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LA MIGRACIÓN Y SU ENTORNO


Enviado por   •  9 de Febrero de 2014  •  6.009 Palabras (25 Páginas)  •  397 Visitas

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INTRODUCCIÓN

La migración de mexicanos a Estados Unidos es un fenómeno que involucra dos sociedades y que tiene lugar en momentos concretos del desenvolvimiento histórico de ambas. Al estudiar el fenómeno se deben tomar en cuenta a las situaciones mexicana y estadounidense, así como las interrelaciones entre ambas en cada etapa histórica.

Desarrollo

Es ampliamente aceptado que el fenómeno se relaciona en cuanto a los elementos de carácter interno se refiere, con la situación que guarda el empleo. El origen del problema es el escaso nivel de desarrollo alcanzado en muchas zonas del país y la baja posibilidad de crecimiento. Es un problema heredado de tiempo atrás en el que el rezago económico obligaba a buscar un lugar en la industria ferrocarrilera, minera, agrícola, etc. De un país en el que esos empleos no eran ocupados por nacionales (de EEUU).Es este tema el que he escogido porque representa una problemática de primer orden, es decir, el principal tema a tratar por jefes de gobierno de ambos países es el migratorio, desplazando otros como los tratados internacionales como el NAFTA; además es importante señalar que actualmente las divisas provenientes del vecino del norte constituyen la segunda fuente de ingresos del país.

1. INICIO Y EVOLUCION DE LA MIGRACION MEXICANA

1.1 Inicios de la Migración

El movimiento de población mexicana hacia los Estados Unidos se inició desde el siglo pasado cuando una parte del territorio de México pasó a ser posesión de los Estados Unidos por circunstancias históricas que no es este el lugar para reseñar. El hecho es que de pronto la frontera se traslada hacia el sur y México se queda con su actual territorio. Físicamente, la frontera es inexistente en ese momento y los mexicanos no encuentran obstáculo alguno para pasar al país vecino; sobre todo a partir de que se amplía la red de vías de comunicación de México, la gente puede moverse con relativa facilidad, En particular los ferrocarriles hicieron posible que muchas personas pudieran viajar desde la Meseta Central del país hasta la frontera con Estados Unidos, sobre todo al suroeste de ese país, región que empieza a experimentar un fuerte desarrollo económico basado en la agricultura. Durante las dos últimas décadas del siglo XIX y 1as dos primeras del presente, los inmigrantes mexicanos jugaron un papel muy importante en la construcción de las vías férreas en el suroeste de Estados Unidos, en especial las de las empresas Southern Pacific y Santa Fe. Los trabajadores mexicanos llegaron a representar el 70 % de las cuadrillas y tan sólo en 1908 fueron contratados más de 16 000 de ellos con destino a los ferrocarriles. Incluso después de que se terminaron las vías principales, los mexicanos continuaron siendo contratados para construir las líneas secundarias y para el mantenimiento y reparación de las mismas. La construcción de vías férreas llevó a los mexicanos a Montana, Wyoming, Utah, Colorado, Idaho, Illinois y Washington. Tres fueron los principales elementos que hicieron del suroeste norteamericano el gran abastecedor de los Estados Unidos: los ferrocarriles, que aseguraron un transporte confiable para la distribución de productos agrícolas a las ciudades los nuevos sistemas de riego, que hicieron posible la apertura de miles de hectáreas al cultivo, y, finalmente, la mano de obra mexicana, que abundante y mal pagada limpió terrenos, sembró, regó y cosechó los productos agrícolas, que en 1929 llegaron a representar el 40% de todas las frutas y vegetales cultivados en los Estados Unidos. La lucha de facciones que se desató en México después de la revolución de 1910, así como la proliferación de gavillas de bandoleros hizo que el campo fuera un sitio envuelto en la inseguridad económica, política y social. En ese momento la industria y el campo estadounidenses necesitaban suplir a sus trabajadores que habían marchado a la Primera Guerra Mundial: de esta manera, los migrantes mexicanos resolvieron su problema de ocupación y seguridad y el capital norteamericano obtuvo fuerza de trabajo. El gobierno de los Estados Unidas legalizó el flujo en 1917 estableciendo un programa especial para admitir temporalmente a la mano de obra mexicana, programa que finalizó en 1921. Junto con estos trabajadores mexicanos que entraron bajo la protección de este programa, también ingresaron miles de indocumentados, aún después de 1921.

1.2 La Crisis de 1929

La crisis de 1929 propició que surgieran y se desarrollaran algunos grupos que proponían restricciones a la inmigración y por lo tanto que se oponían al empleo de mano de obra mexicana, aduciendo que los mexicanos ocupaban puestos que deberían corresponder a los ciudadanos norteamericanos agobiados por los crecientes índices de desempleo. El gobierno norteamericano encontró entonces a quien culpar de por lo menos parte de la crisis y organizó repatriaciones masivas de mexicanos. Esto coincidió con la política del gobierno mexicano respecto al campo y a los campesinos, pues fueron los años de auge del reparto agrario. Ambos acontecimientos arraigaron por algunos años a los emigrantes en sus propios asentamientos.

1.3 La sustitución de importaciones

A partir de la década de los cuarenta México comenzó un proceso de desarrollo acelerado basado en una industria manufacturera que sustituyendo importaciones satisfacía la demanda del mercado interno y aun generaba excedentes de producción; por ello se vio en la necesidad de exportarlos. Entre 1939 y 1945 las exportaciones aumentaron un 100% incluyendo tanto las manufacturas como los productos agropecuarios. La Segunda Guerra Mundial vino a ser la coyuntura que propició este espectacular crecimiento económico, que se ha dado en llamar "el milagro mexicano" y que permitió que en esos años el producto nacional creciera a un ritmo promedio anual de 7%.Las grandes ciudades, particularmente la ciudad de México, centralizaron la vida del país; su dinamismo atrajo a los pobladores rurales y de ciudades menores básicamente a empleos no muy estables como, por ejemplo, la construcción. La mayoría de las ocupaciones disponibles se encontraban en esa rama; es decir, eran empleos no duraderos, pues aunque la construcción de la infraestructura necesaria para la modernización del país requería grandes contingentes de mano de obra, una vez concluida la carretera, la presa, el puente o el edificio, allí quedaban sin necesitar más trabajadores. El dinero obtenido por las exportaciones se destinó a inversiones que llevaban a sustituir a la mano de obra en la producción. Después de esto empezó a declinar la tasa de creación de empleos en los centros urbanos e industriales lo cual, junto con

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