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Enviado por Pedro1234567890 • 5 de Marzo de 2014 • Tesis • 491 Palabras (2 Páginas) • 255 Visitas
Los finales “en punta” que ya mencionamos, a menudo forman parte de otra forma de concluir: terminar el ensayo pensando en el efecto que pueda causar en el lector; para ello, usted puede recurrir a una situación divertida, curiosa o ,incluso, anecdótica. Por ejemplo: “...y quizás cuando termine su ensayo al mediodía, comprenderá que, definitivamente, es más fácil desayunarse en menos de diez minutos”.
e la tesis y del argumento inicial.
A continuación algunos trucos paran encontrarle el título más apropiado a su ensayo:
1. Relea el ensayo en su totalidad y escriba en un papel, a manera de lluvia de ideas, cinco títulos que se le ocurran.
2. No utilice el tema de su ensayo para el título; o mejor: no confunda el título con el tema.
3. Busque un título sugestivo, insinuante, sutil, es decir, que sólo de una vaga idea de lo que será el ensayo, pero a la vez cree incertidumbre en el receptor e invite a la lectura.
4. Subraye la (s) palabra (s) o expresión (es) que más se repite (n) en el ensayo
Y úsela como parte de éste.
5. Piense en un título que resuma, contenga o sintetice la idea general de su ensayo. En este caso, le pueden ser útiles la organización de ideas y el árbol o estructura del escrito.
UN BUEN FINAL: SINÓNIMO DE
LECTOR SATISFECHO
Si bien podemos escuchar que un escrito termina “en punta”, esto no significa que va a quedar inconcluso. Los finales “en punta”, además de resultar divertidos para el autor, hacen que el lector disfrute, con múltiples interpretaciones, las posibles derivaciones de ese “final virtual”.
El ensayo bien escrito da la instrucción a su autor para que encauce las ideas hacia la conclusión y, con la práctica, el autor sabrá cuando debe terminar, cuando ha dicho todo y no le queda nada por decir.
Al igual que el comienzo del ensayo, el final debe ser pensado en función de quien lee, pensando en que permanezca interesado y que, cuando llegue el final, exclame: “¡hurra, terminé y valió la pena haberme leído este ensayo!”. Así como el comienzo atrapa e invita, el culmen debe también interesar al lector y debe confirmarle su interés por el escrito.
La conclusión puede resumir todo lo que se desarrolló, sintetizando en forma sencilla la idea del argumento inicial que, al fin y al cabo, fue aquello que se defendió durante el ensayo.
Existe otra manera de concluir, y es proponiendo o invitando al lector a una acción o propósito relacionado directamente con el tema del ensayo, dejando ver cierto nivel de compromiso del autor con el tema del escrito.
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