La Antropologia Filosofica

SER HOMBRE ES SER CON OTROS

SER CON LOS OTROS Y PARA LOS OTROS

Ser con los demás y para los demás pertenece al núcleo de la existencia humana: la relación con otros sujetos constituye y forma parte de la definición del hombre. El ser con los demás no se afirma el hecho de que existen muchos seres similares.

El significado profundo y genuino de ser con los demás es que el sujeto humano consiste de sí mismo no carece nunca de referencia a otros sujetos humanos. Su existencia esta siempre orientada hacia los demás, vinculadas a los demás y en comunión con los demás.

El ser en relación con los demás seres humanos es considerado una verdad del hombre, un “fait primitiv” como lo ha denominado Dondeyne.

La certeza del otro se impone de dos maneras. Sobre todo sujeto humano con el que nos encontramos y luego como responsabilidad.

El papel esencial de la palabra, para mostrar lo que es la relación primaria con el otro se recurre mucho al lenguaje. De ahí muchos filósofos contemporáneos buscan en el lenguaje el punto de partida para la filosofía del hombre. La palabra es una de las manifestaciones humanas que relevan la estructura dialogal e interpersonal de la existencia humana. La riqueza de la cultura se transmite por la palabra y esto significa que los significados del mundo y de las cosas se hacen accesibles por la palabra a todos los seres humanos que entran en forma a la sociedad. El pensamiento humano se genera bajo la forma de un pensamiento discursivo o dialogal.

La familiaridad con las cosas: Muchos significados del mundo se expresan mediante actitudes prácticas o intervenciones operativas, para las que a menudo faltan las palabras adecuadas. Estos significados aprenden también en el contacto con los demás. Cuando nos encontramos con otras personas de las que podemos esperar una respuesta utilizamos la segunda persona (tu) y cuando se trata de las cosas utilizamos el neutro, porque de ella no esperamos respuesta alguna.

El amor recibido de los demás. La psicología moderna confirma la postura de la antropología filosófica documentado empíricamente hasta qué punto el amor que se recibe de los demás es uno de los factores más decisivos del desarrollo y del equilibrio de la persona.

La conciencia de uno mismo como sujeto personal no es un dato natural, el sujeto se percibe como persona como ser bueno y libre, cuando alguien de fuera lo trata como tal, por la palabra y el lenguaje amoroso de otra persona para con él, el hombre toma conciencia de sí mismo y su dignidad humana.

Se sabe con la experiencia que la falta de amor en los primeros años de infancia provoca algunos desequilibrios y profundas perturbaciones de la personalidad.

A. Terruwe dice que la afirmación que implica el amor afectivo es, pues el fundamento de la existencia social del hombre, porque dona el hombre a sí mismo y al hacerlos lo capacita

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