LA MEMORIA…ARMA CELESTINA PARA QUE LA DIGNIDAD HUMANA SE CONVIERTA EN CIFRA
Enviado por ecespedes • 20 de Octubre de 2012 • 817 Palabras (4 Páginas) • 671 Visitas
LA MEMORIA…ARMA CELESTINA PARA QUE LA DIGNIDAD HUMANA SE CONVIERTA EN CIFRA
ESTHER ZORAYDA CÉSPEDES DE LOS RIOS
ESTUDIANTE CUARTO AÑO DE DERECHO
Posiblemente todas las generaciones han experimentado que les ha tocado etapas de la historia privilegiadas en algunos aspectos y marcadas negativamente en otros.
Muchos fenómenos sociales han permitido pensar al hombre de cada época que la crisis mundial que le ha correspondido en relación al conflicto no es la más grave o quizás es la más crítica de las que el hombre ha tenido memoria.
A lo mejor la memoria de la que ha sido dotada la humanidad se ha convertido en un arma de doble filo, esto ha condicionado a los hombre a presentar comportamientos bipolares y ha tomar posiciones bifrontales conduciéndolo a jugar con una doble moral selectiva.
Se tiene memoria para recordar que el pasado fue mejor en cuanto a costumbres, instituciones, educación, formación. Se recuerda que en el pasado se subsistía con menos dinero, los ingresos familiares no afectaban demasiado la economía familiar; no existía la tecnología, pero en cambio se disfrutaba con lo simple y lo cotidiano; no existía el avión y aún así eran placenteras las semanas enteras galopando al trote del caballo para acortar fronteras, y entre trote y trote se dieron largas y amenas veladas acompasadas con los manjares y viandas de vecinas; la música de los trasnochadores serenateros y el sabor inconfundible del anís que mitigaba el frío de la trasnochada trasportan a épocas de antaño.
En el pasado existían valores, principios, se confiaba porque había seguridad, las puertas no tenían trancas y se podía brindar hospitalidad sin menoscabar la integridad física. Se creía en la palabra y está tenia sello de validez. Abundaban las cosechas y por doquier se exhalaba el aroma a café, caña o cebolla.
Retraer la mente para evocar todo aquello que nos han contado que se fue ó que hemos presenciado y se nos ha escapado, resultaría ser un ejercicio además de delicioso, extenso, que ameritaría plasmarlo en una noche de merienda y no en un llano y frío papel.
Resulta paradójico ver como el hombre siempre ha tenido memoria selectiva y no ha podido jerarquizar momentos, valorando en inequidad hechos que han correspondido simplemente a la cotidianidad propia de cada época con aquellos que con sangre han puesto su sello y han marcado la historia de la humanidad.
Devolvernos a las guerras del pasado no puede ser un simple retrospectivo de retraer el número de cuántos ostentaban el poder, cuántos iniciaron la guerra y cuántos originaron un número cualquiera de barbaries y torturas.
Nos detenemos mucho en cuántos y poco sabemos de cuáles y quienes. Se nos ha condicionado a cuantificar y cada vez nos alejamos más de la cualificación.
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