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Génesis Del Derecho méxicano


Enviado por   •  13 de Marzo de 2013  •  6.673 Palabras (27 Páginas)  •  339 Visitas

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Génesis del derecho mexicano.

1.1. Antecedentes históricos del derecho

El derecho mexicano como tal ha surgido de diferentes acepciones del derecho, comenzando por los códices que se generaron en la época prehispánica, puesto que es aquí donde ya nuestras culturas anteriores, tenía un derecho y una reglamentación a seguir.

En el derecho precortesiano se dieron de acuerdo a las diferentes culturas, tintes de derecho aunque no se tenga la información histórica de la verdadera historia de este derecho, debido a que esta no se plasmó en escritura fonética, sino únicamente en pictografía y códices, es sabido que las leyes que se marcaban eran de derecho verbal y no escrito al igual que las penas a las que se hacían acreedores.

R= en esta parte nos hace mención que el derecho ah estado presente siempre desde nuestros orígenes hasta la actualidad, y ah ido evolucionando día a día.

1.2 Etimología y concepto de derecho

"Derecho deriva de la voz latina directum, de dirigere, dirigir, encauzar, y que significa lo que está conforme a la regla, a la norma. Derecho se dice en italiano diritto; en portugués, direito; en rumano, dreptu; en francés, droit; en inglés, right; en alemán, recht; en holandés reght".

De lo anterior se puede deducir que la palabra derecho "lleva en muchas lenguas la idea de rectitud, corrección, orden, etc".

Para los teóricos del Nostrático (idioma único que se supone habló la humanidad antes del año 12.000 AC !), como el profesor Alexis Rámer, seguro esta coincidencia no es sorpresiva.

Definición del Derecho

Miles son las definiciones que tratadistas, autores, jurisprudentes, gobernantes y estudiosos han dado de lo que quiere decir DERECHO, de lo que es el derecho.

Con la salvedad de las acepciones que hemos mencionado al inicio del manual podemos decir que el derecho es uno solo y, como decía DORANTES, sus definiciones están condicionadas por el ángulo en cual se ubique el sujeto definido para mirarlo.

Traigamos a colación unas de los autores más destacados:

En Roma, por ejemplo, nunca se estableció una diferencia precisa entre las palabras para designar el Derecho (IUS) y la Justicia (Iustitia), razón por la cual encontramos definiciones como la de Celso: "El derecho es el arte de lo bueno y de lo justo".

Para MANUEL KANT "el derecho se reduce a regular las acciones externas de los hombres y a hacer posible su coexistencia". Lo define como "el conjunto de las condiciones por las cuales el arbitrio de cada uno puede coexistir con el arbitrio de los demás, según una Ley universal de libertad".

1.3 La presencia cotidiana del Derecho

Quizá la forma más característica de comunicación humana es el lenguaje, con éste manifestamos nuestro modo de pensar, nuestras emociones y, en general, nuestra visión del mundo. Precisamente en nuestro lenguaje coloquial utilizamos con frecuencia la palabra “derecho”. Así, se han vuelto comunes expresiones “Tengo derecho a...”; “No hay derecho...”; “Es conforme a derecho”; “Por derecho propio...”

Esta circunstancia revela que el Derecho es una realidad que se encuentra presente en nuestra vida y por ello nuestro lenguaje la alude, tengamos o no conciencia de ella. Es obvio que el derecho y con éste los fenómenos jurídicos (del latín iuridicus, lo que atañe o se ajusta al Derecho) afecten directamente nuestra existencia. La pregunta ahora es: ¿Cómo la afectan?

En una primera aproximación, notamos que el Derecho se presenta como una realidad a la que el lenguaje alude, y en la que de forma constante consideramos un hecho la presencia e interacción con los demás, porque cuando nos referimos al Derecho siempre, o casi siempre, queremos reafirmar una situación o estado específico de nuestra persona dentro del grupo social al que pertenecemos. De ahí que cuando decimos “tener derecho a algo”, estamos considerando que podemos actuar de una forma determinada o disponer como mejor nos parezca de determinados objetos o bienes; de igual manera, cuando señalamos que “algo es conforme a derecho”, estamos haciendo referencia a acciones que se justifican o legitiman en función de parámetros que nos indican que esa acción es posible o correcto.

1.4. Función e Importancia del derecho

La función original del derecho

En primera instancia, el hombre requiere de la sociedad por la mera necesidad de supervivencia. Tal circunstancia constriñe al hombre a una vida comunitaria que no sólo se limita a la existencia biológica, pues desde los primeros contactos de éste con su entorno recibe una serie de influencias culturales dadas por el lenguaje y la convivencia que establece con los demás desde el mismo seno materno; esto, evidentemente, dota al ser humano de elementos para interpretar el mundo en que se encuentra. La necesidad de supervivencia es un aspecto que la sola existencia del hombre impone y su condición no permite satisfaga por sí mismo, produciendo una obvia dependencia respecto de los otros. La constatación de este hecho explica, en primera instancia, la presencia de la dimensión social del hombre como una necesidad impuesta en función de su existencia biológica, condición sine qua non para realizar (hacer) su vida.

Las causas biológicas vinculadas con la necesidad de supervivencia, por las que el hombre se desarrolla en sociedad no bastan para explicar su dimensión social. Otra razón propia de la condición humana determina con enorme fuerza tal dimensión, y es que la vida del hombre no se presenta como algo predeterminado, sino que éste se va dando gracias al hacer humano. La vida –opina Recaséns Siches- “...es un hacerse a sí mismo, porque la vida no nos es dada hecha; es tarea; tenemos que hacérnosla en cada instante cada uno de los seres humanos”.

Efectivamente, la vida es un hacer permanentemente, hacer que implica, a su vez, una permanente toma de decisiones, inclusive la decisión de no hacer. Es este constante decidir hacer o no hacer lo que permite identificar el libre albedrío humano, capacidad de optar, que está dada singularmente a la raza humana.

Este hacer, o mejor aún, este decidir u optar que es característico de la vida humana, se convierte en una necesidad que no se agota en el hacer para sobrevivir. Porque el tercer elemento que nos impulsa a lo social es otra característica singularmente humana: la capacidad de proponernos fines propios e individuales, esto es, un hacer distinto del que está motivado por la

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