LA DINAMICA URBANA Y CONTEMPORANEA
Enviado por JACKMERY • 23 de Marzo de 2012 • 3.280 Palabras (14 Páginas) • 1.599 Visitas
Hablar de la dinámica urbana y contemporánea es hacer referencia a la historia y a la estructura, que están determinadas por un complejo de causas y contextos que comprenden el ambiente natural; las relaciones económicas de producción y consumo; la organización de símbolos que los antropólogos llaman cultura; los factores psicológicos de emoción, conocimiento, carácter, y finalmente, las ideologías más o menos explícitas por medio de las cuales la gente ordena su vida política.
Es importante valorizar además la antropología lingüística, con una visión amplia de la realidad y valorar el trabajo de campo, así como discernir el campo de un estudio meramente antropológico a uno histórico e independiente. Lo que nos permite integrar elementos culturales que dejamos comúnmente de lado cuando realizamos estudios de la realidad campesina y de transición de sociedades agrarias a urbanas. En las cuales es de gran importancia ubicar el surgimiento de las regiones y las localidades desde una perspectiva histórica.
Es conveniente recordar que en la disciplina de la antropología se aprende en la práctica, y no se le ha dado el valor que amérita a la formación etnográfica, herramienta útil también para el estudioso de los fenómenos culturales. Por otra parte la sociología ha desarrollado el uso de la historia oral como la psicología y el psicoanálisis, en relación al inconsciente, en los procesos de comunicación y el papel que se cumple en el proceso de creación de conocimientos, y hay que reconocer la importancia de las técnicas de los literatos, lingüistas, quienes aportaron técnicas de recolección de información oral, procedimiento metodológicos y técnicas de formalización de textos recuperadas.
Es necesario que la vida local se traduzca en una situación de vida grata; en primer lugar tenemos que tratar a nuestras comunidades como entornos globales, no como una serie de entornos parciales, ya que este es el único procedimiento para poder calcular bien los costos y los beneficios de diversa índole que sus cambios entrañan. En segundo lugar, tenemos que crear instrumentos que permitan a los ciudadanos articular sus necesidades y participar de lleno en la tarea de configurar todos los aspectos de la vida local. Tenemos que adoptar un enfoque cultural de desarrollo comunitario.
Es importante destacar que cuando se realizan planes de desarrollo de la comunidad no se consideran los efectos secundarios que el crecimiento económico pueda producir. Así que se hace necesario elaborar métodos de participación e integración, ya que; cada comunidad constituye una manifestación colectiva de la infinidad de eventos y de actividades que lo componen. La comunidad se enfrenta ante la acción oficial que inhibe la misma participación, de aquí que sea necesaria la acción cultural y la iniciativa comunitaria, que tendrá que ir aprendiendo a utilizar sus propias fuerzas intelectuales y morales, el hombre deja de ser objeto de la educación, de la acción cultural, del desarrollo económico, de la propaganda política, del proselitismo religioso, para convertirse en el sujeto de su propio destino.
En la iniciativa de progreso y desarrollo social es posible la integración de las dimensiones que involucran: un cambio cultural, de capital humano y social que se pueden lograr debido a la articulación de estas potencialidades, correlacionadas con la cultura y la vida cultural que han suministrado pautas espirituales, intelectuales y estéticas, a partir de las cuales las colectividades han podido adquirir una identidad y su especificidad propias.
Los estudios locales necesariamente tienen que ir complementados con una revisión detallada de las experiencias de los estudios de carácter antropológico regional y urbano, lo cual ha constituido una condición para la siguiente pregunta, ¿Es preciso mantener la tradición o modernización de las costumbres? Y es que se esta expresando el cambio en las tradiciones debido a la cercanía de la ciudad y aquí se impone la lógica de la resistencia cultural.
Gracias a los códigos podemos establecer relaciones entre distintas realidades: códigos genéticos que expresan nuestra constitución biológica; códigos lingüísticos que definen el habla, y con ella el lenguaje; códigos sociales y culturales que generan hábitos y comportamientos a escala local y global; códigos binarios, de los que se derivan los nuevos entornos mediáticos y tecnológicos.
La realidad de nuestro tiempo ha generado nuevas dinámicas de comunicación, sinergias entre campos de creación e integración anteriormente separados departamentalmente. La revolución tecnológica ha conseguido, entre otras cosas, acercar y comunicar escenarios de trabajo y disciplinas creativas que antes sólo se miraban entre sí desde lejos.
Se plantea un recorrido por las interconexiones entre el arte, la ciencia, la tecnología y las dinámicas sociales que en torno a ellas se generan. Se transita por espacios permeables que propician interferencias productivas entre imaginarios, conceptos y prácticas diversas. En su conjunto propone una mirada transdisciplinar, entendida como un modo de interpretación, exploración y participación en la compleja trama de relaciones que articula la cultura contemporánea.
La ciudad, como espacio propicio para la concentración de la vida humana, ha generado, a través de su desarrollo, fenómenos singulares en el marco histórico de las sociedades. Diferentes disciplinas se han ocupado del estudio de los fenómenos que en la ciudad se presentan. Sin embargo, por sus características mismas, es difícil emitir un diagnóstico definitivo sobre los casos que se analizan. La dinámica social urbana presenta permanentemente situaciones nuevas que deben ser asimiladas por quienes habitan estos espacios.
La Revolución Industrial trajo consigo consecuencias peculiares que modificaron los moldes tradicionales de la estructura social urbana. Nuevos inventos, como la electricidad y el automóvil, fueron transformando los modelos de vida comunes. Los medios masivos de comunicación y la tecnología presentaron, a la vez que comodidad a sus habitantes, nuevas problemáticas y exigencias.
Di Donna señala que “la ciudad, tal y como la conocemos actualmente, es un fenómeno que no tiene antecedentes históricos lejanos”.
Davara señala que la ciudad es "una acotación concreta del espacio, ordenada según las oposiciones de lo público y lo privado, que en todo caso es un diálogo del hombre urbano con su propio medio ambiente, a través de un proceso histórico en constante renovación" y afirma que en toda ciudad no existen más que dos elementos: El hombre y los grupos que acotan su espacio urbano
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