Historia del arte . Crítica a la estatuilla de los amantes de Ain Sakhri, Judea, cerca de Belén
Enviado por Bitia Buenaño • 8 de Diciembre de 2016 • Documentos de Investigación • 371 Palabras (2 Páginas) • 230 Visitas
Universidad San Francisco de Quito
Historia del Arte
Quito, 13 de septiembre de 2015
Nombre: Bitia Buenaño
Código: 00124033
-Crítica a la estatuilla de los amantes de Ain Sakhri, Judea, cerca de Belén, Israel/Palestina. 9000 a.c
Esta obra se puede considerar como la pieza más antigua conocida, de una pareja manteniendo una relación sexual. En esta clase de objetos se ve claramente el deseo del hombre por retratar al acto sexual como un motivo de culto, mediante el retrato, ya sea de forma pictórica, o en este caso, en forma de escultura. Se puede apreciar también una clase de afecto que hoy en día no era habitualmente reconocido en la prehistoria, ya que esta escultura va más allá de una práctica de sexo, ya que tiene una particularidad, pues si se la y se la observa desde otros ángulos, se convierte magia en un pene, unos pechos, o una vulva. No se puede pensar que este efecto en la escultura es “arte de magia”, y cabe resaltar que siendo que data de hace aproximadamente 12,000 años, es impresionante que el autor haya elaborado esta obra pensando deliberadamente en la creación del efecto antes mencionado de los órganos sexuales masculinos y femeninos, vistos desde una perspectiva más elaborada.
-Crítica a “Escena de ofrenda de sangre, San Lorenzo, Guatemala, ca. 600 a.c.
Los sacrificios han sido una pieza fundamental en la historia de las diferentes civilizaciones que han habitado la tierra con el pasar de los años. Ofrendas humanas, animales, etc., como regalos a las diversas deidades en manera de agradecimiento por la riqueza y abundancia que estas brindaban.
Hay muchísimas pinturas que nos ayudan a entender un poco mejor la manera en la que estos sacrificios se daban, y por ejemplo, aquí tenemos la pintura de una ofrenda al dios maíz, proveniente de Guatemala, en la cual se aprecia una serie de trazos carentes de líneas rectas, que representan el sacrificio que hace el dios maíz, en compañía de otros seres mitológicos y algunos animales. Abundan los colores rojo, amarillo, y blanco. Llama también mucho la atención la elaborada forma en la que hay que fijarse en esta obra, ya que viéndola con cuidado se pueden observar detalles ocultos, como por ejemplo, el perfil de un felino escondido.
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