Identidad y Repertorios de movilización
Enviado por frapadu64 • 17 de Marzo de 2016 • Ensayo • 2.271 Palabras (10 Páginas) • 170 Visitas
Identidad y Repertorios de movilización
Bolivia ha atravesado históricamente por luchas sociales que han cambiado la ruta de su identidad. Estas reivindicaciones sociales han tenido diferentes contextos y actores. En todas resalta la figura del indígena al cual su identidad asignada por los españoles de inferior y subordinado lo llevaron a defender con su vida las condiciones mínimas para vivir dignamente. En ninguna lucha el panorama fue fácil y pese a que los repertorios violentos y no violentos para ejercer presión y visibilizar el problema estructural que se deseaba cambiar, fueron los indígenas campesinos, mineros, cocaleros entre otros que pusieron las vidas para conseguir las conquistas sociales que hoy todos gozamos.
“no hay salvación individual y que el bienestar social se conseguirá para todos o no se conseguirá para nadie ” (Olivera,2008 ).
En tiempos de la colonia el conocido Alto Perú se rebeló ante los españoles, bajo un concepto que trascendía las fronteras a lo largo de Latinoamérica. En ese entonces la consigna era la liberación de lo que representaban los españoles que como colonizadores le asignaron a los indígenas la identidad de subordinados e inferiores, fueron los indígenas que se ganaron su identidad de combativos y rebeldes, en este sentido como menciona Gilberto Giménez (1994) los españoles en habían asignado a los indígenas una identidad etiquetada, esta que en la que el sujeto se autoidentifica de una forma autónoma aunque su diversidad ha sido fijada por otros.
De aquí en adelante entenderemos que la identidad es y “Es la autopercepción de un sujeto en relación a otros; a lo que corresponde, a su vez, el reconocimiento y la
“aprobación” de los otros sujetos” (Giménez, 1994). Lo importante de este concepto es que vale la pena recalcar que la identidad tiene un carácter intersubjetivo y relacional y que no es simplemente una esencia o un atributo del sujeto. Vale decir que es más importante lo que los demás identifiquen en nosotros a través de las relaciones que creamos, en el caso boliviano el de indígena y colonizador.
En aquel entonces el movimiento social de la revolución marcaba una reestructuración del modo de administración del poder, en este caso la colonia y la servidumbre al Rey. En palabras de Tilly podría ser una restructuración del sistema, la acción colectiva puesta en escena e interpretada por las bases indígenas que lograron a través de repertorios violentos de movilización la liberación del yugo español, que no aseguraba contigua prosperidad, si bien el ser independientes no mejoraba su vida inmediatamente, si generaba en ellos el despojo de una parte de su identidad que era la de la subordinación. Pese a ello el colonialismo interno es una realidad, esa memoria identitaria de 400años que no puede fácilmente cambiar la identidad de inferioridad y subordinación que ha sido asignada y que se activa con nuevos matices. Es así que la identidad nacional es de las más fuertes que tiene la historia, y en Bolivia la nuestra tiene la capacidad de perdurar en el espacio y en el tiempo aunque sea de manera imaginaria.
Contemporáneamente, en los últimos 60 años Bolivia ha tenido cambios radicales en su forma de identificarse, la Revolución de 1952 resaltó la identidad del mestizo como proyecto nacional, tal proyecto de identidad etiquetada generaba prejuicios en los indígenas asumiendo que el hombre boliviano es mestizo, como intentando borrar la inferioridad del indígena siendo reemplazada por el mestizo. Silvia Rivera en su texto de Violencias Re-encubiertas en Bolivia nos dice que en otras palabras, a través del “mito del mestizaje” y de la construcción discursiva e ideológica del “ciudadano” los pueblos indígenas fueron excluidos del espacio público. Esto reforzó la segmentación que hace Giménez al describir la identidad etiquetada, en donde se estigmatiza por cuestiones culturales, raciales entre otros que designan sometimiento.
En 1985 el modelo neoliberal destruyó en parte los grandes reformas que se habían logrado en el 52, la minería que aportaba un cuarto de PIB tuvo que dejar de depender del Estado, durante este período las privatizaciones fueron la solución a un Estado débil que no podía dar solución a las demandas de los servicios básicos de la población. Las políticas económicas del Modelo Neoliberal se alinearon con el Banco Mundial lo cual puso a los bolivianos con una deuda en la cabeza, subordinados no por ejércitos sino por una deuda, subordinados no por españoles, sino por un nuevo imperio, El FMI. “El 70% de la deuda externa fue contraída entre 1985 y 1999 ” (Olivera, 2008)
Es fácil en este punto asociar a la identidad colectiva del indígena como un ser rebelde que siempre pelea y busca su liberación. Para los indígenas fue fácil
apuntar a los gobiernos neoliberales como serviles del imperio, en este caso Estadounidense.
En este marco en donde el neoliberalismo y la democracia representativa no escuchaban las demandas del pueblo, sumado a ello se vive épocas de mucho desempleo y despidos masivos. Es en 1986 en donde se marca una tendencia de los movimientos sociales en Bolivia, tras la llamada “relocalización” de los mineros, cerca de 20.000 trabajadores mineros quedaron sin empleo.
“Hasta 1985, Bolivia contaba con uno de los movimientos sindicales más fuertes y unidos de Latinoamérica, basado en la estructura estatal” (Olivera, 2008).
Es aquí en donde se activa la acción colectiva del pueblo boliviano contra el neoliberalismo, esto demanda la organización, la movilización y el liderazgo de los movimientos sociales para poder hacer visibles sus reivindicaciones sociales ante la sociedad y con la participación del Estado (Tilly). La Marcha por la Vida generaba en sí un conflicto. Una vez más el indio subordinado le hace frente no al Estado boliviano sino al imperio que lo quiere doblegar mediante la deuda, este conflicto político reforzó la identidad de los primeros, ya que todos ellos habían tenido la experiencia compartida de haber sido despedidos de sus fuentes laborales. Este conflicto llega a ser político basada en la teoría de sistemas que propone Tilly : “el conflicto político se explica como una interrupción de los procesos de equilibrio, lo que genera la aparición de reivindicaciones conflictivas, más a menudo denominadas como “protestas ” o “disturbios ”. ” (Tilly. 1998). La Marcha por la Vida partió desde las minas con miras de llegar a La Paz para acabar con el neoliberalismo, expresado en el decreto ley 21060 que desmanteló
la Comibol y otras empresas estratégicas contraladas hasta aquel entonces por el Estado , lo paradójico
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