LA PASTORELA
Enviado por cashe • 24 de Febrero de 2014 • 1.386 Palabras (6 Páginas) • 387 Visitas
LA PASTORELA
Las Pastorelas son recreaciones de las peripecias que enfrentan los pastores para llegar a adorar al Niño Jesús, que ha nacido en Belén. En el camino tienen que luchar con los demonios, que representando los siete pecados capitales, les imponen todo tipo de trampas, obstáculos y tentaciones para hacerlos desistir. El Arcángel San Miguel libra una intensa batalla con Lucifer y finalmente triunfa sobre él. Se trata de una confrontación entre el bien y el mal de la que se desprenden ciertas lecciones. Se caracterizan por su lenguaje rudo y esencial propio de pastores; están impregnadas de cierto humorismo involuntario y son ingenuas y picarescas.
ORIGEN
Durante la Colonia, los misioneros españoles aprovecharon la fuerte tradición teatral de la cultura náhuatl para propagar de forma didáctica la evangelización. Los jesuitas, llegados a la Nueva España en 1572, ejercieron una amplia influencia en la educación del pueblo, fueron los principales impulsores de las pastorelas.
La pastorela teatral nace de la pluma de José Joaquín Fernández de Lizardi, quien escribe en el siglo XIX "La noche más venturosa", primera pastorela de la que se tiene noticia entre las presentadas en un teatro con actores profesionales y un lenguaje culto, que si bien retoma la tradición, también establece ciertas diferencias. Desde entonces todos los años, en la época de Navidad y principios de enero, los teatros mexicanos son escenario de este género dramático.
La primera representación que se recuerda se ubica en Zapotitlán Jalisco, donde se presencia la primera batalla entre San Miguel Arcángel y Lucifer, en lengua indígena. Eran entonces, las pastorelas, importantes elementos de comunicación y participación social. Pronto salieron de los atrios de las iglesias para escenificarse en las plazas y calles de los distintos pueblos, donde recogen las costumbres y prácticas de cada región. Así, para fines del siglo XVI, se encuentran referencias de una pastorela propiamente mexicana, con adaptaciones de esta cultura.
Al paso del tiempo, la creatividad indígena le fue dando un giro muy peculiar a las pastorelas, que se hicieron de personajes distintivos, como los pastores Gila, lideresa del grupo, y Bato o Bartolo, el personaje ignorante y distraído que permite explicar al público el mensaje religioso. Pronto los pastores se adueñaron del escenario y del argumento para crear las situaciones adversas y cómicas a las que tenían que enfrentarse durante su traslado al pesebre de Belén donde había nacido Dios.
A partir del siglo XVII las pastorelas se fueron acomodando a espacios muy específicos y surgieron cuatro categorías: las pastorelas de las iglesias, que conservan su contenido esencialmente religioso y un lenguaje culto. Las pastorelas de las zonas rurales, pícaras e ingenuas, tienen lenguaje rudo y están impregnadas de cierto humorismo involuntario.
Las pastorelas de los barrios y vecindades se constituyen en tradición de familia y han ido poco a poco dejando su lenguaje pulcro para dar paso a otro cargado de sexualidad, sentido irónico, cómico y muchas veces soez.
Por ello, la Santa Inquisición nunca estuvo muy de acuerdo con estas manifestaciones a las que calificaba de irreligiosas, y acabó por prohibirlas en el siglo XVIII, lo que provocó su decaimiento hacia el siglo XIX. Otro factor que afectó su popularidad fue ‘la preferencia que se daba a novedades y modas de origen extranjero y porque siendo la pastorela teatro esencialmente religioso, padeció el desdén de los liberales que formaron la clase dominante del gobierno de Juárez’, según detalla Juan Francisco Arellano Heredia, en su artículo La más antigua tradición en México.
Sin embargo, otro tipo de pastorela permitió la preservación de este género como una expresión artística totalmente mexicana. Esta vertiente, que ya hacía sus pininos en el periodo de la lucha de Independencia, se caracteriza por la crítica social y política implícita en los diálogos de los pastores. Es el tipo de pastorelas que actualmente tienen más auge en las grandes urbes de México.
Actualmente casi todo dramaturgo tiene su pastorela, como Román Calvo, autor de ‘¿Cómo te quedó el ojo, Satanás?’; Tomás Urtusuástegui, creador de ‘Un güerco va a nacer’; Dante del Castillo, con ‘La caja misteriosa’, etcétera. Todo grupo teatral representa en esas fechas su pastorela, a veces escrita por ellos mismos; también se forman grupos con el único propósito de hacer una pastorela. Éstos existen por centenares, a veces ingeniosamente alusivas a los acontecimientos de la actualidad política y social. Desgraciadamente, pocas se han visto publicadas, pero en estas fechas podemos ver escenificadas para todos los gustos: tradicionales, políticas, musicales, etcétera’.
Hoy, las pastorelas fungen como un escaparate de los principales conflictos de la sociedad mexicana y el deseo de erradicarlos. Así lo dice la especialista en teatro mexicano
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