Ideas extraídas de Mesa redonda

  Ideas  extraídas de “Mesa redonda: Diálogos sobre Adolescencia”. Revista Generaciones N°2 (pág. 157 a 179). Buenos Aires: Eudeba, 2013.

  Adrian Grassi toma al hablar sobre adolescencia al psicoanálisis sin dejar de lado el vértice somático del cuerpo y consecuentemente sus procesos madurativos y el desarrollo; centrándose en el vértice psíquico, en los momentos de constitución de la Imagen Inconsciente del Cuerpo y sus transformaciones. Concluyendo, luego de su desarrollo, con la frase: “El Cuerpo, no existe. Existen “cuerpos”, es decir distintas versiones del cuerpo.

   Para Nasio se habla de "Evolutiva" porque cambia.  Se imagina, así,  el cambio del adolescente con una línea que no es ascendente, sino que hace zigzag. Hay un esquema que hace que cada vez que el adolescente vuelve a la niñez, vuelve a avanzar. Hay entonces,  el zigzag, ascendente, y además el espiral de ida y vuelta, entre la adolescencia, la niñez y la vida adulta.

  Este autor, propone el estadio del espejo en la adolescencia, y nos recuerda las enseñanzas de Lacan con su estadio del espejo en el niño (16 meses aprox.). El bebe esta entonces, acompañado por un adulto, el cual, lo pone frente al espejo. El niño se pone muy contento de ver la imagen, global, unificada. El niño es por lo tanto, dominado por la emoción del júbilo.

  El adolescente, en cambio, cuando se mira al espejo esta solo; cuando se mira al espejo, pasa horas observando todos los defectos del cuerpo. No está contento, la emoción que domina aquí, es  la vergüenza.

  El adolescente esta en una posición de asimilar y hacer suyo lo trasmitido por el padre, y sí eso que recibe no puede transformarlo en algo creativo, deviene carga.

  Según Mendet, los ritos de iniciación, en consonancia con la ley del padre, dan lugar a la utilización de emblemas fálicos. En sociedades como las nuestra, en que las mediaciones simbólicas e imaginarias muestran su insuficiencia, los jóvenes inventan, diversos modos de ritualizar experiencias de iniciación.

  Subraya por un lado, la importancia que adquieren en la adolescencia, las interrogaciones existenciales acerca de la construcción del lazo social con Otro, padres, maestros, pares y otras figuras significativas. Y por otro lado, la importancia de las circunstancias sociales e históricas actuales que inciden en el proceso de subjetivación de los adolescentes.

  En la adolescencia se efectiviza, la apropiación subjetiva de una historia.

     Wasserman hace hincapié en el proyecto, en el porvenir, siempre acompañado por una nostalgia del pasado (que aunque impone su talante no es central). Y centra su teoría sobre otro eje : el de la exploración.

  El niño encuentra en su devenir evolutivo un mandato que es al mismo tiempo, una condena y una promesa. Ha llegado el momento de empezar la exploración de un nuevo mundo, un nuevo cuerpo, y de un nuevo lugar social del mundo relacional: amigos, sexo y trabajo. Existen , por otro lado, casos donde podemos encontrar perturbaciones de la exploración.

  Otro concepto importante, es el de “corto-circuito”; este neologismo  denota una falla en el circuito que provoca una descarga inadecuada, modificado por el significante corte, que es un significante mayor en el trabajo adolescente. La coincidencia de lo antiguo y lo nuevo provoca muchísimos corto circuitos sea en el adolescente , o en sus padres (que no están dispuestos a cortar con el circuito de la infancia).

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