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LOS GRIEGOS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA


Enviado por   •  2 de Octubre de 2016  •  Informe  •  1.691 Palabras (7 Páginas)  •  370 Visitas

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LOS GRIEGOS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

  1. INTRODUCCIÓN.

        Iberia es el nombre con el que los griegos conocían desde tiempos remotos lo que hoy llamamos Península Ibérica.

       El conocimiento de nuestra península como entidad geográfica fue un proceso lento y con transformaciones de leyendas. La lejanía con el foco de la cultura antigua era notable, por eso no está claro cual sea el concepto que pudieran tener griegos y fenicios sobre su geografía. El interés de ambos pueblos en aquellos tiempos era económico, por lo que se supone que tendrían un conocimiento bastante bueno sobre Iberia.

      Los historiadores creen que el pueblo fenicio manejaba datos geográficos de gran interés para ellos y que incluso existieron textos con una gran información. Pero ni los griegos ni los romanos prestaron atención a estos escritos y no los conservaron ni los tradujeron y por eso no han llegado hasta nuestros días.

  1. TOPÓNIMO DE IBERIA.

        El vocablo Iberia no tiene un valor geográfico sino étnico. Se sabe que había tribus iberas en el sur de Montpellier en el siglo VI a.C., y que en el siglo V a.C. Esquilo (dramaturgo griego) escribía que el Ródano corría por Iberia.

        El historiador griego Herodoto, en el siglo V a.C., en su obra Historias, ya cita el topónimo Iberia para designar la península. Pero antes ese término fue empleado por los tartesos para definir su territorio. El mundo griego de la Antigüedad conoce con ese nombre los límites del oikumene o “mundo conocido”: al este el Cáucaso, al oeste, Iberia la península. Se considera que el término Iberia para definir lo que hoy es la península Ibérica es exclusivamente griego, así como el término Hispania lo es latino, aunque los romanos también utilizaron al principio el topónimo de Iberia, incluso le añadieron una H: Hiberia.

         Se cree que la voz Iber es de origen Ibero, que era así como este pueblo nombraba a los ríos en general. Así era llamado el actual río Tinto en Huelva, y así debía ser llamado también el actual Ebro, que ha conservado el topónimo. Desde Andalucía hasta el Ródano hay una gran familia de ríos que de alguna forma conservan el Iber.

        Estrabón en su obra Geografía cuenta todo lo que sabe sobre Iberia en épocas anteriores, pero dice que en su tiempo el límite estaba ya en el Pyrene.

  1. EL LEGADO.

         El suelo de nuestra península no cuenta con muchas ruinas y monumentos griegos, pero son muy pocas las zonas de la Península de las que no hagan mención diversos escritores griegos.

          Iberia ha tenido siempre una página abierta en la literatura griega.

        También hay que decir que la presencia de los romanos en la Península Ibérica tuvo una gran importancia durante varios siglos.

  1. PRESENTACIÓN MÍTICA DE LOS GRIEGOS EN LA PENÍNSULA.Iberia se encontraba, para los griegos, en el extremo del mundo. Era aquí donde el Sol terminaba su camino, donde empezaba lo negro y misterioso, donde tenían su morada los seres monstruosos y donde se encontraba todo aquello que los griegos ubicaban en “lo más lejano”.

El héroe griego Hércules tuvo que viajar hacia el Oeste para llevar a cabo uno alguno de los famosos trabajos que le encargó Euristeo. El lugar se presentaba como una imagen de un oeste fabuloso rico en metales y en cabezas de ganado.

         Los primeros relatos dan cuenta de la llegada de navegantes griegos a Tarteso. Allí situaron los griegos una ciudad próspera y un reino fabuloso a cuyo frente estarían mandatarios ilustrados y cultos.

  1. .GEOGRAFÍA DE IBERIA.

  Durante los siglos V, IV y III a.C. las noticias que se tienen sobre la Península Ibérica son bastante vagas y a veces hasta falsas. Coinciden estas fechas con ser la época de menor número de viajes de los griegos. Pero en el siglo III a.C., los sabios helenísticos del momento se manifestaron ansiosos por aprender y rectificar los posibles errores del pasado.

       A la llegada de los romanos a la península ya se considera como Iberia toda la costa del Mediterráneo.

         Los griegos conocían muy bien puntos concretos como el Estrecho de Gibraltar, que ellos llaman Stelai. Stelai es columnas en griego, por eso los romanos lo tradujeron y llamaron al lugar Columnae Herculis (Columnas de Hércules). Conocían también los Pirineos, Pyrene, en singular, aunque tenían una idea poco real de su orientación que creían que era de norte a sur.

        Polibio fue un historiador griego del siglo II a.C. que vivió tiempo en la península. Éste dice que “ se llama Iberia a la parte que cae sobre el Mediterráneo, a partir de las columnas Heracleas. Pero la parte que cae hacia el Atlántico no tiene nombre común a toda ella, a causa de haber sido reconocida recientemente. ”

       Los tres primeros tratados que hubo sobre la geografía de Iberia fueron los escritos por Mela (en latín), Plinio el Viejo (en latín) y Estrabón (en griego). Mela y Plinio llegaron a conocer muy bien las costas del norte y noroeste. Estrabón nunca estuvo en la península. Todo lo que escribió fue a partir de fuentes de geógrafos e historiadores añadiendo la gran información que recibía de la gente de la Administración de Roma. Sus escritos son menos científicos, pero son los más amenos y los que mejor han llegado a nuestros días. Escribió un tratado llamado Geografía, cuyo volumen número tres está dedicado a los pormenores de la Península Ibérica: ríos, montañas, límites, costas, poblaciones, ciudades, cultivos, rasgos culturales, navegantes, pobladores,... Además dice que “ Iberia se parece a una piel de toro tendida de Occidente a Oriente. ” 

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