metodología analizada
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