La Evaluación De Actitudes Y Valores
Enviado por patty17 • 28 de Septiembre de 2011 • 2.055 Palabras (9 Páginas) • 740 Visitas
“La Evaluación de actitudes y valores”
Jorge Marchant Mayol
Alicia Pérez Lorca
La educación en valores siempre ha sido un tema en discusión, producto de que cada sociedad construye un sistema de normas y jerarquías, que incluso pueden variar en el tiempo. Si bien, compartimos el título de “sociedades occidentales” con el mundo europeo, no podemos suponer que la escala de valores y virtudes es igual en cada una de ellas.
Las instituciones educativas y la sociedad que las acoge temerán por muchos años educar en valores en torno a los conceptos de subjetividad, adoctrinamiento, valores privados, mundo público, por nombrar algunos.
Hoy, no solo se exige que la educación enseñe en valores, sino que también los evalúe.
El Liberalismo occidental como base de la educación moderna
El paradigma liberal, de la mano del positivismo, ha introducido en la sociedad occidental la separación del mundo privado (moral, afectos, espiritualidad) del mundo público (economía, política). De este modo, los temas referidos a la moral y al desarrollo de valores y actitudes deberán remitirse al aprendizaje dentro de la familia y la escuela deberá mantenerse neutra a esta labor.
Desde allí aparece la primera paradoja: la escuela, como institución pública no debiera enseñar valores, sin embargo, se le solicita que enseñe desde lo formal, es decir, las concepciones básicas (y más generalizadas) de Derechos Humanos o Democracia, por ejemplo.
La segunda contradicción se desprende de lo anterior: la escuela debe educar a los sujetos para que puedan incorporarse a una sociedad llena de normas y valores propios; sin embargo, también debe procurar que sus alumnos tengan un pensamiento autónomo, que les permita enjuiciar el sistema en cual se desenvuelven.
De este modo, el actuar de la escuela es muy complejo. Tiene deberes establecidos por la sociedad, pero a la vez debe mantenerse neutral ante la enseñanza de valores.
Propuesta para la educación en valores hoy
Al observar la sociedad de fines del siglo XX, ya puede apreciarse el deterioro de la estructura familiar como lugar de encuentro de valores y virtudes, así como la creciente participación de los medios masivos de comunicación en la formación de niños y jóvenes. Éstos, en un contexto familiar inestable y uno escolar donde los valores son un tema tabú, no logran desarrollar una autonomía moral que les permita decidir dentro del marco ético de la sociedad en la que vive, por lo tanto, se potencia el analfabetismo moral.
La escuela, aunque no haya sido el ideal de los pensadores del siglo XIX, debe asumir un rol más participativo en la formación valórica de los niños y jóvenes. Se conforma como “el” gran espacio organizado, para enseñar una serie de valores que permitan el crecimiento de quienes formarán parte de la sociedad.
Existen dos grandes corrientes que el autor considera como base para el modelo actual:
Teoría de las virtudes, que sostiene que la educación en valores debe centrarse en la formación de las personas inculcando hábitos virtuosos del carácter y no solo mediante la resolución de “puzzles moral” (Lapsey, 1993)
Comunitarismo, gracias a los aportes de Dewey que sostiene la necesidad de la existencia de una comunidad que trascienda a la escuela donde converjan los intereses sociales, Strike (1991) plantea que el rol de la educación debe centrarse en el desarrollo del carácter y los hábitos de manera congruente con las virtudes a las cuales se aspira.
Para ello debe considerarse:
- Que si bien no existe un modelo único de persona, puede construirse un ideal de acuerdo a los valores universales preponderantes en la comunidad.
- El desarrollo democrático, la no discriminación y la promoción del pensamiento autónomo.
- Evaluar los valores que se forman en la comunidad educativa.
Por ello, la tarea debería centrarse en articular las conductas, vivencias y valores que se expresan en:
La relación/articulación entre valores individuales y los modos de pensar que caracterizan a las comunidades en que participan y viven los alumnos.
En la inserción a la comunidad, no de manera reproductiva, sino activa y crítica, en relación a los valores que se estima sería razonable aspirar.
La necesidad de la comunidad en general por encontrar un espacio de socialización que permitan el crecimiento personal de los sujetos.
Evaluación de valores
Para evaluar valores en la escuela se requiere de principios consensuados consistentes, procedimientos y espacios específicos de desarrollo, entendiendo que la formación de valores forman parte intrínseca del proceso de enseñanza / aprendizaje, por lo que no pueden disociarse de los contenidos conceptuales. A su vez permiten recoger información relevante para la toma de decisiones. Y por último, la evaluación tiene el deber de “Juzgar en que medida están siendo incorporados los valores y actitudes que hemos tratado de promover”, por lo que no debe actuar como “censor” de actitudes y decisiones.
En este contexto, el profesor debe desarrollar competencias para recoger y analizar datos, mediante métodos e instrumentos específicos, lo cual lo ayudarán a establecer criterios objetivos. Junto a ello, resulta elemental que este tipo de evaluación sea permanentemente compartido con otros profesores y directivos, lo cual permitirá tener criterios más objetivos, pero sobretodo, facilitará la revisión de las prácticas de todo el centro educativo.
En síntesis, la evaluación de valores:
No separa los tipos de contenidos.
Debe estar presente en todo el proceso.
Requiere de la integración de juicios y perspectivas de todo el equipo.
Instrumentos para Evaluar Actitudes y Valores
Uno de los principales problemas que se presenta al momento de evaluar valores y actitudes, es el escaso número de instrumentos que para ello existe, lo que reduce las posibilidades de hacer de este proceso algo más sistemático y significativo. Otro elemento complejo respecto del tema, es el carácter mismo de los valores y actitudes, particularmente el alto grado de subjetividad que se encuentra en la connotación que se hace de ellos, lo que generalmente lleva a clasificar los valores y actitudes en positivos y negativos, muchas veces sin considerar los contextos donde ocurren, o en otros casos, relevando demasiado el contexto por sobre el valor o actitud mismo/a.
A partir de esto ultimo es que los instrumentos surgen como
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