Historia de una amistad
Enviado por caralcado • 9 de Junio de 2014 • Informe • 448 Palabras (2 Páginas) • 193 Visitas
AMISTAD
Laura y Patricia llegaron corriendo de la escuela, era lunes y hacía sólo una semana que habían comenzado las clases.
Después de sacarse la túnica y lavarse las manos, competencia diaria para ver quien terminaba primero, se sentaron a la mesa a almorzar. Era la hora en que la familia se reunía a contar los sucesos del día.
¡¡Tenemos una compañera nueva!! - dijo Laura a sus padres.- Se llama Vanesa y ya nos hicimos amigas.
-¡Que bien! - dijo mamá- Imagino lo que habrán jugado y corrido en el recreo.
-Bueno, no es tan así, la que corrí fui yo, pues Vanesa iba en su silla-
-¿Su silla? - preguntó mamá.
-Sí, Vanesa no puede caminar, por eso está en una silla de ruedas-
-¡Oh, pobrecita! -exclamó mamá.
-¿Pobrecita por qué?- respondió Laura - Bueno, me da pena que no pueda caminar-
-Sí, ya sé, pero no me parece bien tenerle lástima, es súper, tiene unos ojos azules enormes y siempre está sonriendo. ¿Sabes una cosa mami?, resulta que en la clase hicimos un juego llamado la "Justa del saber". Nos dividimos en equipos, la maestra nos dio hojas que contenían preguntas de conocimiento e ingenio y el equipo ganador se llevaba de premio un libro de cuentos.
Pues bien, gracias a Vanesa que se sabía todas las preguntas, ¡ganamos!
La maestra nos propuso hacer este juego una vez por semana, así que, mamá, te imaginarás que Vanesa es la más solicitada para integrar el equipo-
Patricia, que por ser más pequeña esta en otra clase, intervino apoyando a su hermana.
-¡Claro, mamá!, cuando yo la vi en el recreo, al principio me pareció raro ver una niña en silla de ruedas pero al rato de estar con Vanesa ya ni me acordé más.
Se ofreció para vender los bizcochos, por ser su primer día la maestra se lo permitió, y al rato ya los había vendido todos. Por hacerlo siempre te regalaban tres bizcochos, y ella los compartió con nosotras.-
Los padres de Carolina y Sofía reflexionaban después sobre la espontaneidad y falta de prejuicios que la niñas tenían. Una vez superada la primera impresión nada les impedía relacionarse naturalmente con alguien "diferente".
Tal vez nuestros prejuicios sobre el que es "diferente" (muchas veces por ignorancia) nos lleve a asumir conductas erróneas.
Mientras tanto, Vanesa también había llegado a su casa y sentada a la mesa del comedor contaba a su madre el primer día de escuela.
Se sentía feliz, pues se había hecho de dos amigas y en el juego que habían hecho en clase, su equipo había sido el ganador.
Su mami le pregunto cómo se llamaban sus dos nuevas amigas a lo que ella contesto: se llaman Laura y Patricia, nos hicimos muy buenas amigas,.
Su madre la miró con ternura y sonrió.
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