La Civilización Occidental: La Esclavitud Moderna.

La civilización occidental: la esclavitud moderna1

Federico Raúl Suárez Álvarez

Nos hemos enfocado tanto en crecer que pocas veces nos detenemos a preguntarnos si lo estamos haciendo hacia arriba o hacia abajo. Como si fuésemos soldados prevenidos, nos estamos preocupado por aglomerar municiones, sin saber aún a dónde vamos a encañonar y porqué. Nos estamos haciendo fanáticos del “qué” y estamos tratando de huir del “porqué”. Tal vez sea el miedo a saber una verdad incómoda, posiblemente nos sentimos seguros y acobijados viviendo en la superficialidad; y es por ello, que acudimos a refugiarnos al privilegio de la duda. Este miedo a lo desconocido y aquellas municiones metafóricas aluden a esta realidad que nos ha encadenado. El Bāpu2 de la independencia india, expone en su obra varias afirmaciones en contra de la civilización occidental, con sólidos argumentos, como lo son: la creación de las máquinas para engrandecer a la industria, la gran desigualdad que genera en su camino, la educación técnica, deshumanizada y selectiva que se imparte a las nuevas generaciones, entre otras. Pero a pesar de que construye un panorama bastante oscuro para este sistema social, también manifiesta que esta no es una enfermedad incurable. La civilización occidental se ha esclavizado por el bienestar material, y no se da cuenta de que mientras más arrastra sus cadenas, más se acerca a lo inmoral.

Mahatma Gandhi, define a la civilización como “[…] ese modo de vivir que muestra al hombre el lugar donde está su deber. Avenirse a la moral es alcanzar el dominio de sí y de sus pasiones. Por este modo aprendemos a conocernos.” 3 Tomando esta definición como apoyo, entiéndase que el hombre es un ser dependiente que necesita vivir en sociedad y que sabiéndose guiar por lo moral, junto con esta, podrá encontrar la felicidad.

En la cuestión de invención de las máquinas, me es de gran interés notar que el autor menciona que éstas se pudieron haber creado desde mucho antes de su aparición masiva, pero por temor a perder el sentido moral no se concibieron. Por lo que se puede deducir, que antes las civilizaciones no eran tan especializadas como lo son en la actualidad; es decir, mantenían una “visión global” que les permitía ser mucho más humanos, teóricos, prácticos y técnicos en su deber. Se nos dice en la actualidad que somos libres, únicamente por tener el derecho de elegir a nuestra propia voluntad. Es bien sabido, que esta facultad nos permite elegir entre dos caminos: el bien y el mal. Lo cierto, es que no todos somos tan libres como pensamos. Desde el momento en que uno nace, esta predeterminado a alcanzar cierta libertad con distintas oportunidades; ya sea, por factores geográficos, económicos o de cualquier otra índole. La tendencia a estirar esta brecha de separación se hace cada vez más evidente. La acumulación de riquezas y el sistema capitalista nos están aprisionando, no solamente por el hecho de generar una desigualdad brutal en las civilizaciones occidentales modernas, sino que también porque nos alejan de nuestros objetivos principales. Nuestra felicidad tiende a ser efímera, y no una auténtica y perenne. Es un sistema que solo hace que los ricos sean más ricos; y en su oposición, los pobres tengan más carencias. Estamos perdiendo el piso de una manera absurda, olvidando que el dinero tan solo es un medio y no un fin.

...