LA VIABILIDAD DE LA ENSEÑANZA POR COMPETENCIAS EN LA EDUCACIóN AMBIENTAL.

La educación, una de las herramientas del progreso más esenciales, ha tenido desde siempre el propósito de formar seres humanos capaces de introducirse en la sociedad a la que pertenece y desenvolverse eficaz y eficientemente dentro de ella, con la intención de procurarse, y a quienes le rodean, una vida de calidad.

Para cumplir con tal objetivo, ha sido deber de esta el renovarse a sí misma haciendo los cambios necesarios es sus paradigmas y métodos de enseñanza buscando adaptarse a las condiciones que el contexto exige de aquéllos quienes son formados en las instituciones que la imparten.

Bajo esta premisa cabría entonces el preguntarse cuáles son exactamente las circunstancias actuales de nuestra sociedad. Cuáles los requisitos que un egresado del sistema educativo completo (preescolar y hasta superior) debe cumplir para ser considerado eficiente.

Para responder al cuestionamiento basta con analizar el modo de producción predominante. Vivimos en un mundo sujeto a las reglas del neoliberalismo; intercambio de productos en un libre mercado, regido por el poder que se posee y cambia de dueño tan sencillo como el capital puede moverse a una cuenta de banco a otra, donde la posibilidad de acceder a mejores condiciones de vida se rige por una especie de darwinismo social que filtra a los más de los menos aptos.

Esta idea de que la supremacía la ostenta quien vende más, y por lo tanto quien produce más, ha creado una humanidad que del consumo ha pasado al consumismo pues se ha acostumbrado a vivir con más de lo necesario con la falaz y artificialmente fabricada idea de que en realidad lo es, provocando con ello graves daños al ecosistema en el que todos convivimos; muchos de los cuales son ya irreversibles y que, de seguir repitiéndose con la misma irresponsabilidad, puede llevarnos a un punto donde la vida en nuestro planeta se vuelva insostenible.

Afortunadamente o no, han sido los mismos líderes que gobiernan y contaminan el mundo quienes han dado cuenta de la crisis ambiental que enfrentamos como sociedad y optado por echar mano de la educación para buscar una posible solución a ello.

Por otro lado, la medida que han diseñado procura al mismo tiempo no modificar la orden que se tiene a nivel internacional, es decir, sigue promoviendo la producción y demanda aunque de una manera mucho más consciente.

Es por eso que de algunas décadas a la fecha, el paradigma con el cual se enfoca a la educación se ha acordado sea por competencias, definidas como la puesta en juego de conocimientos, habilidades, actitudes y valores para el logro de los propósitos en un contexto dado. El propósito pretendido en éste caso, sería el formar estudiantes que adquieran este conjunto de saberes volviéndolos más aptos para integrarse eficazmente en su entorno.

El problema ambiental que se enfrenta es de tipo multicausal. Es decir, que su origen tiene que ver con un

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