LA NOCHE Edinson Bermúdez

LA NOCHE

Edinson Bermúdez

La negra alta, aquella que pasan las horas y pasan, dedicada ella sale y dice ya es hora de recogerse, para empezar. La negra alta retumbando en tu hombro, oído, pecho y en tu ser. La negra alta. No encuentro y no le veo lo que quizás tú le veas buscando en ella lo que menos te imaginas, soy de esa, si de esa misma en la que  cual inspiro y empiezo todo el día. Caluro, cálido, mojado, engañoso y pretencioso de cantidad de cosas que la gente le gustaría y le gusta cumplir durante el día; llega la negra alta y derrumba todo, porque ya es hora de caer, caer silenciosamente para así no dar de mucho que decir y entender;  la gente se acostumbra llevar y traer, pero nunca dejar. Un día decía la negra alta tengo sueño por la tarde, como dijo en su cuento el señor Bukowski. Respondiéndose si misma dice pero no dormiré sobre ella porque aún no es mi tiempo de caer, caeré silenciosamente como lo hace la gente, para así no descuadrar las horas de su madrugada linda y dulce; llegando un día de la semana como cualquiera se lo esperaba. Corriendo, caminado y saltando, la gente llegando a su destino deseado; llego el hombre claro temprano 6am acompañado de la negra alta y enojada soltando lágrimas que todo mundo sentiría, en su lugar muchos le preguntaron, ¿Qué te paso hombre claro?, responde: triste, llego sucio y acongojado, como una nube gris sin querer que brillen los demás. Así expresando lo terrible llegó a casa y no brillo más, llega la negra alta sale y sin saber qué es lo que le  pasa, al  hombre claro que ya no sabe que como responder a ello, le dice: llámale, cálido, la gente entenderá porque es cálido. Lo compararan con el día y como comienza el día para muchos. Un día, cuando se empieza, algunos son  muy claros otros nubosos y otros oscuro como la noche, parecido al negra alta sigue saliendo habitualmente y la negra alta porque su amigo claro no quiso seguir corriendo como las horas del día, pero la negra la alta siguen corriendo con las horas de la madrugada, abrigando y cubriendo en su totalidad al individuo que asecha con ganar y querer mojarse dentro del sujeto que llamamos humano, siendo más  específico, hombre dentro de mujer o viceversa, o al ladrón y al indigente, la negra alta no sabe que con su manto se cubren, pasan y se hacen cosas deliciosas como para no parar jamás. De tanto en tanto la noche pudo comprender que muchos la apodan así “cariñosamente la negra alta”

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