La Ciudad Como Factor Educativo

¿Porque la ciudad puede ser una herramienta pedagógica?

Cada ciudad es un refugio, un lugar que ofrece seguridad, compañía; que nos da un sentido de pertenencia, identificándonos con cada parte de su retóricas construcciones. Cada calle cuenta una historia diferente, en cada esquina se teje un nuevo relato, en cada puerta hay una misteriosa historia…. Una mezcla de antaño y modernidad que se mezclan par dar lugar a la vida moderna, a la cultura, a la educación.

La ciudad es en si un viaje en el tiempo y en el espacio. Caminando podemos regresar al siglo pasado, observando antiguas construcciones coloniales, decididas a resistir los derrumbes y embates del mal tiempo, aferrándose con su historia al pasado y enlazándonos con el presente, para seguir contándonos infinitas historias de abuelos y personajes . De hecho la ciudad es un producto cultural, fruto de un proceso histórico en constante cambio y desarrollo. La ciudad es la expresión de un modo de vida , la vida urbana de una civilización, un conjunto de valores, de conocimientos, creencias, costumbre y tradiciones, escritas como guión de este gran escenario en el cual están representado nuestros orígenes; derrotas y triunfos de un pueblo esforzado, avances y marginalidad de una sociedad variada, modernidad y destrucción de nuestra propia tierra.

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Si se piensa en la ciudad como un espacio educativo, es más bien donde recogemos los saberes de los alumnos, los nuestros , los de las familias y los mezclamos como ingredientes de una misma receta, para hacer de todo ese saber un conocimiento concreto y significativo.

Es necesario considerar que la escuela no es más el centro del saber, que los alumnos traen un enorme bagaje de conocimientos a través de sus propias vivencias, socialización y participación en la sociedad. Porqué nuestro sistema educativo no se abre a la posibilidad de propiciar una educación fuera de las aulas. Cuya partida sea en el origen mismo del conocimiento. Aprender historia en un museo, aprender biología en un parque; reconocer en una plaza, en un árbol, en un río, las características de la vida y la relación de los seres vivos en la naturaleza. Reconocer insitu el impacto del hombre en nuestro ambiente, y sus consecuencias. La conciencia se abriría plena al acervo de la praxis . Porque no sentarnos en una banca a ver como entendemos, nos vinculamos y enfrentamos nuestra sociedad.

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