La Compuerta No. 12

Pablo acompaña a su padre a la mina donde el trabaja, cuando estaban bajando, a Pablo le dio susto, el lugar era oscuro y tenebroso. Al llegar a la galería el padre de Pablo lo tomó de la mano y empezaron a caminar por el túnel. Luego de caminar un rato llegaron donde el capataz, el padre de Pablo le dijo: “Aquí esta el chico”.

El capataz se compadeció del niño al ver que era muy pequeño y le dijo al padre que era muy débil para el trabajo. El padre se justificó diciendo que eran 6 en la familia y el era el único que trabajaba y Pablo ya había cumplido ocho años y como era hijo de minero tenia que tener el mismo oficio que él. El capataz se convenció ante la suplica del padre y llamo con un silbato a un hombre llamado Juan.

Antes de irse el capataz regaña al papá de Pablo ya que en la última semana no se había podido los cinco cajones mínimos por día y si seguía así lo cambiaría por uno más joven.

Juan llevo a Pablo y a su padre a la compuerta numero 12 como el capataz se lo ordenó. En esta compuerta Pablo reemplazará al hijo de José el carretillero, que fue aplastado por la corrida.

Cuando estaban caminando el padre de Pablo se quedó pensando en lo que el capataz le había dicho, estaba muy preocupado, el sabia que se estaba haciendo un inútil y que todos se estaban dando cuenta. Su pensamiento fue interrumpido cuando el guía paro debido a una puerta que estaba en el camino y sentado en la muralla estaba un niño de diez años y ni siquiera se dio cuenta que los hombres pasaron por ahí, éste estaba con la mirada hacia arriba, como imaginándose el paisaje que estaba arriba, el niño transmitía una gran nostalgia ya que la idea de vivir una infancia normal había sido acabada por el egoísmo y la cobardía humana.

Los tres siguieron caminando hasta que por fin llegaron a la compuerta numero doce, los dos hombres intercambiaron un par de palabras y le empezaron a enseñar el funcionamiento de la compuerta. El niño se sentía muy extrañado por todo...

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