Globalización Y Cultura Comunitaria

“En un planeta negativamente globalizado, los problemas más fundamentales son globales y, como tales, no admiten soluciones locales. De ser posible, el único modo de conseguir la reunión del poder y la política será a escala planetaria. Ya no es posible garantizar la democracia y la libertad en un sólo país, ni siquiera en un grupo de ellos; la defensa de tales valores en un mundo saturado de injusticias y poblado por miles de millones de seres humanos a los que se les niega la dignidad corromperá sin remedio los principios que se pretende proteger. El futuro de la democracia y la libertad sólo puede asegurarse a escala planetaria.”

Zygmunt Bauman

Las profundas transformaciones en curso están produciendo redefiniciones en relación a las prácticas ciudadanas, que van mucho más allá de su significado tradicional como expresión de derechos y deberes consagrados. La globalización coloca en el centro de desarrollo el conocimiento y el manejo de la información, papel fundamental de los medios de comunicación que provocan profundas transformaciones en lo público; la fluidez de la circulación del dinero, la información, las imágenes y los símbolos; diluye la idea de ciudadano e impacta en la tradición y la pertenencia.

Está muy extendida la tentación de la comodidad y el negativismo, potenciados hoy por la atracción de la televisión y por la creciente sensación de impotencia del individuo ante la progresiva complejidad de los problemas sociales, que también hace aumentar la irracional creencia de que todo se decide en ocultos grupos de poder contra los que nada cabe hacer.

La convivencia entre los derechos del individuo y los derechos de los grupos, junto a la necesidad de buscar metas comunes que unifiquen en un determinado sentido la acción de los ciudadanos es, probablemente, el reto más complejo ante el que se encuentra la sociedad actual.

Al llegar a este punto, cabe interrogarse por la relación entre ciudadanía y exclusión; Porque si la ciudadanía, incluye por un lado el pleno ejercicio de los derechos y por otro incorpora los nuevos modos de interacción surgidos del mundo mediático y las formas de gestión y asociación; entonces los excluidos, también lo son de la mayor parte de los derechos ciudadanos y el ejercicio moderno de la ciudadanía y son quienes tienen menos posibilidades de participación política en el espacio público, de acceso a ingresos y empleos dignos, de contar con educación de calidad, de buenos servicios sociales y disponer de información oportuna como usuarios y consumidores, de formar parte activa en las redes electrónicas.

Para superar la exclusión y crear oportunidad de progreso y bienestar, los movimientos sociales que logran interpelar a la política y al conjunto de la sociedad, son movimientos contra las violaciones de los derechos humanos, marchas contra el hambre y la corrupción, la discriminación y el abuso de mujeres y niños, movimientos que logran esporádicamente, volver a sensibilizar a los ciudadanos en torno a problemas que trascienden las preocupaciones privadas y particulares de cada cual.

Emergen nuevas formas de ciudadanía, en sociedades de información, gestión e informatización. El ejercicio de ciudadano no se remite solo a disponer de derechos políticos, civiles y sociales, sino también a participar en condiciones de mayor igualdad en el intercambio comunicativo, en el consumo cultural, en el manejo de la información y en acceso a los espacios públicos. Un ciudadano en

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