LA TRADUCCIÓN DE LOS AUTORES GRECOLATINOS EN MÉXICO.
Enviado por reeker92 • 28 de Mayo de 2016 • Ensayo • 949 Palabras (4 Páginas) • 348 Visitas
LA TRADUCCIÓN DE LOS AUTORES GRECOLATINOS EN MÉXICO
Hablar hoy de las traducciones de los autores grecolatinos es como evocar aquella gran etapa que se perdió durante el período del siglo XIX al XX; parecería que en México los clásicos y sus traducciones pertenecieron al universo literario anterior a la modernidad. Mucha de la literatura mexicana surge de las traducciones de los clásicos.
La primera constatación que debemos hacer es que la traducción mexicana de los clásicos no es un hecho aislado; forma parte del amplio esfuerzo que los pueblos de América han hecho por conoce, apropiarse y recrear a los autores y a las corrientes más importantes de la cultura universal. A esta empresa están asociados los nombres de intelectuales como Andrés Bello, José Joaquín de Olmedo, Miguel Antonio Caro, Joaquín Arcadio Pagaza e Ignacio Montes de Oca, para sólo mencionar algunos del siglo XIX. Todos ellos, verdaderos fundadores de la cultura de nuestros pueblos, han hecho posible que América hiciera suyos Petrarca, a Byron, a Lamartine, a Víctor Hugo, a Verlaine y a toda la cultura contemporánea.
Es cierto que los clásicos estuvieron siempre en las manos de nuestros escritores; pero muchas veces tuvieron de ellos un conocimiento parcial y limitado. Pese a que España nos transmitió un concepto apropiado para ellos no fue hasta el Renacimiento en donde supieron fundamentar los estudios literarios de nuestros antepasados en Horacio, Virgilio, Cicerón, Ovidio, Séneca y Catulo; conocimiento como dijimos parcial y limitado, pero que bastaba para recrear los grandes temas de la literatura.
Cinco son los grandes períodos dentro de los cuales tentativamente, podemos enmarcar la labor de nuestros traductores de los clásicos.
La primera comprende la época colonial. Este período está acompañado del intenso cultivo de la lengua latina desde la perspectiva contrarreformista.
La segunda época está presidida por el signo de la primera Arcadia Mexicana. Al ideal neoclásico los traductores añaden el gusto franco por los escritores franceses, italianos e ingleses; abandonan también la actitud moralizante y conceden más espacio a la poesía amorosa y satírica. La mayor parte de las traducciones fueron publicadas en El Diario de México.
Tres fueron los principios que Larrañaga consideró que el traductor debía observar: Religión, fe e índole.
CONSIDERACIONES EN EL ARTE DE TRADUCIR
El ideal que se propone un ideal consciente –lograr que sus lectores reciban el mismo mensaje- es, indudablemente, más fácil de realizar cuando se trata de un texto científico que cuando se trata de un texto literario. Desde luego no toda poesía es intraducible y no todos los libros científicos son sencillos de traducir, en especial cuando el autor intenta añadir comentarios irónicos, cómicos, etc.
Esta pérdida, quizá leve, da una idea de la pérdida enorme que sufren quienes leen en traducción a los grandes poetas, en los cuales contenido y forma, mundo y lenguaje, están inextricablemente trabados.
Es impresionante tener en cuenta que la fidelidad esencial, la fidelidad que importa, se consigue gracias a un cúmulo de infidelidades. A diferencia de los otros traductores que se quebraron de distintos modos la cabeza para conseguir una correspondencia de verso a verso, y que no lograron borrar las huellas de la violencia de sus afanes, Góngora ha procedido con libertad absoluta.
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