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Hoy conocí un amigo. Fueron 20 minutos, ¿pero es mi amigo verdad?


Enviado por   •  27 de Enero de 2016  •  Apuntes  •  580 Palabras (3 Páginas)  •  157 Visitas

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Hoy conocí un amigo. Fueron 20 minutos, ¿pero es mi amigo verdad?

Reconoceré que tuve mucho miedo, realmente imponía. Pero apenas bajé del transporte público y se acercó. Por mi mente pasó que si corría, él se enojaría y entonces habría complicaciones. Así que decidí caminar e ignorarlo, pero sentía su respiración y es que literalmente iba junto a mí, muy pegado. No tuve otra opción que decirle “hola”, pero no respondió. Sólo me miró con sus ojos de cansancio (no negaré que sus ojos eran hermosos) y supe que no hablaría conmigo, pero sólo incrementó mi miedo. Imaginé que en cualquier momento algo malo pasaría.

Creí que si entraba a la tienda él se alejaría, pero se quedó afuera esperando. Los vendedores notaron el sudor que escurría por mi frente y la angustia que sentía. El cajero me dijo” ¿Viene contigo, llamo a la Policía?” pero sabía que mi nuevo acompañante nos escuchaba y cuando voltee a verlo, en sus ojos me pedía una oportunidad. Algo así como asegurarme que si salía de la tienda, ahora si empezaría nuestra platica. No tuve remedio más que decirle al cajero: Si, viene conmigo.

Al salir de la tienda tampoco obtuve respuesta, y su respiración ahora era más intensa. Ahí supe que llegaría hasta a mi casa y entonces tendría que gritar a mi hermana para que saliera a mi ayuda.

Sin querer lo pisé. Mi corazón se aceleró tanto que estoy segura que notó el miedo que ahora sentía y mis pies se detuvieron. Pero yo no tenía la culpa, él en serio iba pegado a mí. Sabía que tenía que explicarle como había ocurrido el accidente, pero de mi boca sólo salió un “lo siento, no fue en mi intención”. Él volteó a verme y sólo agacho su cabeza como diciendo: Me pasa seguido.

A unas calles de llegar a mi casa supe que de verdad no me haría daño y que tal vez vivía muy cerca de mí, podríamos ser vecinos y yo nunca me había dado cuenta. No tuve alternativa, desistí y empecé por decirle: “Viendo las circunstancias, no creo que me dirijas la palabra, así que puedo contarte alguna historia rápida porque yo vivo ya muy cerca”. Y lo hice, como siempre, hablé del amor y le conté que tuve un amigo como él, pero que falleció hace unos años.

Una señora pasó y nos miró extrañada, no a diario se ve una relación de ese tipo. Él ya se veía grande, pero creo que para el amor no hay edad. El miedo se había ido y ahora sentía una enorme emoción de que me acompañara a casa aunque sabía que no podría entrar. Por alguna extraña razón pensé que era mudo, porque el único sonido que emitía era el de su respiración, y era lo que más me asustaba.

Desde que bajé de la combi sólo pude mirar su perfil izquierdo, y al doblar en la esquina de mi calle lo vi por completo. Su perfil derecho denotaba una enorme enfermedad en su piel que me hizo quedar helada. Creo que se sintió tan incómodo que me miró fijamente, se dio la vuelta y se fue. Me esperé un rato a que viera que yo ya no tenía problema alguno, ni con su presencia ni con su enfermedad. Pero apenas pasó otra chica y él volvió a ponerse a su lado, justo como lo hizo conmigo.

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