Infidelidad
Enviado por rosafina.46 • 4 de Agosto de 2013 • 330 Palabras (2 Páginas) • 219 Visitas
Los hombres son unos pésimos infieles, porque en el fondo quieren que sus parejas los descubran.
Parece cosa de locos, pero no lo es tanto. Quien haya observado a un hombre con cuidado sabe que crear una mentira, alimentarla y mantenerla le cuesta más trabajo que a una mujer. Y punto.
Ellos se contradicen, son primarios, descuidados con su teléfono y sus cuentas de correo y redes sociales, con su porte, sus gestos y lenguaje corporal, y parten de la premisa de que las mujeres enamoradas son ciegas y capaces de creerles hasta historias con extraterrestres.
Por eso casi me voy de espaldas el día que una amiga cercana me contó, mientras lloraba un río, que su novio acababa de admitirle que andaba con otra. Ella jura que no lo vio venir y que hasta que él le botó a la cara una variación de la poco imaginativa frase de “tenemos que hablar”, ella pensaba que envejecería a su lado. Echando para atrás la película, ella acepta ahora que pasó por encima de toda clase de señales. Un día, sin mayor explicación, él decidió que dejaran tanto gesto afectuoso (“meloso”, decía él) en la calle, porque no se veía bien. “A ver, ya no tenemos 15 años... por favor”.
A eso le siguió su interés repentino por jugar tenis sábados y domingos (con el celular apagado, claro), la prohibición de que ella usara su portátil, las constantes salidas a contestar llamadas (“aquí dentro la señal es pésima”), las largas jornadas laborales y su displicente comportamiento en la cama. Sí: él se encargó de transformar cada faena en un polvo esporádico y frío. Semejante desgaste duró un año. Pero ella disculpaba todo; pensaba que el pobre estaba cansado y necesitaba más espacio... ¡Y vacaciones! No hay derecho a ser tan miopes, señoras, y tan frescos, señores. Como la epidemia que es, la infidelidad manda señales que hay que reconocer y enfrentar a tiempo. Puede que no remedie nada, pero sin duda dolerá menos. ¡Hasta luego!
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