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LA RETÓRICA Y LA ARGUMENTACIÓN, SEGÚN CHAÏM PERELMAN Y LUCIE OLBRECHST-TYTECA


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2017  •  Tarea  •  2.261 Palabras (10 Páginas)  •  647 Visitas

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LA RETÓRICA Y LA ARGUMENTACIÓN, SEGÚN CHAÏM PERELMAN Y LUCIE OLBRECHST-TYTECA/ Camilo Fernández Cozman

Desde el punto de vista histórico, la retórica grecolatina se dividía en cinco partes que correspondían a los aspectos constituyentes del discurso del orador: la invención, la elocución, la disposición, la acción o pronunciación del discurso, y la memoria. La primera incluye el universo de los conceptos y las técnicas argumentativas. La segunda comprende el empleo de las figuras literarias (la metáfora, por ejemplo) o de un determinado tono en el discurso que pudiera ser solemne o irónico. La tercera se relaciona con la estructura del texto escrito u oral, pues resulta imprescindible que el orador o autor de un ensayo ordene su texto y le dé la debida coherencia. La cuarta implica el acto del orador, quien pronuncia un discurso oral para convencer al auditorio. La quinta pone de relieve el acto de retener el texto en la memoria. Ahora bien, esta última puede ser individual o colectiva. Por ejemplo, cuando un alumno expone en clase, pone en funcionamiento su memoria individual; no obstante, un político puede hablar de la memoria colectiva y activarla en los receptores poniendo sobre el tapete el recuerdo de las personas desaparecidas durante la tiranía de un gobierno dictatorial.

I)             LA NOCIÓN DE RETÓRICA

          Chaïm Perelman y Lucie Olbrechst-Tyteca (1989) retoman la dimensión totalizante de la retórica de Aristóteles y Quintiliano. Estos autores tomaban en cuenta el vínculo esencial entre la invención, la elocución y la disposición. Lo que sucede es que esta disciplina, después de Aristóteles y los teóricos latinos (como Cicerón y Quintiliano), se redujo paulatinamente a la elocución (por ejemplo, la descripción de las figuras literarias en un poema) y se dejó de lado las técnicas argumentativas que formaban parte de la invención y que se relacionaban estrechamente con la estructura (léase disposición) del texto.  

          En su clásico libro Tratado de la argumentación, Perelman y Olbrechst-Tyteca (1989) se sustentan en Aristóteles y afirman que existen razonamientos analíticos (los que predominan en la matemática y la física, por ejemplo) y los dialécticos (que se evidencian en las humanidades y el Derecho). Aquellos prueban una afirmación (verbigracia, el teorema de Pitágoras); estos, por el contrario, persuaden a través de enunciados probabilísticos (por ejemplo, un abogado convence a los jueces sobre la base del uso de un conjunto de argumentos).

 

II)            LA NOCIÓN DE AUDITORIO

 

Desde el punto de la vista de la Retórica, el auditorio es el conjunto de individuos que escucha una exposición oral o lee un texto escrito. El orador o escritor tiene en mente un determinado auditorio cuando dirige su discurso o termina de redactar su texto. Por ejemplo, una profesora de educación inicial se comporta como una oradora que debería explicar a sus alumnos con un lenguaje muy sencillo con el fin de facilitar la comprensión de estos últimos. Un abogado, en una querella judicial, empleará un lenguaje formal para fundamentar su defensa del acusado. Un novelista utilizará ciertas técnicas narrativas tomando en cuenta el lector modelo (el presupuesto por el autor) a quien dirija su discurso.

Perelman y Olbrechst-Tyteca (1989) consideran que existen tres tipos de auditorio:

 

A)   Auditorio constituido por el mismo hablante: se encuentra en un monólogo en el ámbito de una obra literaria, pues el personaje se dirige a sí mismo. Sin embargo, Perelman y Olbrechts-Tyteca piensa que si bien el sujero puede destinar su discurso a sí mismo, siempre está pensando en otra que lo pudiera refutar porque no hay lenguaje privado. Todo emisor, incluso cuando monologa, tiene en la mente a otra persona. Ello sucede cuando un individuo termina de redactar un texto argumentativo y nadie lo ha leído aún. El autor vuelve a revisar su redacción interrogándose sobre si alguna expresión se entiende o no, entonces se pone en el lugar de otro (un posible destinatario), quien pudiera no comprender plenamente algún enunciado del texto escrito. Si el autor comprueba que hay una expresión poco clara, cambiará esta última por otra de mayor pertinencia conceptual y con una redacción más transparente.

B)   Auditorio compuesto por una sola persona: se encuentra conformado por un único interlocutor a quien se dirige el orador. Un ejemplo claro es cuando un docente se dirige a un solo alumno y centra su clase en la capacidad de comprensión de este último.

C)   Auditorio universal: es el conjunto de personas razonables. Un auditorio particular puede encarnar al auditorio universal. Por ejemplo, cuando un alumno expone en clase, está pensando en el profesor y sus demás compañeros; en tal sentido, debería estructurar su discurso y elegir sus argumentos para conversar a un grupo de individuos que tienen la capacidad de reflexionar y de opinar sobre aquello que escuchan.

 

III)           LAS TÉCNICAS ARGUMENTATIVAS

Perelman y Olbrechst-Tyteca (1989) plantean que hay cinco tipos de técnicas argumentativas: los argumentos casi lógicos, los que se basan en la estructura de lo real, los que fundamentan la estructura de lo real, la interacción de los argumentos y la disociación de las nociones.

A)   Los argumentos casi lógicos

Se les denomina argumentos casi lógicos porque se parecen, en cierto modo, a algunas proposiciones de la lógica formal. Podemos mencionar, en este caso, el argumento sustentado en una definición tomando en cuenta que esta se fundamenta en la estructura a= b+c, donde a es el término por definir; b, la clase; y c, los rasgos específicos. Por ejemplo:

La teoría literaria es el saber que explica las características generales del texto literario. En tal sentido, consideramos que la estilística y el estructuralismo son dos corrientes fundamentales en el ámbito de la teoría literaria, pues precisan los rasgos distintivos del poema, novela o cuento u obra de teatro, bien sea a partir de la noción de estilo o de estructura, y permiten reconocer los distintos niveles del discurso literario con el fin de abordarlos con profundidad y rigor académico.

Aquí vemos cómo la tesis (la estilística y el estructuralismo son dos corrientes fundamentales en el ámbito de los estudios literarios) se sustenta en la definición de teoría literaria que actúa como una especie de premisa desde el punto de vista de la argumentación.

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