Jose Maria Arguedas
Enviado por sergio • 16 de Agosto de 2011 • 3.099 Palabras (13 Páginas) • 627 Visitas
José María Arguedas
Yawar fiesta
Resumen
La novela relata una de las costumbres más tradicionales de las comunidades indígenas del Perú: la “corrida india”, que se celebra todos los años el 28 de julio, aniversario de la fundación de la República del Perú. La corrida india es un evento espectacular donde un toro debe enfrentarse, en un pampón, a unos cien o doscientos indios a manera de toreros o capeadores espontáneos, y del cual son parte otros elementos como la música de los wakawak'ras, (trompetas de cuerno de toro), cánticos populares (huaynos), el consumo de aguardiente, el uso de dinamita para matar al toro, e incluso la muerte de muchos indios, despanzurrados por el cornúpeta. Esta tradición se ve amenazada por una orden proveniente de la capital, que la prohíbe pues la considera una práctica “bárbara”. Ante la negativa de los indios para acatar la orden, las autoridades buscarán la manera de permitir las corridas pero “decentemente”: contratan un torero profesional que lidiará a la manera “española”. Con ello quitan la esencia misma de la fiesta, pero esta finalmente se realiza, imponiendo los indios su tradición ante los ojos de los principales del pueblo. Cabe señalar que en este relato de Arguedas no se menciona al cóndor atado al lomo del toro, que actualmente es la variante más conocida del yawar fiesta.
Personajes Principales
• El Misitu, es el toro elegido para la “corrida india”. Vive solo en la puna, abrigado por los queñuales de Negromayo, en K’oñani, adonde los indios temían entrar. Posiblemente había huido de algún criadero cercano, pero los indios imaginaban que había salido de las aguas de una laguna y le atribuían cualidades sobrenaturales.
• Los varayok’s o autoridades indígenas de Puquio, cuatro por cada uno de los cuatro ayllus, dieciséis en total. Encabeza cada ayllu un varayo’k alcalde.
• Don Julián Arangüena, misti o vecino notable de Puquio, es un terrateniente dueño del territorio donde vive el toro Misitu. Es detestado por los indios por sus violencias y abusos. No se opone a la “corrida india”, aunque no simpatiza para nada con los indios, a quienes considera seres inferiores.
• Don Pancho Jiménez, es otro misti o vecino principal de Puquio, dedicado a la venta de aguardiente y abarrotes. Es unos de los principales defensores de la “corrida india”. Por su constante oposición a la autoridad y por azuzar a la gente del pueblo es apresado y tenido incluso como un peligro necesario de eliminar.
• El Subprefecto, es la autoridad que representa al gobierno central. Es costeño y detesta las costumbres de los indios, por lo que está dispuesto a hacer cumplir la prohibición de las corridas indias.
Personajes secundarios
• El alcalde don Antenor y sus concejales.
• El Juez.
• Don Demetrio Cáceres, vecino principal de Puquio, que se pone a favor de la abolición de la corrida india, pero se deja entrever que solo lo hace para adular a las autoridades.
• Don Jesús Gutiérrez, otro vecino principal de Puquio, quien también está contra las costumbres de los indios que considera bárbaras.
• El Sargento, natural de Arequipa, encargado de resguardar el orden en el pueblo.
• Los capeadores o toreros indios: Wallpa, K’encho, el “Honrao” Rojas, el Tobías.
• El Vicario, representante de la Iglesia Católica en Puquio. Es quien dirige la construcción de la carretera de Puquio a Nazca y quien convence a los indios a aceptar la realización de una corrida a la española.
• El layka o brujo de Chipau, quien se ofrece a acompañar a los indios k’ayaus durante la captura del Misitu, pues decía hablar de parte del auki K’arwarasu, deidad tutelar de la montaña de dicha nombre a quien los indios invocan su favor. Muere destripado por el toro.
• Ibarito II, torero español, radicado en el Perú desde hacía diez años. Es contratado en Lima por la comunidad de Lucanas, a fin de que toree “civilizadamente” en una plaza construida para tal fin en Puquio. Al final, rehuye enfrentarse al Misitu, ante las pifias del público.
• El Estudiante Escobar o Escorbacha, mestizo de Puquio residente en Lima, es el presidente del Centro Unión Lucanas, asociación de hijos o naturales de la provincia de Lucanas residentes en la capital. Ideológicamente está influenciado por la prédica indigenista y el pensamiento mariateguista.
• El chofer Martínez, indio de Puquio residente en Lima, es fiscal del Centro Unión Lucanas. Aprendió a hablar castellano y de vuelta a Puquio, se atreve a insultar al gamonal Julián Arangüena, llamándolo “ladrón”.
• Guzmán, apodado el “Obispo”, es otro lucanino residente en Lima. Es empleado y ejerce como vocal del Centro Unión Lucanas. Destaca como orador.
Diamantes y pedernales
Resumen
Los sucesos transcurren en Alk'amare, un barrio en la capital de una provincia de la sierra peruana, donde cuatro personas foráneas entrecruzan sus vidas: el arpista Mariano, el patrón don Aparicio, Irma la ocobambina y Adelaida la costeña.
Mariano, un eximio arpista, a quien la gente común lo ve como un upa o idiota por su carácter ensimismado, llega al villorrio acompañado de su cernícalo (killincho), a quien llama “inteligente Jovín”. Era originario de un pueblo frutero cercano, del que partió instigado por su hermano Antolín, quien le aseguró que en la capital de la provincia triunfaría pues los arpistas eran muy apreciados y solicitados. En Alk'amare Mariano conoce a don Aparicio, joven terrateniente que tiene bajo su mando a mil indios. Este personaje era también foráneo pues provenía de Lambra, donde tenía latifundios. Don Aparicio se siente fascinado por la música de Mariano y lo acoge, tratándole de “don”, pero le obliga a que toque solo para él. Don Aparicio es un enamorador empedernido y seduce a muchas mujeres, siendo su preferida una mestiza llamada Irma, natural de Ocobamba, a quien había raptado separándola de su familia. Sin embargo, al llegar al pueblo la joven costeña Adelaida, don Aparicio queda deslumbrado con la belleza de esta mujer, rubia y de ojos azules. Él asume que lo que siente por Adelaida es amor, ya que ésta le genera un dolor que ni siquiera la música de don Mariano logra calmar. Don Aparicio colma de regalos a la recién llegada y de esta manera se siente con dominio sobre ella, aunque sin saber para qué la quiere.
Todo ello entristece a Irma, quien se había mostrado fiel al terrateniente. Celosa, trama un plan para recuperar el
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