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Enviado por   •  1 de Diciembre de 2011  •  2.115 Palabras (9 Páginas)  •  590 Visitas

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Reseña sobre la película “El club de los emperadores”

Voy a seguir en el curso del trabajo estos cuatro apartados:

1.- El método de enseñanza del profesor Hundert

2.- La evaluación del profesor Hundert

3.- Frases a destacar y conclusión de la película

4.- Comentarios personales

1.- El método de enseñanza del profesor Hundert

En otra asignatura del máster estuvimos viendo los distintos tipos de modelos a aplicar en la educación moral. Uno de ellos, era denominado “Formación de hábitos y del carácter” que se asienta en la filosofía aristotélica que pone a la generación del hábito como asentamiento del “carácter apropiado de alguna manera para la virtud, que ame lo noble y rehúya lo vergonzoso”. Esta base histórica fue recogida entre otros por Alistair Macyntire (“Tras la virtud”), y llevada al ámbito de la educación por autores como Lickona o Kilpatrick.

En mi opinión, esta es la base metodológica que aplica el profesor Hundert, el cual se sirve de los textos clásicos (griegos y romanos, especialmente) para generar esos hábitos que llevan a la virtud forjando (moldeando, dicen en la película), de esta forma, el carácter de sus alumnos. Frases que me indujeron a afirmar esto son “El carácter de un hombre es su destino” o “Pensar en el bien común más que en el propio” que se encuadra dentro del concepto de prudencia aristotélico.

Este método de educación estaba obteniendo buenos resultados con sus alumnos, cuando aparece el díscolo sr. Bell, hijo de un senador (la película no deja en ningún buen lugar a lo político) que llegaba con un bagaje escaso de aprendizaje moral. En él se manifestaba, más bien, un instinto de alteración de los órdenes establecidos en los que se asentaba la institución Saint Benedict así como un pragmatismo productivista en todas sus acciones y arrogancia en sus actitudes. Sin embargo, el profesor Hundert que en un principio le define como “visigodo” (¡Qué vienen los bárbaros!, Baricco) confía en el chaval, primero habla con su padre (el cual le reprocha que intente moldear el carácter de su hijo, “su función es enseñar, no moldear”, le dice), y a partir de ahí, el alumno quizás motivado en cierta forma por la reprimenda del padre, empieza a tomarse en serio el tema del estudio, aunque sin perder sus artes de consecución de objetivos sin muchos miramientos (por ejemplo, cómo trata de conseguir un libro de la bibliotecaria adulando su “eterno” peinado ). El profesor Hundert, así, llega a modificar una nota de una evaluación (dejando fuera a otro buen alumno) para que el ínclito Bell participe en el concurso de “El señor Julio César”, pero se ve defraudado por él, cuando comprueba que ha querido ganar el concurso utilizando unas “chuletas” escondidas en la toga romana que llevaban los participantes. Como dice finalmente el profesor “Le entregué el diploma de graduación a Bell, con una profunda sensación de fracaso”.

En cuanto al método pedagógico utilizado para los contenidos de la asignatura me resulta demasiado tradicional. Un ejemplo es la repetición por parte de los alumnos de los 41 emperadores romanos a modo de lista de los reyes godos. Otra escena que viene a confirmar este aserto es cuando dice que “la tiranía es lo que da resultado en una clase”.

La escena pasa posteriormente a 25 años después cuando los ex-alumnos han pasado a ser orgullosos miembros de la industria americana (así lo dice la película. Más tarde cuestionaré algún aspecto de la “moralina americana”). En primer lugar, es relegado del puesto de director pues se le considera poco preparado para la recaudación de los fondos necesarios para la supervivencia de la institución (por supuesto, para la consecución de beneficios). Con posterioridad, el ya adulto Sr. Bell pide hacer una revancha del concurso a cambio de una sustanciosa aportación a Saint Benedict (que, por supuesto, es inmediatamente aceptada por el nuevo director del centro) con la única condición de que sea el profesor Hundert quien lidere la prueba nuevamente.

En la reedición del concurso los tres participantes siguen en su papel preliminar: el espontáneo Sr. Mashouri que pierde rápidamente por despiste más preocupado por la gracieta (moralina?), el sabelotodo indio Deepak Mehta (Esta sí que es moralina. Ahí está el futuro de América), y, por último, el demagogo engañador profesional Sr. Bell que vuelve a hacer de las suyas, en este caso utilizando las nuevas tecnologías de comunicación inalámbrica para obtener los resultados de las respuestas. El profesor se percata de ello, y le hace una pregunta fuera de la temática usual y, de esta forma, el sr. Bell tiene que aceptar la derrota. La charla posterior entre ambos declara definitivamente el carácter “bárbaro” de este último: “¿A quién de ahí afuera le importan sus virtudes? Me importan una mierda sus virtudes. Yo vivo en el mundo de los que consiguen cosas”. Y es en ese mismo momento, cuando comunica que se presentará como futurible senador del congreso americano.

Culmina la película con la vuelta del profesor Hundert a las aulas, y con una frase que sí es aplicable a todos nosotros como profesores: “Por mucho que tropiece, un profesor debe seguir intentándolo”.

2.- La evaluación del profesor Hundert

En primer lugar, me interesa el concepto de motivación que aporta en el alumno el sentir que cada vez se acerca más a lo requerido. Ahí hubo algún momento en que Sedgewick Bell incluso olvida su carácter intrínseco personal y opta por el estudio y el esfuerzo como método de recoger frutos en el futuro.

Sin embargo, el profesor Hundert se equivoca cuando pasa de a- a a+ en una nota para hacer que el sr. Bell pase a formar parte de los tres elegidos para el concurso Julio César en detrimento de otra persona. Esto nos viene a confirmar la dificultad de una evaluación objetiva, en especial, en la valoración de temáticas de humanidades. Se observa que el profesor todavía lleva como carga ese error cuando 25 años después le confiesa al estudiante perjudicado que él debería de haber sido uno de los elegidos. De todas formas, el profesor al transgredir esa norma también demuestra que no es siempre posible acertar a pesar de tener un amplio bagaje de cultura clásica impregnada de virtud

3.- Frases a destacar y conclusión de la película

• Ante la insolencia del joven Bell, el profesor Hundert le interpela: Como escribió Aristófanes y traducido a grosso modo “La juventud pasa, la

inmadurez se supera, la ignorancia se cura con la educación

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