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"La Carreta" De Ana Gándara


Enviado por   •  18 de Mayo de 2014  •  2.290 Palabras (10 Páginas)  •  1.095 Visitas

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Un relato de vida logra construirse sobre una seria de acontecimientos reales pero fortuitos. En el caro de Ramón Santamarina nos presenta una historia basada en las contradicciones y en un ambiente en constante violencia.

Su padre, derrocha la fortuna de su esposa y al darse cuenta de lo que había hecho, toma a su hijo, le dice que se encargue de rehacer la fortuna de su madre, y de suicida frente a él. Un cura, amigo de la familia ayuda a Ramón a poder viajar a Argentina, para que pueda comenzar a trabajar de peón en el riachuelo. Poco tiempo después deja de trabajar con los gauchos y comienza a trabajar en la estancia de Olazábal. En esa instancia vive una situación de violencia extrema. Una “indiada” asalta la estancia, y se genera una guerra donde indios y peones mueren, mujeres son raptadas y quedan varios heridos. Este como otros sucesos que se desarrollan en el relato, van agravando la locura de Ramón, toda la violencia le hace recordar a su padre y su plegaria.

“Sonaron los fusiles y tronaron los cañones. Los hombre se cobijaron al amparo de las carretas para evitar las lanzas y las flechas que los indios arrojaban sobre ellos” (Gándara. La carreta. Buenos Aires. 1989: 28)

Luego de un tiempo, ramón comienza a trabajar en un matadero. Otra vez la muerte y la violencia se presentan en su vida.

“En el matadero se sentía acorralado, por los mismos corrales, por cada bestia que mataba. Oía los gritos despiadados de los hombres que empujaban al animal hasta que le daban muerte” (Gándara. La carreta. Buenos Aires. 1989: 35)

Lo curioso de esta cita, es que Gándara describe como gritan los hombres empujando a la muerte a los animales, lo cual me lleva a pensar en que los animales son tomados como objetos sin vida, es decir, poner el hincapié en un grito, que expresa sufrimiento o esfuerzo en el hombre cuando en realidad es que es acribillado, es el animal. Esto se repite, más en el 1800, en la cual los automóviles no existían, los hombres se transportaban en carretas jaladas por animales, esto me trae a la actualidad, a la violencia que aún sigue vigente en nuestra sociedad, donde aún se siguen viendo personas o empresas al servicio de la muerte y explotación animal, como alimento, belleza, textil y aparente diversión como lo son las corridas de toros, por ejemplo.

Compra la carreta y decide renunciar al trabajo del matadero para emprender sus viajes como transportista, de Buenos Aires a Tandil para transportar cueros y otras mercaderías.

Tiempo después, en uno de sus largos viajes, se encuentra con un hombre que intenta matarlo, pone nuevamente a ramón al filo de la muerte.

“Repentinamente, el hombre bajo del caballo, saco el cuchillo y quiso aproximarse. De un brinco, Ramón guardo distancia y agarro el fusil” (Gándara. La carreta. Buenos Aires. 1989 45)

Una vez llegado a Tandil, se dirige hacia el coronel machado, quien decide ponerlo frente a una tropa de catorce carretas, para seguir transportando Buenos Aires a Tandil. Ramón a partir de este momento comienza a forjar de a poco su fortuna.

En su primer viaje con la tropa, unos perros se enciman sobre ellos. Algunos quedaron heridos, otros mordidos y rasguñados

“En ese momento, uno de los animales se abalanzo sobre un gaucho. Otro perro salto sobre ellos, y enseguida después otro más. (…) empezaron a sentirse las mordeduras de dientes afilados. (…) Había muchos hombres heridos por las fauces fieras. Junto a ellos yacían los cadáveres de los perros que habían matado.” (Gándara. La carreta. Buenos Aires. 1989 56)

Vez llegado de vuelta a Tandil, El coronel lo espera con nuevas indicaciones de otro viaje, y un papel que lo declara propietario de una pequeña tierra. Allí, ramón crea “El cristiano Muerto” donde pone a trabajar a unos pocos gauchos y construya una pequeña casa.

El nombre Ramón, ya era una de las más habladurías del pueblo, donde el frecuentaba las pequeñas fiestas que se realizaban por allí. En una más de ellas conoce a Ángela Alduncin, una joven delgada, de tés blanca y ojos marrones, que no puede desaparecer de su memoria.

Una vez llegado nuevamente a Buenos Aires empezó a negociar con Leguineche. El coronel más que satisfecho vuelve a entregar a Ramón otra tierra.

Ramón se dirige hacia la casa de los Alduncin y pide la mano de Ángela, quien felizmente acepta.

La madre de Ángela era un tanto especial, Su carácter no es agradable y su trato con Ramón no era de fiar. Su mala energía hacia que Ángela estuviera en constante desequilibrio emocional, esto le provocaba fiebres y desvanecimientos. Por este motivo, cada vez que Ángela sentía una emoción fuerte, esta se derrumbaba.

“- ¡Que entrevista tan larga ha tenido usted con mi hija! – dijo, mirándolo severamente. Era una matrona gruesa con un vestido de muchos volados. Lo observa inquisidora. - Mire que mi hija tiene poca salud. Cualquier desilusión que usted le provocase le podría costar la vida (…) A medida que el tiempo transcurría, ramón se daba cuenta de que la madre de Ángela le hacía una tenaz oposición. De seguir las cosas así la muchacha terminaría por enfermarse Percibía en torno a Ángela un mal en forma de sombra la envolvía” (Gándara. La carreta. Buenos Aires. 1989: 74)

En este caso la violencia se presenta de una forma más pequeña. Desde el seno familiar, la represión ante el cuidado de su hija, la envidia, y la agresión verbal en forma irónica de parte de la madre hacia Ramón. Como contradicción se presenta la idea de que la madre en su intención por resguardar a su hija, le genera malestar.

La descripción física de la madre en el texto alimenta el carácter del personaje, así Gándara la presenta como una figura “gruesa” eso mismo nos provoca como lectores, a imaginar una mujer imponente y por tanto se podría agregar un tanto temible por su tamaño.

Un año después del casamiento Ángela queda embarazada de su primer hijo, Ramoncito. El parto fue un sufrimiento muy grande para ella. Aún más doloroso fue, dos años después, su segundo parto, cuando nació José. La partera advirtió que ella no volvería a soportar otro embarazo.

Una vez más, Ángela queda embarazada y luego del parto fallece. De ella nace una hermosa niña a la que nombraron Ángela. Luego de la muerte de su esposa, Ramón quedo devastado, todo ese dolor, así como con su padre, lo metió bien dentro suyo sin dejar salir una lagrima. Así fue como su interior, lleno de malas energías y recuerdos dolorosos, lo fue haciendo conscientemente infeliz.

“El dolor interior lo corroía. Sentía que se derrumbaba, se desmoronaba, deslizándose por una pendiente

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