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LA CASA DE LOS ESPIRITUS


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2013  •  634 Palabras (3 Páginas)  •  260 Visitas

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MI DESPERTAR

Todo era muy extraño, pensé que era de día, pero cuando miré mi reloj me di cuenta que estaba a punto de amanecer. Aparecí en medio de una pista transitada, vestía una bata blanca muy similar a la de un enfermo de hospital, pero a diferencia de ellos, portaba algo que hacía que algunas personas me miraran fijamente con asombro y otras con lástima: unas frías esposas en mis manos.

No entendía en ese momento por qué tenía esa insignia de delincuente en mis extremidades. Mis últimos recuerdos me remontaban a una salida nocturna con amigos de la infancia al cementerio “Los Ángeles” que quedaba cerca de mi casa. Creo que visitábamos en aquel “aposento de los olvidados” a un compañero de la niñez que se había suicidado a causa de los conflictos familiares en su hogar.

Su nombre era Damián, y si tuviera que describirlo, diría que era la peor persona que pude haber conocido en mi vida. Además, si le preguntase a alguno de los que me acompañaban, apuesto que compartirían ese concepto de él. Así que estábamos frente a su tumba diez años después, solo por compromiso, por demostrarle a su familia que a pesar su maldad aún existían compañeros que lo querían y lo extrañaban.

Recuerdo que esa noche, mientras los demás cumplían con rezar, yo por mi parte le agradecía a Dios que Damián no estuviera con nosotros en este mundo. Lo que nadie sabía sobre Damián fue su parentesco conmigo. Él era mi hermanastro y lo detestaba tanto porque debido a él mi padre se separó de mi madre, quien me dejó huérfano a los pocos meses de haberse enterado esa horrible noticia. Aunque después de la muere de Damián mi padre regresó conmigo, más que por amor, por culpa. Pero toda esa historia solo quedó entre mi familia y la de Damián, de manera que en el cementerio yo solo era un compañero más para todos mis amigos.

Esa noche Daniel, nos propuso algo, como nuestro rechazo a Damián era algo en común desde hace mucho tiempo, él trajo una tabla que servía para poder comunicarnos con él y averiguar cómo la estaba pasando en el más allá. Por ello, usamos ese objeto, y cuando hicimos la primera pregunta sentí una extrañez dentro de mí. Me sentí Damián por un momento, sentía mucha tristeza dentro de mí, y lo único que quería era aliviar todo eso, es decir, quería hacer lo mismo que hizo Damián para acabar con su sufrimiento.

Y cuando me disponía a hacerlo, cuando me destinaba a correr a la carretera donde Damián logró su objetivo, pude observar a varios de mis mejores amigos que me seguían para detenerme, y cuando lograron agarrarme empecé a forzajear con ellos desesperadamente. No podía ir marcha atrás, no era yo, era Damían dentro de mí, que quería llevarme con él, que quería que su tempestad sea compartida. De pronto a lo lejos vi que un camión se aproximaba, y como Damían era el que

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