Hacia una carrera pública magisterial

HACIA UNA CARRERA PÚBLICA MAGISTERIAL

Actualmente, los maestros del Perú venimos recibiendo la invitación por parte del Ministerio de Educación para postular a la Carrera Pública Magisterial. Hecho que aún, a pesar de todas las bondades que se nos presenta, no logra convencer a la mayoría de los docentes de nuestro país; debido a cierto desconocimiento que existe sobre esta ley y al temor de ingresar a un sistema nuevo en el cual se pueda perder muchos derechos adquiridos con el tiempo de servicio y los años de nombramiento.

Según mi punto de vista, todo cambio es positivo. Más aún, si esto implica una mejora económica y una exigencia por lograr la calidad profesional que tanto se requiere actualmente. La Carrera Pública Magisterial promueve, supuestamente, este gran cambio. Incentiva a los buenos profesionales de la educación para que constantemente se capaciten y respondan a los retos que nuestro Sistema Educativo Peruano requiere cumplir. Pero considero también que las autoridades del Ministerio de Educación y del Gobierno Central, no están siendo del todo claros en la difusión de esta ley pues sólo se nos presenta el lado bueno de las cosas y no se difunde minuciosamente cada detalle que el ingreso a la Carrera Pública Magisterial implica. A esta situación debemos agregar la falta de seriedad en las evaluaciones que aplica el Ministerio de Educación, sin ir muy lejos la última evaluación de nombramiento; en la que de manera escandalosa se manipularon los resultados, dando una pésima imagen y generando la total desconfianza de los docentes que postularon y del público en general. Asimismo observamos como las influencias políticas, económicas o sociales influyen en la segunda fase de la evaluación que se realiza en las instituciones educativas donde postulan los docentes aprobados en el examen. Esto constituye una muestra de las debilidades de nuestro Sistema Educativo que impulsa a la mayoría de los docentes a no caer en las tentadoras ofertas de la CPM y a mantenerse atentos y expectantes ante lo que pudiera ocurrir con aquellos que ya ingresaron.

En conclusión, sólo el tiempo nos demostrará si realmente todos los ofrecimientos y propuestas de esta Ley son realmente positivos para el gran número de maestros que guardan la esperanza de mejorar no sólo su capacidad profesional sino también su situación económica y por ende su calidad de vida.

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