LA POBREZA GENERADA POR LA EXPLOTACIÓN MINERA EN LA JAGUA DEL IBIRICO
Enviado por jjceledond • 27 de Mayo de 2014 • 1.911 Palabras (8 Páginas) • 249 Visitas
LA POBREZA GENERADA POR LA EXPLOTACIÓN MINERA EN LA JAGUA DEL IBIRICO
Autor: Por Luis Eduardo Barreto Muegues
Entre los habitantes de La Jagua de Ibirico aún se recuerda el 11 de febrero de 2007, cuando la comunidad se lanzó a las calles a protestar por la miseria que se vivía en ese municipio a pesar de las millonarias regalía del carbón. La marcha terminó en asonada y tras los enfrentamientos entre los pobladores y la policía, murió Félix Manuel Mendoza, un taxista de 44 años, quien era simple observador de esta protesta.
En La Jagua de Ibirico, Cesar, el segundo municipio productor de carbón en el país, con una producción de 18 mil millones de toneladas al año, seis años después de aquella revuelta social, aún están pendientes de las promesas que hicieron en ese momento el Gobierno Nacional, las multinacionales y la dirigencia.
La Jagua de Ibirico está ubicado en las estribaciones de la Serranía del Perijá, limita con Venezuela y en el pasado fue botín de los grupos guerrilleros y paramilitares que se disputaban el control del territorio. A esto se le suma las desatinadas administraciones orientadas por Alcaldes que despilfarraron las millonarias regalías, provocando una suerte negra para los habitantes de esta población del centro del departamento del Cesar.
Aunque hay una leve percepción de avance, en La Jagua de Ibirico el progreso prometido va a paso lento.
“En 2007, no existía vía, la principal era algo horrible. Esto era como un pueblo olvidado, donde a la gente le tocaba ir a hacer compras a otras partes”, afirmó el periodista y sociólogo Eligio Ortiz Santiago, quien destacó que de 2008 a 2010, llegaron comerciantes y nuevos negocios, con lo que mejoró en parte la situación económica de sus habitantes.
Sin embargo, así como ha llegado algo de bienestar, la riqueza ha traído otros problemas. En el pueblo, dos de los principales problemas son la prostitución infantil y las enfermedades respiratorias.
Según cifras de la Secretaría de Salud Municipal, 4.000 personas son atendidas en el hospital local y muchas están enfermas por la contaminación del aire producto de la explotación carbonífera.
Crecimiento poblacional
La aparente riqueza ha hecho que el pueblo se haya vuelto atractivo para personas de otros lugares del país que llegan a buscar su parte de la bonanza carbonera. El profesor José Antonio Mejía Vargas, quien ha escrito varios textos históricos sobre La Jagua de Ibirico, percibe en el crecimiento poblacional un mal mayor con sus consecuencias. Según el censo del DANE, el pueblo tiene 22.163 habitantes, pero con la población flotante la cifra supera las 34 mil personas.
Vargas recuerda que, antes del paro, las carboneras no empleaban a los nativos. “Si no se hace el paro, la gente de La Jagua no estuviera siquiera empleadas porque las multinacionales no querían emplear a la gente de aquí”.
A esto se le suma que los pobladores ven en las mineras sus únicas opciones de trabajo incluso con otras consecuencias. Según el alcalde Didier Lobo Chinchilla, muchos jóvenes dejan sus estudios pensando que su única opción es entrar a una mina a operar un camión. “No visionan mucho más allá”, agregó Lobo que también coincide en que la supuesta prosperidad de la región ha hecho que el municipio se vuelva en un receptor de desplazados, pero con una visión simplista del problema.
“Viene mucha población flotante y nos toca resolver todas esas situaciones, el tema de desplazados, se vienen del interior del país y atraviesan 550 pueblos, pero terminan aterrizando en La Jagua y vienen donde uno, porque hoy la Ley los ampara, y me toca darles techo o alimentación por dos y tres meses”, dijo el mandatario local quien aseguró que uno de los mayores huecos que tiene el municipio está en la atención de salud del régimen subsidiado.
Sin embargo, si se miran las cifras que ha recibido por regalías este pueblo a partir de la bonanza carbonera, se podría decir que ha habido una alta cuota de despilfarro y corrupción. Según el Comité de Seguimiento a la Inversión de las Regalías del Carbón, CSIR Cesar, entre 2004 y 2011, este pueblo había recibido más de 240 mil millones de pesos, y con giros pendientes por recibir del orden de los 210 mil millones de pesos, que sumados a los 42.768 millones de pesos del 2012 y los 53 mil millones asignados para este año, superan los 500 mil millones de pesos y a pesar de todos estos recursos hoy en día no tiene siquiera agua potable.
Además de los problemas de salud de la población, los trabajadores de las minas también han sido afectados por la fiebre del carbón. El alcalde considera que no se ha hecho la explotación de la mejor manera y hoy están afectados en su salud.
El concejal Reginaldo Peralta agregó si bien ya se ha identificado de donde provienen los problemas de salud, las multinacionales del carbón aseguran que estas partículas que salen de la explotación del mineral no son nocivas para la salud.
Esta negación riñe con las cifras. Según estadísticas de la Asociación de Trabajadores Enfermos del Carbón de La Jagua de Ibirico, Asotrecaj, que cuenta con 80 afiliados en este municipio, hay más de 120 enfermos graves con diversas patologías.
Uno de los casos es el de William Orozco, trabajador de la multinacional Glencore, quien después de 17 años hoy está confinado a una cama por cuenta de cuatro cirugías que le practicaron por una lesión en su columna. Según Asotrecaj que agrupa a 1.500 trabajadores, el 60% padece una enfermedad originada por la actividad minera.
La prostitución es otro de los males naturales de esta actividad económica, que ha llevado a disparar los indicadores de enfermedades de transmisión sexual, sin dejar atrás el abuso a menores, el incremento de adolescentes embarazadas y embarazos no deseados.
Pero según Eligio Ortiz Santiago, en La Jagua ha habido dinero para todos incluidos los grupos al margen de la ley.
“Ellos han sido uno de los mayores beneficiados, todos conocen que aquí se perdieron más de 300
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