LOS DISCURSOS DE LA VIOLENCIA EN EL MUNDO ANTIGUO
Enviado por yoshine • 20 de Junio de 2013 • Informe • 309 Palabras (2 Páginas) • 489 Visitas
LOS DISCURSOS DE LA VIOLENCIA EN EL MUNDO ANTIGUO
http://www.psicologia-online.com/colaboradores/vacaflor/violencia2.htm
Por Durval Federico Vacaflor Barquet
El vocablo "violencia" nace en Roma (vis) y aparece describiendo o mencionando una acción de imposición forzada, no consentida voluntariamente por quien la sufre. Pero no se trata de una descripción ligada a un juicio de valor , es decir, no supone nada negativo, ni censurable de por sí.
El vocablo violentar o hacer violencia funciona entonces del mismo modo que "empujar", "Presionar". Facilita el reconocimiento o la mención de una acción determinada que sólo podría ser descalificada en la medida en que los inidividuos que intervienen en esas acciones son merecedoras de censura.
Los romanos recurrían al término violencia cuando se referían a ideas y conceptos que denotaban fuerza, vehemencia, furia, ira y otros excesos temperamentales, que no se ajustaban a la concepción más amplia que la violencia tiene en el pensamiento occidental contemporáneo, fruto de continuas reelaboraciones a lo largo de los tiempos.
Sea como fuere, la violencia del mundo o la violencia social, siempre intrigaron a los hombres y, en la mayoría de los casos, los sumieron en una perplejidad ora paralizante ora provocadora. En nuestros días, el asombro y ese tenue sentimiento de fatalidad, aun no se ha alejado de nosotros. Podemos renegar o rechazar conscientemente su existencia, lamentar su presencia, pero de alguna manera la "sentimos" incorporada a nuestra naturaleza, sin que por ello dejemos de formularnos la consabida pregunta de " ¿Por qué la violencia?".
Para responder a esta inquietante e enigmática interrogación, se han llenado bibliotecas enteras a través de la historia humana. Se pronunciaron y elaboraron innumerables discursos desde las perspectivas más dispares: politicas, filosóficas, militares, populares, etc. Todas las interpretaciones posibles se ensayaron con más o menos convicción y fanatismo, y hasta los hombres supimos aprovecharla -con habilidad consumada- para satisfacer nuestros intereses y pasiones.
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