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LA FIGURA HUMANA EN EL ARTE RUPESTRE


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2013  •  3.218 Palabras (13 Páginas)  •  620 Visitas

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LA FIGURA HUMANA EN EL ARTE RUPESTRE

RAZONES DE UNA AUSENCIA

Cuando repasamos, aunque sea someramente, el catálogo de las pinturas y grabados rupestres realizados durante el Paleolítico Superior, dentro del llamado arte franco-cantábrico, una característica llama rápidamente nuestra atención: la práctica ausencia de representaciones humanas de cualquier tipo, con unas cuantas excepciones aisladas que no vendrían sino a confirmar esta regla.

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Hechicero danzante de la cueva de Les Trois Fréres. Derecha: calco de Henry Breuil. Izquierda: estado actual. Hacia 15.000 a.C.

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Aunque nunca podremos saber con certeza absoluta las razones de este hecho, se han formulado al respecto diversas hipótesis. Así, una teoría asocia la ausencia de representaciones humanas a la existencia de una norma de carácter sociocultural que prohibía, por alguna razón desconocida, llevarlas a cabo. Sería algo semejante a lo que ocurre en la actualidad en la cultura musulmana respecto a las representaciones de la divinidad y su profeta. Por otra parte, no falta quien afirma que para el hombre paleolítico su propia existencia era, desde todo punto de vista, insignificante y en consecuencia indigna de ser llevada a las representaciones rupestres, como ocurrió también con animales como los reptiles, los roedores o los insectos.

Por otra parte, una última teoría relaciona todo el arte rupestre con prácticas características del chamanismo y considera las pinturas y grabados de las cuevas como el resultado de la entrada en trances alucinatorios, motivados por el consumo de ciertas drogas, por la práctica de diversos ritos y ritmos de danza o por todo ello al mismo tiempo. Algunas de esas alucinaciones conducirían a determinadas visiones, parte de la cuales quedarían representadas en las paredes y techos de las cuevas. Tales visiones tendrían habitualmente relación con las especies que encontramos en ellas, a veces formando sorprendentes conjuntos.

Escena del pozo de la cueva de Lascaux (Francia). Hacia 18.000 años a.C.

Sin embargo, existen unas pocas muestras de figuras humanas en el arte paleolítico. Sin intentar hacer de ellas ningún tipo de catálogo, podríamos señalar la famosa escena del pozo de Lascaux, en la que un ser humano con cabeza de pájaro se muestra caído ante un bisonte cuyas tripas aparecen reventadas por una lanza, mientras en las inmediaciones encontramos un tótem rematado también por una figura de pájaro. O los diversos ejemplos de hombres asesinados localizados en varias cuevas francesas, (como la de Cougnac) en la que un individuo aparece atravesado por varias flechas. así como las manos pintadas que figuran en las paredes de numrosas cuevas.

Izquierda y derecha: "Hombres asesinados". Cueva de Cougnac (Francia). Hacia 15.000 a.C.

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Izquierda: calco del panel de la cueva de Les Trois-Frères en el que figura un hechicero. Derecha: detalle.

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Pero tal vez sean los dos famosos hechiceros de la cueva de Les Trois-Frères las figuras humanas más conocidas del arte paleolítico. Uno de ellos parece tañer un instrumento musical, mientras el otro está representado con una acumulación de rasgos diversos: presenta ojos circulares de búho y barba larga y puntiaguda, y su cabeza se remata con una cornamenta de ciervo. Su cuerpo parece ser el de un caballo, así como la cola, mientras que las extremidades son inequívocamente humanas. Por la actitud de las piernas podemos adivinar que el individuo está danzando o saltando, mientras parece volver la vista hacia nosotros, que acabamos de sorprenderlo en ese baile iniciático. No puede cabernos duda de que se trata de un hechicero o chamán en el momento de realizar uno de esos trances mágicos. En conclusión, resulta llamativo el hecho de que las escasas muestras de representaciones humanas en el arte parietal vengan a corresponderse con escenas de violencia en el seno de la misma especie o con hechiceros y brujos que danzan disfrazados. Para alucinar.

No conozco muchas informaciones sobre este tema en Internet. En todo caso, podéis consultar este texto de la revista electrónica de la Sociedad Prehistórica de Londres, sobre uno de los hechiceros que he citado.

La figura humana en el arte rupestre de Cuyo, Argentina

Laura Hart, territorium.ong@gmail.com hart_visual@yahoo.com.ar

Con la colaboración del Dr. Horacio Chiavazza.

Ponencia presentada en el Congreso Internacional de Arqueología y Arte Rupestre -25 Años Siarb-.

La Paz, Bolivia, 2012

A modo de introducción

Para los pueblos originarios, el arte rupestre fue una herramienta para la comunicación, una manera de transferir ideas, vivencias y convicciones, una forma de reafirmar lo propio y de hacer partícipes a otros grupos de ese mensaje puesto en la inmensidad del paisaje con la intención consciente, de que perduren en el espacio físico y en el tiempo. A su vez, fue un modo de intervenir territorialmente, -sobre todo cuando comprendemos la condición nómade de sus productores- haciendo referencia de sus acciones inter relacionadas con el espacio: en la exploración territorial, en la búsqueda de recursos materiales y en la ritualización en los espacios geográficos.

Figura humana: Atributos jerárquicos.

Por lo tanto, la figura humana en el arte rupestre no puede interpretarse como una representación ilustrativa, es mucho más que eso. La cosmovisión de los pueblos originarios sudamericanos incluye seres animados y elementos inanimados, todos ellos formando parte de un todo integrado que conlleva el carácter de sagrado. El ser humano estaba comprendido dentro de ese todo. Esa sacralidad estaba enraizada en el pensamiento naturalista y místico del pueblo que además jerarquizaba y respetaba profundamente los personajes de poder dentro de la comunidad. Esta jerarquización se pone de manifiesto en todo el arte rupestre. Así, pues, ciertas figuras humanas tienen, la simpleza esquemática y tamaños menores comparadas con aquellas que muestran los atributos de poder, diferenciándose ambas en el conjunto. Pero sea cual fuese su aspecto, la figura humana, en el arte rupestre, siempre está en función de una idea concebida por el pensamiento naturalista de los pueblos originarios que consideraban a los de su especie una parte más en la naturaleza y no el eje del sistema; que es la concepción más difundida en nuestro pensamiento occidental y contemporáneo.

Región cuyana

En Mendoza, cronológicamente se atribuyen al período comprendido entre los 400 y 600 años y se asocian culturalmente con el estilo Ovalle del Valle del Encanto en Chile y la cultura

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