Juego de Dados (El bestiario)
Enviado por Pedro Fariñez • 8 de Marzo de 2018 • Tarea • 1.158 Palabras (5 Páginas) • 107 Visitas
Juego de Dados
(El bestiario)
Fin del primer turno
· I ·
- Si estuviera desmayada de verdad caería más rápido, - todos los demás desviaron un poco la vista de la chiquilla que bajaba como un peso “muerto” por el agua – seguro se la comen por lista-.
- ¡Calla y observa!, por algo los llame a todos ustedes. Todos los que vienen de ese lugar son especiales-.
Cuando solo se veía una sombra que se deformaba, uno de los hombres tocó la esfera para que todos pudieran presenciar la caída del cuerpo. ¡Zas! Se estrelló el cuerpo de la niña contra el suave suelo recubierto de hojas y criaturas descompuestas, aun así se liberó un gran estruendo que lleno todo el bosque, desviando los flujos cercanos hacia el lugar del aterrizaje. Además de todo ese umis desenfrenado, también alertó a una criatura imponente con pupilas verticales, que en cuatro patas se abalanzo hacia al lugar.
- ¡Ja!, Te lo dije. Se la van a comer – repitió mientras lo miraba triunfador-.
El umis arremolinado entre los arboles no le permitía verla, así que tuvo que acercarse sin siquiera saber que era lo que se encontraba ahí que causaba tal revuelo en el bosque. Y ahí estaba, un bulto blanco entre tanta oscuridad, simplemente deslumbraba, sus pupilas se dilataban al verla, ella se veía simplemente deliciosa para él, ya no podía esperar a comerla, pero un manjar de esa clase merecía mayor respeto, una situación más organizada. La tomo por el pie y la monto en su hombro para llevarla a su morada.
- ¡Bienvenido Amo Bastián! – dijo el diablillo negro que abrió la puerta, quien no podía dejar de mirar al hombro de la bestia - ¿Q-qui-quien es esa Amo Bastián? ¡Per-perdóneme a-amo!-.
- ¡Es mi cena! Fikir, puedes comerte todo lo que habías preparado – dijo mientras pasaba con una gran sonrisa que inspiraba más temor que felicidad al pobre kobold que empezaba a temblar por el estruendoso tono-.
¡Crash! Cayo al suelo el pequeño saco de carne pálida.
- ¡Oh! Vaya incordio, ¿Por qué suda? ¿Qué no estaba muerta ya? – dijo con exaltación mientras la recogía del suelo para pasársela al delgado kobold. Quito de un manotazo todos los libros que estaban sobre una mesa de piedra y le ordeno que la pusiera ahí-.
- A-amo ¿E-ella es hu-ma-ma…? – Fikir se quedó perplejo cuando la niña albina se sentó sobre la mesa - ¡A-a-amo mire!-.
Bastián afirmo en su mente
- ¡Sigh! ¿Cómo llegaste al bosque? – dijo Bastián con tono decepcionado. Con ganas de renunciar a su título de Timor - ¿¡Quién eres!? Dímelo ya-.
- ¿Hola…? ¿Quién eres?, ¿Por qué no puedo ver nada? – dijo la niña-.
- N-no pue-puedes ver porque tus o-ojos no están ajus-ta-tados a este ti-ti-po de luz señorita – respondió el kobold inevitablemente debido a toda la información y curiosidad que atravesaba su cabeza en ese momento-.
- ¡No le des información así como así Fikir! ¡Donde están tus principios?-.
- Lo-lo siento Amo Bastián-.
Bastián se adentró más en la cueva bruscamente y volvió con una especie de lámpara que tenía un umi frenético dentro, se la lanzo a la niña junto con un trapo rojo.
- La lámpara es para que puedas ver, es muy cara, procura no perderla – dijo Bastián – y mañana te largas de aquí-.
En el instante en el que toco la lámpara logro ver todo el lugar, le agradeció con una tierna sonrisa y se levantó usando el trapo como una capa.
- Sirve la comida Fikir.
- S-si mi Amo.
En la cena, ninguno de los dos le quitaba la vista de encima a la niña, pensando en porque no fue poseída por el umis, ¿Por qué aquel estruendo, si el piso está cubierto de hojas? Ya que claramente ella estaba en un nivel muy bajo para sobrevivir en el bosque. Después de la cena la chica no pudo aguantar el sueño y se quedó dormida en un sofá de piedra con unas mantas.
...