La Campaña La igualdad comienza en el hogar
Enviado por guasinay50 . • 7 de Septiembre de 2017 • Documentos de Investigación • 3.056 Palabras (13 Páginas) • 194 Visitas
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UNIVERSIDAD DON BOSCO
ESCUELA DE COMUNICACIÓN
CAMPAÑAS PUBLICITARIAS
PRESENTACIÓN PRELIMINAR DE CAMPAÑA
“LA IGUALDAD SE APRENDE EN EL HOGAR”
Docente: Lic. Rodolfo Alirio Cornejo Fajardo
Alumno:
Flores Vidal, Javier Alejandro FV010024
Soyapango, 6 de Septiembre de 2017
Índice:
Introducción………………………………................................................................ 3
- Conformación del mercado……………………………………………………….. 4
2. Problema encontrado……………………………………………………………… 4
3. Solución comunicacional………………………………………………………….. 5
4. Objetivo publicitario………………………………………………………………... 6
5. Estrategia publicitaria y concepto de campaña………………………………… 6
6. Concepto creativo…………………………………………………………………. 7
7. Brief de campaña………………………………………………………………….. 7
8. Racional o “Reason why”…………………………………………………………. 8
Bibliografía……………………………………………………………………………… 9
Introducción:
De acuerdo con la “Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación de las Mujeres” (LIE), se entiende la igualdad como:
a. Un derecho individual y colectivo, cuya protección deberá ser exigida cuando su incumplimiento o violación afecte significativa y negativamente el ejercicio de los derechos ciudadanos, en ambas circunstancias.
b. El derecho de las y los ciudadanos a recibir, por parte de las instituciones del Estado, igual respeto, trato y protección de los derechos y garantías consagrados en la Constitución y en las leyes secundarias; así como, en las disposiciones incluidas en las Convenciones y Tratados Internacionales ratificados por El Salvador.
c. La plena realización de la igualdad real a través de la protección, aplicación y cumplimiento de las obligaciones derivadas de los derechos establecidos en el ordenamiento jurídico; así como en las normas, decisiones, procedimientos, prácticas y acciones administrativas de las instituciones públicas del Estado.
d. Igualdad de oportunidades entendida como la igualdad y equiparación de las condiciones para la exigencia de y el acceso a los recursos y los beneficios que permiten a cada persona acceder por sí misma, a la garantía de los derechos que establecen las leyes en todos los ámbitos. e. Igualdad de trato entendida como el establecimiento de beneficios justos y equivalentes, en los grupos discriminados, marginados o vulnerados a causa de alguna diferencia (LIE, 2011: Lit. 1, Art. 6).
Muchas conductas discriminatorias son aprendidas en el hogar. En entrevistas realizadas a tres mujeres profesionistas, se ha observado que han sido las madres quienes han inculcado conductas discriminatorias en los hijos.
Las tres mujeres entrevistadas manifestaron que en su hogar siempre hubo preferencia por los hijos varones, y que estos gozaron siempre de privilegios. En uno de los casos el padre tuvo una conducta igualitaria con sus hijos de ambos sexos, procurando educación para todos sin distinción de género, mientras que en los otros dos casos han sido ellas quienes debieron costear sus estudios cuando sus hermanos varones tenían la oportunidad que se los pagaran. En estos dos últimos casos, su misma madre les manifestó que una mujer que estudia es difícil que se case, porque los hombres buscan mujeres de su casa; en cambio los hombres tienen que estudiar para conseguir un buen trabajo para mantenerlas y que por eso era más importante conseguir un buen esposo que seguir una carrera.
Nos estamos enfrentando a un factor cultural que ha sido arraigado en nuestra sociedad desde la época colonial. Muchos mitos se han creado en función de desvalorizar a la mujer como ser económicamente productivo, y se le ha relegado a una función reproductiva y de oficios domésticos. Por esta razón es que se considera que el punto de análisis son los factores culturales y familiares que fomentan las conductas de segregación de la mujer.
1. Conformación del mercado:
Según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) de 2015, la población total de El Salvador era de 6, 459,911 habitantes. Distribuidos en los 21,040.79 Km2 con los que cuenta el territorio nacional, este tamaño de población se tradujo en un aumento de la densidad poblacional que pasó de 104 habitantes por kilómetro cuadrado en 1950, a 307 habitantes por kilómetro cuadrado en 2015. Para 2015, las mujeres eran el 52.5%º de la población urbana, y en el área rural representaban el 51.3% de la población.
Una característica fundamental es que la población es mayoritariamente joven, puesto que el 55.0% de la población es menor de 30 años, mientras que el 12.0% tiene una edad de 60 años y más. Por su parte, la relación de dependencia, que refiere a la proporción de la población económicamente inactiva, establecida entre los menores de 15 años y los de 65 años y más, con respecto a la activa, es decir, el grupo etario de 15 a 64 años de edad, fue del 53.9%. En términos teóricos es un dato positivo, en tanto que el país cuenta con una población en edad productiva mayor con respecto a la que no lo es, de hecho la relación para 2015 fue de 55 persona activas contra 45 inactivas de cada centenar de personas. (DIGESTYC, 2015)
Por una parte, la juventud de la población actual facilita la renovación generacional en los ámbitos productivos y de la sociedad en general. Sin embargo este “bono demográfico” también plantea un reto en materia de atención a la juventud y de apertura de oportunidades, sobre todo para las mujeres jóvenes, quienes son ahora el mayor grupo poblacional.
La actividad económica fuera del hogar ha sido históricamente asignada a los hombres; mientras que el trabajo dentro del hogar se asignó y se entendió como una responsabilidad exclusiva de las mujeres. Sin embargo, desde comienzos del siglo XX, esa división estereotipada y rígida del trabajo basada en el sexo fue contrastando con la realidad. Sobre todo, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando las mujeres irrumpieron masivamente en el mercado de trabajo extra doméstico.
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