LA POLITICA EXTERIOR DESDE LA REVOLUCION 1910-1940, LA REVOLUCION Y LOS AÑOS DE LA CONVIVENCIA DIFICIL CON EL EXTERIOR
Enviado por fuji852 • 24 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 1.699 Palabras (7 Páginas) • 141 Visitas
LA POLITICA EXTERIOR DESDE LA REVOLUCION 1910-1940, LA REVOLUCION Y LOS AÑOS DE LA CONVIVENCIA DIFICIL CON EL EXTERIOR
El siglo XX comenzó para México 10 años tarde. La revuelta electoral de Madero, acabó por desencadenar una gran revolución social que transformaría al país entero y modificaría la posición de México en el escenario internacional. Como resultado del movimiento armado, los gobiernos posrevolucionarios tuvieron que buscar un nuevo acomodo entre las naciones del mundo y, de la misma manera, éstas tuvieron que encontrar una nueva forma de relación con México y sus nuevos gobernantes. Las tres décadas que van de 1910 a 1940 constituyen una época compleja y fascinante en la que los sucesos nacionales se ligan con acontecimientos importantísimos en el mundo, dos guerras mundiales, la Revolución Rusa y el surgimiento de los regímenes fascistas en Italia y Alemania, por sólo mencionar algunos. En el juego internacional de México durante este periodo, el gobierno norteamericano volvió a ser una fuerza muy activa en la política nacional, lo que no había sido durante el porfiriato. Sólo en el decenio que va de 1910 a 1920, la acción de los gobiernos norteamericanos condujeron a tres intervenciones importantes: el desembarco de marines en Veracruz en abril de 1914; la expedición punitiva conducida por el general Pershing en 1916, y a una incursión menor de fuerzas norteamericanas en Ciudad Juárez en junio de 1919. También la frontera entre los dos países jugó un papel decisivo en el curso de los acontecimientos políticos nacionales ya que fue santuario de revolucionarios -de la oposición magonista y maderista, por ejemplo- y también fuente de abastecimiento de armas. Además del gobierno, los intereses económicos norteamericanos, en particular los de las compañías petroleras, ejercieron una influencia enorme sobre la relación con México, situación que no cesaría sino hasta 1942, cuando quedó definitivamente arreglado el conflicto. En menor escala, la opinión pública, el movimiento obrero, y la iglesia católica de Estados Unidos, se harían presentes en los asuntos internos de nuestra nación. Por lo que hace o otros países, Gran Bretaña era sin duda el único país capaz de disputarle a Estados Unidos la preeminencia económica sobre México. Díaz, temiendo la avasalladora influencia norteamericana, había alentado la participación económica europea. Gran Bretaña ocupaba un lugar distinguido, sobre todo a través del empresario Weetman Pearson (después Lord Cowdray), quien controlaba parte de la industria ferrocarrilera, y fundó la compañía petrolera El Aguila, que controlaba para 1910 el 58 por ciento de toda la producción petrolera del país.1
La primera reacción tanto en México como en otros países frente al levantamiento de Madero fue de azoro. Como narra Friedrich Katz, el enviado alemán a México, Karl Bünz, escribió a su gobierno la víspera de la Revolución: "pienso, igual que la opinión pública y la prensa, que una revolución general está fuera de toda consideración".2 Esta misma opinión la volvió a externar casi un mes después de iniciadas las hostilidades. Lo que salta a la vista durante el segundo decenio del siglo es la actitud de intervencionismo en
cuestiones de política interna de México que desplegaron tanto Estados Unidos como algunas potencias europeas, en particular Alemania y Gran Bretaña. Las distintas facciones revolucionarias durante este decenio de conflictos no tendrían otro remedio que el de hacerle el juego a sus aliados ocasionales, algunas veces a Estados Unidos, y otras a Gran Bretaña. No hay en la política exterior de estas facciones consistencia ni estrategia de largo plazo, sino sólo oportunismo. Esta situación fue cambiando en la medida que se fue consolidando el gobierno revolucionario. Ya en los tiempos de Carranza, se empiezan a ver los destellos de lo que serían los problemas dominantes de todo el periodo: deuda externa, reparaciones, estatus de las compañías petroleras extranjeras, etcétera. El intervencionismo político norteamericano ocurrió desde el primer momento de la Revolución. El movimiento maderista había generado simpatías tanto en el gobierno de Estados Unidos como entre los consorcios económicos norteamericanos. Sin embargo, a medida que pasó el tiempo la simpatía inicial se fue convirtiendo en hostilidad abierta, al grado de brindar apoyo al levantamiento de Huerta. Los factores que explican este cambio de posición son esencialmente la negativa de Madero a indemnizar en su totalidad a los ciudadanos norteamericanos que sufrieron daño en su persona o propiedades durante la revuelta armada, su aparente deseo de fomentar la inmigración europea y sus esfuerzos por cultivar sentimientos patrióticos entre la población, en particular, su propósito de introducir el servicio militar obligatorio para todos. En enero de 1913 se gestó una conspiración contra el gobierno de Madero. No era la primera; en los pocos meses que llevaba en la presidencia, Madero había debido hacer frente a varios levantamientos entre los que destacan los de Bernardo Reyes y de Félix Díaz. Pascual Orozco y Emiliano Zapata, aunque en lucha, se mantenían en una zona específica que se encontraba más o menos bajo control. Sin embargo, esta vez era diferente ya que los generales conservadores que deseaban una vuelta al porfiriato, habían logrado limar sus diferencias, lo que les permitía actuar juntos. Además
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