Hacía veinte años que el poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal no visitaba la Argentina
Enviado por Aspah • 22 de Agosto de 2012 • 2.481 Palabras (10 Páginas) • 525 Visitas
Hacía veinte años que el poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal no visitaba la Argentina. No sólo fue uno de los principales oradores en el Tercer Congreso de la Lengua, realizado en Rosario en noviembre pasado, sino también presentó ante sus lectores y amigos argentinos su Antología Poética, editada por Homo Sapiens, que generó la admiración y fervor de sus seguidores. Tuvimos el honor de seleccionar los poemas y escribir el prólogo del mencionado libro que reúne gran parte de la producción poética de Ernesto Cardenal, para quien la poesía, la religión y la revolución han sido tres conversiones desarrolladas con total plenitud y compromiso y, sin duda,marcan su itinerario existencial. *
A continuación se ofrece un recorrido por la vida y obra de este poeta que sigue afirmando que "otro mundo es necesario".
Ernesto Cardenal nació en Granada, Nicaragua, en 1925, en el seno de una familia culta. Muy joven se trasladó a México donde estudió Letras en la Universidad Nacional Autónoma e incursionó en las artes plásticas y se relacionó con la vida literaria publicando poemas en revistas. Pasados los veinte años de edad estudió Literatura Norteamericana en Nueva York, viajó a París, España e Italia, regresando en 1950 a su país natal. Allí junto con el poeta José Coronel Urtecho inició una serie de traducciones de poesía norteamericana que fue publicada años después. Mientras tanto escribía poemas históricos y políticos dirigidos contra el dictador Anastasio Somoza, que circulaban en el extranjero sin que se supiera el nombre de su autor. Muchos de ellos, con la firma "Anónimo nicaragüense", fueron publicados por el chileno Pablo Neruda en La Gaceta de Chile . También los de temática amorosa que fueron publicados en el libro Epigramas, en 1961.
En 1954 participó en un movimiento armado cuyo objetivo era asaltar a Somoza en el palacio presidencial, hecho que se conoció como "Rebelión de Abril" y que finalmente fracasó. Por este hecho, Cardenal debió ocultarse para evitar represalias. "La mano de los epigramas de amor manejó una Mazden", escribió más tarde en un poema. Dos años después dio forma a un extenso poema político que tituló Hora 0 (1960), pero sólo conocido por algunos pocos amigos debido a la censura impuesta por el régimen somocista.
En 1957 decidió ingresar al monasterio trapense Nuestra Señora de Gethsemaní, en Kentucky, Estados Unidos, donde conoció y tuvo como maestro religioso al poeta Thomas Merton, quien se convirtió en su mentor espiritual y amigo. La vida contemplativa, el silencio interior lo ayudaron a escribir algunas reflexiones y notas poéticas ya que se le impedía hacerlo de modo profesional. "La mayor renuncia fue a lo afectivo, a lo erótico, a lo sexual. Hubo otras, pero no tan importantes para mí. Resultó muy doloroso dejar mi país, yo siempre he estado obsesionado por los lagos de Nicaragua y vivir en un monasterio de Estados Unidos me condenaba a no volver a verlos. Pero lo que uno le entrega a Dios, Dios se lo devuelve. Después, y a través de caminos extraños, salí de allí." Sus vivencias en el monasterio las volcó en el libro Gethsemani Ky (1964) como así también en el largo poema El estrecho dudoso (1966) y Vida en el amor (1970), un volumen de meditaciones contemplativas.
A comienzos de los años 60, instalado en Colombia, donde continuó sus estudios de teología, Cardenal publica los libros Salmos (1964) y Oración por Marilyn Monroe (1965). En tanto su visita a los indios Cunas y del Amazonas lo llevaron a escribir un conjunto de poemas indígenas, que llamó Homenaje a los indios americanos (1972).
En agosto de 1965, en Managua, recibió las órdenes sacerdotales y se dispuso a fundar en el archipiélago de Solentiname, en el Lago de Nicaragua, una comunidad religiosa donde practicó con los campesinos una manera especial de interpretar los evangelios revolucio-nariamente. Los comentarios expresados por los campesinos en estas reuniones quedaron registrados en su libro El evangelio en Solentiname (1974). En esta comunidad se desarrollaron cooperativas, se creó una escuela de pintura primitiva y un movimiento poético entre los campesinos, entre otras acciones. De esta manera Ernesto Cardenal se convirtió en uno de los voceros más importantes de la Teología de la Liberación, que le hizo notar que "La revolución significa la puesta en práctica del Evangelio. La iglesia verdadera es la que está con los pobres y mientras haya pobres, habrá Teología de la Liberación". En sus doce años de existencia, esta comunidad se transformó en una de las experiencias espirituales más significativas de su tiempo, que fue más tarde bombardeada y destruida por la Guardia Nacional a las órdenes del dictador Somoza.
En su libro En Cuba (1972) relató su experiencia en la isla revolucionaria de Fidel Castro. "Cuba se convirtió en algo fundamental para mí. Ha sido la experiencia más importante de mi vida después de mi conversión religiosa. Fue, en realidad, una conversión a la revolución. Antes, creía que debíamos buscar un tercer camino en la América Latina, pero en Cuba me encontré con que el camino era el de ellos, y que su revolución era muy buena y que había el deber de respaldarla".
En 1972 escribió Canto Nacional, dedicado al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y Oráculo sobre Managua (1973).
En octubre de 1977 un grupo de jóvenes de Solentiname participaron como guerrilleros de la primera ofensiva insurreccional del FSLN al Cuartel San Carlos. Como represalia a esta acción, la Guardia Nacional somocista destruyó la comunidad de Solentiname. Cardenal fue condenado a muchos años de prisión, a pesar de encontrarse en el extranjero promoviendo la solidaridad de pueblos y gobiernos con la lucha de Nicaragua.
El 19 de julio de 1979 Cardenal se convirtió en uno de los nueve comandantes del FSLN que tomaron Managua y derrocaron a Somoza. "Ya están cantando los gallos", escribió en alguna oportunidad, anunciando la victoria de los insurgentes. La Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, presidida por Daniel Ortega, lo nombró Ministro de Cultura. "Era lógico que la causa de los pobres terminara con la incorporación a la revolución. Una expresión más de la coherencia del mandato divino. Y así lo acepté porque ser ministro de Cultura no me gustaba demasiado, más bien supuso un sacrificio más. Sobre todo durante los primeros años. Tenía el deber de dedicar a los demás todo el tiempo que yo habría querido para la religión y la literatura".
Cardenal, quien se había incorporado en los años setenta al FSLN, abandonó este movimiento en 1994, denunciando la corrupción y el enriquecimiento de los revolucionarios. "La corrupción
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