LA PASCUALITA
Enviado por 8291 • 21 de Enero de 2014 • Tesina • 2.742 Palabras (11 Páginas) • 286 Visitas
LA PASCUALITA
Se sabe que el maniquí de la Pascualita apareció en un aparador de La Popular (un local chihuahuense de vestidos de novia) el 25 de marzo de 1930. La versión más común dice que la dueña del negocio, Pascualita Esparza Perales de Pérez, la mandó a traer de Francia. Otra versión también dice que el maniquí fue traído de Francia (de París exactamente), pero que la Sra. Esparza lo adquirió en México DF, dentro de una prestigiosa tienda conocida como “El Puerto de Liverpool”, de la cual ella solía traer telas, azahares, ramos y otros productos que revendía en su local. Al principio no le quisieron vender la hermosa figura de cera; pero, ella estaba tan prendada del maniquí, que amenazó con dejar de comprar sus suministros en la tienda si no se lo vendían, por lo que accedieron y así la Sra. Esparza lo llevó a su local. Sea cual sea la verdad, se cree que la Sra. Esparza compró el maniquí porque, además de ser sumamente bello y de aspecto realista, se parecía bastante a su hermana (encargada de confeccionar los vestidos que exponía en el escaparate de su local) e incluso a ella misma.
Según se cuenta, desde el primer día en que la novia de cera estuvo en la La Popular, todos se detenían a mirarla y, aunque la dueña le dio el nombre de “Chonita” por su aparición en el día de La Encarnación, el vulgo tenía más fuerza y, como todos la llamaban “La Pascualita” por su parecido a la dueña del local, fue ese el nombre que finalmente le quedó.
Si nos preguntamos ahora por qué La Pascualita impresionaba tanto que se convirtió en un icono de la época y se ganó el título de “la novia más bonita de Chihuahua”, la razón está en que era distinta a los demás maniquís de la época: tenía un mejor acabado en la cera, sus ojos eran de cristal, su pelo y sus pestañas eran implantes de verdadero pelo y pestañas, y su expresión, a diferencia de las de tantos maniquís de mirada inerte, era viva y reflejaba emociones, cual si estuviese dotada de humanidad…
Bien, hasta aquí simplemente La Pascualita llamaba la atención; pero, en algún momento de la década de los sesenta (no se sabe si antes o después de 1967), empezaron a surgir rumores de que la novia de cera estaba viva y era capaz de moverse de noche cuando no había nadie en el local, o sonreír a algunas personas.
Particularmente, los rumores se hicieron más frecuentes cuando Pascualita Esparza Perales de Pérez falleció en 1967: entonces aparecieron personas diciendo que La Pascualita les seguía con la mirada, que su fantasma les seguía un tiempo si se quedaban viéndola fijamente, o que por breves segundos le aparecían venitas rojas en los ojos… Inclusive, se supo de algunas empleadas que trabajaban en La Popular que renunciaron a su puesto porque vieron llorar o moverse a La Pascualita, y de otras que se negaban a vestirla porque supuestamente le aparecían venas verdosas en las piernas, que posteriormente desaparecían al igual que las venitas rojas que más de uno vio en el blanco de sus ojos.
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Teorías sobre qué causó que La Pascualita cobrara vida
Estas teorías no son especulaciones hechas en el internet: son historias-explicaciones que surgieron en la tradición popular y aún perduran, y que deben su variedad al hecho de que la historia oficial (expuesta arriba) no da razones a los sucesos extraños y escalofriantes que convirtieron en leyenda al maniquí. Veamos ahora esas teorías tejidas por el pueblo chihuahuense a partir de los rumores, la imaginación y la especulación:
El espíritu de la dueña: Esta teoría fue la primera que surgió, y la que más sentido tiene desde un punto de vista cronológico, ya que los testimonios sobre sucesos paranormales (las cosas que dicen haber visto hacer a La Pascualita) se hicieron patentes en el año en que murió la dueña de la tienda y, puesto que no se sabe en qué momento de la década de los sesenta surgieron, puede pensarse que, o bien estaban ya antes de 1967 (año en que murió la dueña), o bien aparecieron en 1967. De ese modo, si fuese lo segundo, cabría pensar que se debió a lo que afirma esta teoría: a saber, que el espíritu de la dueña se metió en el maniquí, o que simplemente sigue penando en el local y a veces entra en el maniquí. El problema de esta teoría es que no da otra razón que la devoción que la dueña sentía por su maniquí, y el parecido que éste guardaba con ella.
La hija muerta el día de su boda: Esta teoría tiene dos versiones. La primera dice que, justo el día de su boda, la hija de Pascualita (la dueña, no el maniquí) murió por la picadura de un bicho (alacrán, araña venenosa, escorpión: el animal varía) que estaba oculto en su coronita de novia, y que todos la vieron caer muerta cerca del altar. La segunda versión, cuenta que la hija de Pascualita fue apuñalada por un pretendiente celoso, justo cuando estaba en el altar, a punto de casarse con un hombre al que, a despecho del pretendiente, amaba verdaderamente.
En todo caso, en ambas versiones dicen que, tras perder a su hija, Pascualita la mandó a embalsamar y a recubrir de parafina y cera, vistiéndola siempre con vestidos nupciales, como para recordar que murió antes de casarse, tenerla siempre cerca y, a la vez, honrarla convirtiéndola en el emblema de su local de vestidos de novia: el problema fue que, sin saberlo, había aprisionado el alma de su hija en su cuerpo embalsamado… Esto del embalsamamiento resulta poco creíble, y en general la teoría no es muy aceptada, pues se sabe que la dueña, que se casó a los 17 años con Enrique Pérez Loera, tuvo solo un descendiente con su esposo, y que ese descendiente era un varón llamado Enrique; sin embargo, se rumorea que también tuvo una hija y que ésta murió ahogada a los cuatro años (esto también haría imposible la teoría), o bien que en realidad si tuvo una hija que creció y murió el día de la boda, aunque esto último casi nadie lo cree.
El chamán enamorado: Dicen que, durante la década de los sesenta, un poderosísimo chamán había llegado de visita a Chihuahua. Este chamán estaba paseando cuando de pronto se paró, anonadado al ver la belleza de La Pascualita. Sus suaves rasgos, sus ojos grandes y dulces, sus manos delicadas, todo en ella le hacía desear que estuviese viva y fuese suya… entonces: ¿por qué no usar sus poderes? Eso fue lo que supuestamente hizo con un ritual, a través del cual cobró vida el maniquí, y se convirtió en su amante, acompañándolo durante los dos meses que vivió en Chihuahua: siempre cada noche, a partir de las diez (hora en que ya estaba cerrado el local). Esta historia es aún más difícil de creer que la anterior, pero podría pensarse que efectivamente hubo un chamán en Chihuahua, y que éste salía con una chica muy parecida a la La Pascualita…
El
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