Importancia del cuidado de los recursos naturales para la obtención de agua en Bogotá

IMPORTANCIA DEL CUIDADO DE LOS RECURSOS NATURALES PARA LA OBTENCIÓN DE AGUA EN BOGOTÁ

“Cuando el pozo está seco sabemos el valor del agua”. Benjamin Franklin

En la actualidad la ciudad de Bogotá cuenta con el agua potable más pura del país pero sin duda, esto también conlleva a tener el servicio de agua más costoso, independientemente de esto es indispensable saber que el proceso de tratamiento del agua en la ciudad abarca un gran número de procedimientos donde el agua que consumimos los ciudadanos de Bogotá, es recolectada, tratada y distribuida.

El agua para alimentar al 70% de los bogotanos es recolectada en Chingaza. Antes de llegar a la ciudad, el líquido se transporta por túneles y tuberías enormes. Sin importar que el agua provenga del páramo virgen, es purificada para garantizar que pueda ser consumida.

La laguna de Chingaza es la encargada de alimentar al río Guatiquía. En este lugar empieza la captación de agua, a través de túneles que la llevan al embalse de Chuza, en este lugar reposan más de 250 millones de metros cúbicos.

Actualmente la ciudad cuenta con seis plantas de tratamiento de agua, donde solo cuatro se encuentran activas. La más importante de estas es la plata Wiesner que es la encargada de captar el agua del páramo de Chingaza, que se enuentra ubicado a 3 horas de la ciudad.

Después, la planta de tratamiento Wiesner hace su trabajo. Ahí el agua llega para dar inicio al proceso de purificación para asegurarse de que sea consumible hasta el final de su recorrido, en las llaves de los hogares bogotanos.

Se hace un proceso para monitorear la contaminación del agua desde la captación hasta que llega al usuario final. En total, la planta tiene capacidad para producir 14 metros cúbicos de agua potable por segundo, pero actualmente solo procesa 10 de los 15,1 metros cúbicos por segundo que consumen Bogotá y 10 municipios vecinos.

La gran magnitud de este proceso nos promueve a pensar que los bogotanos debemos ser demasiado cuidadosos con el agua y tratar de no desperdiciarla, ya que esto no solo afecta al medio ambiente y al ecosistema de la región, sino que también incurre en costos para la ciudad y cada uno de sus habitantes.

Además de esto, las fuentes de agua de Bogotá y la sabana están cercadas por distintos peligros. Uno de ellos es el cambio de usos de suelo que se viene dando, para la expansión urbana e instalación de industrias, que demandarán más agua y generarán más residuos domésticos e industriales y contaminación de las corrientes hídricas.

La presión es grande. El ritmo de crecimiento de los municipios vecinos a Bogotá llega, en unos casos, al 20 por ciento (Sesquilé, Gachancipá y Tocancipá), según el Dane, frente a la tasa del Distrito (1,5 por ciento). En la región proyectan construir unas 154.000 viviendas más. De 27 municipios de la cuenca alta y media, 24 cuentan con plantas de tratamiento que remueven solo el 40 por ciento de la carga orgánica.

Mientras tanto, en esas fronteras con el río funcionan 2.217 industrias registradas en las cámaras de comercio. Se espera que otras siete se instalen en menos de un año. El problema no está en que se desarrollen las regiones, sino en la desmedida expansión no planificada y la falta de atención y controles de los vertimientos, dicen expertos.

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