LA VIDA EN LAS ESCUELAS PETER MC LAUREN
Enviado por JMRP19 • 18 de Septiembre de 2012 • 1.209 Palabras (5 Páginas) • 720 Visitas
La vida en las escuelas
El mundo actual requiere, sin duda alguna, de seres libres de pensamiento y acción. Es una realidad tajante que las alternativas que se promueven en hoy son una muestra del dominio de la libertad crítica del ser humano. Ante esta situación es imprescindible establecer cuál es la relación que se tiene como hombre con el mundo globalizado.
La globalización como tal presenta un reto para el docente, pues el trato diario con personas diferentes y únicas hace de nuestra labor una red de circunstancias diversas en donde cada uno de los individuos involucrados teje a su vez su propia red.
La lectura de “La vida en las escuelas representa una filípica a todo un sistema económico que pretende aniquilar la libertad de pensamiento y no sólo.la libertad de acción eso Según McLaren “El capitalismo constituye la negación absoluta de la humanidad, la personalidad y la libertad y como tal, representa el límite de la lógica de la dominación”. (McLaren, 2005)
Una de las acciones que debe ser parte inherente al docente es la creatividad y la innovación de manera tal que provoque un interés permanente en el conocimiento. En este sentido me parece interesante mencionar que la lectura resalta la importancia que debe tener la pedagogía crítica para crear las condiciones para el desarrollo de seres humanos que se relacionan libremente sin estar supeditados sólo al mercantilismo de que se hace alarde en el mundo actual.
Hablar de Globalización prácticamente nos lleva a pensar en todos esos cambios que se llevan
a cabo en todo el mundo, desde características territoriales hasta el proceso de despersonalización del humano. Todo proceso globalizado incluye una segregación, separación y marginación social progresiva.
El sólo hecho de imaginar la segregación social espanta, pues en realidad el hombre tendría la obligación de buscar el “bien común” y no el de unos cuantos, sin embargo esta realidad está presente en todos lados. Esto lo describe McLaren como “la era de la de la rentabilidad y producción a la baja, en la que cada punto porcentual de incremento en la tasa de desempleo ocasiona 318 suicidios más y cada dos puntos porcentuales de aumento en la tasa de mortandad incrementa de 5 a 6% los homicidios, 5% los encarcelamientos, de 3 a 4% las admisiones por primera vez en los hospitales mentales y de 5 a 6% la tasa de mortalidad infantil, la cultura del consumo se posesiona de lo grotesco y lo decadente”. (McLaren, 2005)
El ser humano ha convertido su mundo en un pueblo aberrante, pues de ninguna manera podemos concebir la existencia con la idea de que la calidad de vida cotidiana mejora con la creación de riqueza material. Por el contrario, debemos buscar otras alternativas que logren satisfacer estas necesidades sin equivocar el camino.
Ante tal panorama de desaliento, ¿es posible vislumbrar nuevas expectativas que logren acabar con las establecidas en el mundo actual?
La globalización es hoy en día una posición legítima ante los ojos de un poder capitalista, sin embargo esta actitud también refleja a una sociedad dañada
y determinada por un fatalismo cruel y despiadado, en el que hasta la misma “Democracia”, ha adquirido tintes mercantilistas; la igualdad aquí se transforma en igualdad para todos, “si eres pobre, pobre te quedas y si eres rico todo sigue igual”.
Hasta dónde pueda legitimarse está posición respecto a lo propuesto por la Globalización, no lo sé, pero resulta difícil entender cuando se piensa desde un punto de vista humanista.
La sociedad actual está tan fragmentada que las elites han optado por el aislamiento, pagan por él generosamente y de buen agrado. Está reflexión nos lleva a pensar que el resto de la población debe buscar una forma diferente de protección ya que no está a su alcance pagar la libertad a la que todos tenemos derecho.
Es innegable que la
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