HUERFANOS EN COLOMBIA

LOS GRANDES PROBLEMAS DE LOS

PEQUEÑOS SIN HOGAR

Los niños huérfanos son los más explotados y desprotegidos en Colombia, según una investigación realizada por Aldeas Infantiles SOS, actualmente viven en el país 845.410 niños en situación de orfandad, los cuales a raíz de la muerte de alguno de sus padres o de ambos, se ven obligados a desarrollar tareas o roles que no se encuentran acordes a su edad.

Uno de los datos que causa mayor preocupación, es que solo en la ciudad de Bogotá 14.887 menores huérfanos figuran como empleados domésticos, es decir, que son acogidos de forma ilegal por una familia que a cambio de hospedaje y comida, los obliga a realizar labores de servicio en la casa. Aunque el Código de Infancia y adolescencia prohíbe claramente que los menores de 15 años trabajen, la investigación realizada por las Aldeas infantiles SOS deja ver que en Colombia existen niños laborando desde los 5 años. Mostrando una vez más que a pesar de que en el país ha habido avances legislativos en cuestiones de protección a la niñez, todavía quedan vacíos en cuanto a leyes que verdaderamente garanticen la protección a los niños colombianos, castigando a aquellos que explotan de alguna manera a los pequeños.

Otro dato alarmante presentado por la investigación, son los 40.000 niños entre los 12 y 17 años que son cabeza de hogar y que a causa de la muerte de ambos padres tienen que hacerse cargo de sus hermanos menores, trayendo como consecuencia el ingreso laboral, sin el beneficio de una remuneración digna y justa para ellos.

El estudio también encontró que 104.679 niños huérfanos están casados o llevan una vida conyugal, muchas veces con el jefe de hogar. Últimamente la sociedad observa que tras la muerte de la esposa (madre), el padre toma como cónyuge a su hija mayor, la cual asume el rol de esposa y madre de sus hermanos. Esta situación se presenta con frecuencia en los departamentos como Vichada, Guaviare y Vaupés. Por otro lado tenemos lo más visto en Colombia, los 17.218 menores que son obligados por alguno de sus padres, familiares o de la persona a cargo, a trabajar en los semáforos. Muchos de ellos estudian y trabajan, teniendo jornadas de 18 horas y aunque todos dicen que se gana bueno, ninguno disfruta del dinero, ya que todo lo entregan a su madre o padre, los cuales son los encargados de administrar la plata.

Pero lo más impresionante y grave de esta situación son los niños que son explotados sexualmente. Los adultos en Colombia crean redes y mafias que se dedican a beneficiarse económicamente, obligando relaciones sexuales a los niños con adultos, sobre todo homosexuales los cuales son los clientes más frecuentes, que pagan muy bien por el cuerpo de estos pequeños.

Para contrarrestar este flagelo, entidades estatales como el Instituto Colombiano de Bienestar

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