LIBRO “EDUCACIÓN, ENSEÑANZA, INSTRUCCIÓN. ENFOQUE CRÍTICO DE MODELOS Y PENSAMIENTO”
Enviado por sanchezsosa55 • 22 de Octubre de 2020 • Biografía • 15.476 Palabras (62 Páginas) • 576 Visitas
SELECCIÓN DE TEXTOS TOMADOS DEL LIBRO “EDUCACIÓN, ENSEÑANZA, INSTRUCCIÓN. ENFOQUE CRÍTICO DE MODELOS Y PENSAMIENTO” EN PROCESO DE PUBLICACIÓN, CON PROPIEDAD INTELECTUAL DE LA UNIVERSIDAD LAICA VICENTE ROCAFUERTE DE GUAYAQUIL
AUTORAS:
Dra. Ida Ma. Hernández Ciriano
Dra. Margarita León García
CAPÍTULO I. FUNDAMENTOS SOBRE LA EDUCACIÓN Y LA PEDAGOGÍA
1.1. La educación como fenómeno social
La educación es un fenómeno social, lo que quiere decir que surge y se desarrolla en consonancia con los cambios que se dan en la vida social, como resultado de la actividad práctica de los seres humanos. También, la idea de concebir la educación como fenómeno social significa que esta existe desde que existe el ser humano en comunicación y actividad con otros seres de su especie sobre la tierra.
Incluso, mucho antes de que la humanidad tuviera representaciones o realizara reflexiones sobre la educación, ya la misma existía como proceso de comunicación y socialización, lo que tenía como contenido la propia vida, las experiencias productivas, las formas de enfrentar los peligros y las opciones de supervivencia. En aquellas condiciones del hombre primitivo, la educación era espontánea; los más pequeños aprendían de los mayores por imitación; era en la vida y para la propia subsistencia.
Las antiguas pinturas rupestres, los enterramientos y los objetos más arcaicos que se conocen hoy día evidencian cómo los seres humanos antiguos lucharon por dejar las huellas de sus vidas, miedos, angustias, seguridades y actividades a otras generaciones. Ya, desde aquellos remotos tiempos, la humanidad, aún sin proponérselo especialmente, expresó sus conocimientos, habilidades y concepciones sobre la vida en comunidad.
De modo que la educación surge como un complejo proceso de socialización y de comunicación en el más amplio sentido del término. Así, desde la vida del hombre primitivo, la preparación para la vida en comunidad requirió de aprendizajes muy diversos, de conocimientos, habilidades, normas y valores, que en los diversos entornos geográficos, identificaron al sujeto como miembro de una comunidad cultural, de un pueblo y más tarde de una nación.
En la descomposición de la comunidad primitiva, como resultado del desarrollo de la actividad productiva, de la mejor satisfacción de las necesidades de las comunidades, del creciente dominio del hombre sobre las fuerzas de la naturaleza y, sobre todo, por el surgimiento de excedentes en la agricultura, la ganadería y el comercio, los integrantes más lúcidos de la colectividad, tuvieron la posibilidad y fueron capaces de reflexionar sobre su vida. En esas primitivas reflexiones, un punto de interés fue cómo garantizar que los jóvenes tuvieran los conocimientos y la preparación necesaria para las actividades de subsistencia y para perpetuar las experiencias acumuladas por los integrantes del grupo.
Posiblemente, en esas originarias prácticas rudimentarias de actos comunicativos, destinados a reproducir la vida, podrían encontrarse los remotos orígenes del lenguaje y la comunicación humana, pues: “ Mientras el hombre va transformando la naturaleza y el medio que le rodea en beneficio propio, va creando bienes materiales y espirituales y en tanto que se va transformando a sí mismo, va formándose modos de ser y de actuar, va perfilando sus conocimientos, concepciones generales y además sus puntos de vista (Hernández, 2004,p.136).
En este sentido, es necesario reconocer que la socialización ha sido, desde tiempos inmemoriales, un proceso de asimilación y reproducción por el hombre de contenidos socialmente valiosos, sujetos a fuertes condicionamientos históricos y sociales.
Definitivamente, para analizar el surgimiento de la educación como fenómeno social es necesario apelar a los conceptos actividad, comunicación, socialización y vida en comunidad. También, dicho análisis presupone reconocer que la educación surgió en contextos de vida social muy complejos, más aún cuando las fuerzas de la naturaleza eran dominantes sobre la sociedad. Tal reflexión conduce a certezas sobre las infinitas posibilidades que tiene la educación para generar cambios, para crear y transformar realidades.
En resumen, la educación:
Es un hecho que se realiza desde los orígenes de la sociedad humana. Se le caracteriza como un proceso por obra del cual, las generaciones jóvenes van adquiriendo los usos y costumbres, las prácticas y hábitos, las ideas y creencias, en una palabra, la forma de vida de las generaciones adultas (…) La educación se encuentra en relación indisoluble con la vida de la sociedad (Larroyo, 1984, p.36).
En esa relación de la educación con la sociedad, se revela el carácter complejo de la educación, el que se evidencia también por el hecho de que en los procesos de socialización educativa intervienen múltiples actores, organizaciones e instituciones sociales. Cada uno posee contenidos y formas de organización diferentes.
Entre los actores se encuentran los padres y familiares cercanos, los maestros, los amigos y vecinos, los líderes de organizaciones sociales (políticas, religiosas, sindicales, estudiantiles, comunitarias, entre otras) y las personalidades públicas y comunicadores sociales. Entre las organizaciones e instituciones de socialización educativa aparecen la familia, la escuela, la comunidad, las organizaciones, las instituciones sociales y los medios de comunicación.
En este sentido, el hombre se educa para vivir en sociedad, es decir, para asimilar las influencias del medio, apropiarse de los contenidos socialmente valiosos y proyectarlos en la transformación de la realidad. Se inicia en el seno familiar, donde se asimilan los componentes esenciales de la cultura.
Consecuentemente, existe una estrecha relación entre educación y cultura, pues (…) la educación es un componente tan fundamental de la cultura, como pueden serlo las ciencias, el arte o la literatura. Sin educación no sería posible la adquisición y transmisión de la cultura ya que por ella vive ésta en el espíritu de los hombres. Una cultura sin educación sería una cultura muerta (Luzuriaga, 1986, p.11)
El sistema de educación de cada país responde a determinadas condiciones concretas, entre las que se pueden citar las siguientes:
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