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Imperialismo


Enviado por   •  29 de Mayo de 2012  •  3.374 Palabras (14 Páginas)  •  443 Visitas

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LA NUEVA ERA DEL IMPERIALISMO

La pregunta de si Estados Unidos se está involucrando en una expansión imperialista, que por si permite caer presa del capricho particular de aquellos en el mando político de la sociedad, no es algo nuevo. Harry Magdoff señalaba esta tesis precisamente en la primera página de su libro de 1969, The Age of Imperialism: The Economics of U.S. Foreign Policy-una obra que se puede decir, reintrodujo el estudio sistemático del imperialismo en los EEUU. Allí se preguntaba :”¿Es la guerra (de Vietnam) parte de un esquema más general y consistente de la política exterior de los EEUU, o es la aberración de un grupo particular de hombres en el poder?” Por supuesto, la respuesta era que aunque había individuos particulares en el poder que hacían de puntas de lanza en este proceso, reflejaban tendencias profundamente incrustadas en la política exterior de EEUU, que tenían sus raíces en el mismo capitalismo. En lo que habría de surgir como el más importante análisis del imperialismo americano en los 1960s, Magdoff propone desenmascarar las fuerzas militares, políticas y económicas que gobiernan la política exterior de EEUU.

La explicación oficial en la época de la guerra de Vietnam era que los EEUU estaban librando una guerra para “contener” al comunismo-y que por tanto, la guerra en si misma no tenía nada que ver con el imperialismo. Pero la escala y ferocidad de la guerra parecía desmentir todo intento de explicarla en los términos de la pura contención, ya que ni la Unión Soviética ni China habían mostrado tendencias expansionistas de cualquier clase, y muy claramente las revoluciones del tercer mundo eran asuntos obviamente internos.* Magdoff rechazó tanto la tendencia dominante en los Estados Unidos de ver las intervenciones de EEUU en el tercer mundo como un producto de la Guerra Fría, como la inclinación liberal de ver la guerra como una aberración de un presidente tejano y de los consejeros que lo rodeaban. En vez de eso se necesitaba de un análisis histórico.

El imperialismo de fines del siglo XIX y de comienzos del XX, se distinguía por dos características principales: (1) la quiebra de la hegemonía británica, y (2) el crecimiento del capitalismo monopólico, o del capitalismo dominado por grandes firmas, resultante de la concentración y de la centralización de la producción. Más allá de estas características que distinguían lo que Lenin señalaba como la etapa del imperialismo (que, decía, podía describirse sintéticamente “como la etapa monopólica del capitalismo”), hay un número de otros elementos que deben ser considerados. El capitalismo es, por supuesto, un sistema únicamente determinado por su afán de acumular, que no acepta límites en su expansión. Por un lado, el capitalismo es una economía mundial en expansión, caracterizada por un proceso que ahora llamamos globalización, mientras por otra parte está dividido políticamente en numerosos estados-nación competitivos. Más aún, el sistema se polariza en cada nivel en centro y periferia. Desde sus comienzos en los siglos XVI y XVII, y todavía más en su estadio monopólico, el capital en cada nación-estado en el centro del sistema, es arrastrado por una necesidad por controlar el acceso a las materias primas y del trabajo en la periferia. Todavía más, en la etapa monopólica del capitalismo, los estados nacionales y sus corporaciones luchan por mantener lo más que puedan de la economía mundial lo más abierto posible a sus propias inversiones, pero no así a las de sus competidores. Esta competencia sobre esferas de acumulación crea una rebatiña por el control de varias partes de la periferia, el más famoso ejemplo de esto fue la lucha por África a fines del siglo XIX en que tomaron parte todos los poderes de Europa Occidental.

Sin embargo, el Imperialismo continuó evolucionando más acá de esta fase clásica, que terminó con la Segunda Guerra Mundial y el movimiento subsecuente de descolonización, y entre 1950 y lo 60s una última fase presentó sus propias características específicas, La más importante fue el reemplazo de la hegemonía británica por la de EEUU. Sobre el conjunto de la economía capitalista mundial. La otra fue la existencia de a Unión Soviética, que creó espacio para movimientos revolucionarios en el tercer mundo, y ayudó a colocar a los principales poderes capitalistas en la alianza militar de la Guerra Fría, reforzando la hegemonía norteamericana. EEUU utilizó su posición hegemónica para establecer las instituciones de Bretton Woods-el Acuerdo General de Tarifas y Comercio, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial-con la intención de consolidar el control económico ejercido por los estados centrales, y por los EEUU en particular, sobre la periferia, y con ello sobre todo el mercado mundial.

En la concepción de Magdoff, la existencia de la hegemonía de EEUU no trae consigo el fin de la competencia entre estados capitalistas. Los analistas que manejaron este tema con realismo, siempre entendieron la hegemonía como históricamente transitoria, a pesar de las constantes referencias al “siglo americano”. El desarrollo desigual del capitalismo significa una continua rivalidad Inter.-imperialista, aunque en veces esta quede soterrada. “El antagonismo-escribió-entre centros industriales de desarrollo desigual...es el eje de la rueda imperialista” (p.16)

El militarismo norteamericano, que en este análisis va mano a mano con su papel imperialista, no fue simplemente o principalmente un producto de la competencia durante la Guerra Fría con la URSS, por la que estaba condicionado. El militarismo tenía raíces más profundas en la necesidad de los EEUU, como poder hegemónico de la economía mundial capitalista de mantener abiertas las puertas a la inversión extranjera, recurriendo a la fuerza si era necesario. Al mismo tiempo los EEUU estaba empleando su poder donde fuera posible para apoyar las necesidades de sus propias corporaciones-como, por ejemplo, en América Latina, donde su dominio era incuestionable para las otras grandes potencias. No sólo EEUU ejerció este rol militar en numerosas ocasiones a través de la periferia en la post-Segunda Guerra Mundial, sino que también durante este período fue también capaz de justificar esto como parte de su lucha contra el comunismo. El militarismo, asociado con este papel de hegemon global y líder de una alianza, llegó a impregnar todos los aspectos de la acumulación en los EEUU, de modo que la expresión “complejo militar-industrial” introducida por Eisenhower en su discurso de despedida como presidente, fue una declaración exageradamente modesta. Todavía en sus días no había un centro mayor de acumulación en los EEUU que no fuera al mismo tiempo un centro de producción militar. La

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