La Familia Como Construcción Social

Se considera a la familia como una construcción social e histórica porque si se procede al análisis desde sus orígenes hasta la actualidad se puede observar cómo fue cambiando a lo largo del tiempo de acuerdo a las necesidades sociales, políticas y económicas de cada época. El fin primero de perpetuar determinado orden familiar se ajustó siempre a mantener el orden social y lo que se consideraba socialmente aceptable.

Remi Lenoir en “La Genealogía de la moral familiar”, sostiene que las representaciones de la familia toman parte muy directamente en las estrategias que contribuyen a la reproducción de las estructuras sociales. Ha existido históricamente una tendencia familiarista que se relaciona con la responsabilidad parental, la educación de los hijos, la unión heterosexual y la estabilidad de las relaciones conyugales” (Lenoir, 2005). Todas estas cuestiones mencionadas por el autor siempre estuvieron ligadas íntima e implícitamente a políticas de Estado.

En las discusiones públicas sobre la familia están más en juego las correcciones que se deben aportar al orden familiar que el mismo orden familiar a fin de mantener y preservar el orden social que lo acompaña ya que lo que está en juego es el orden social y las estructuras que lo instituyen y lo consagran (Lenoir, 2005). En este sentido, queda expuesta la naturalización que se hace de la institución familiar que “no debe” bajo ningún concepto, ser expuesta a cuestionamiento alguno. Se toma como algo naturalmente dado e incluso es considerado “sagrado” desde por ejemplo, la perspectiva de la Iglesia. Esta naturalización lo que permite es ejercer distintos mecanismos de control sobre los individuos.

Remi Lenoir (2005) afirma que la familia concentra todos los principios y todas las relaciones según lo que las categorías sociales se distinguen y se oponen, trátese del matrimonio y de los modos de vida, de la moral y las costumbres, de la cultura y la educación, de la vivienda y de los bienes de consumo, es más, es también el lugar de las estrategias, de todos los grupos sociales, con el fin de mantener y mejorar su posición en la estructura social. Teniendo en cuenta estas consideraciones del autor, puede hacerse referencia a varios ejemplos de la vida cotidiana, donde por sobre el bienestar psicológico o estabilidad emocional de los integrantes de un grupo familiar, se enaltece a la familiar por sobre todas las cosas. Hace algunas décadas, los homosexuales eran completamente negados por sus padres y hermanos e incluso considerados como anormales o desviados.

Grassi sostiene que “la familia no es tenida en cuenta como una construcción histórica y social porque “forma parte de nuestra experiencia primera y más inmediata, por lo que fácilmente se escapa su carácter histórico y su determinación sociocultural, o queda anclada desde algún punto en la naturaleza” (Grassi en Neufeld y otros, 1999).

La familia está entre aquello que nos es dado, que es obvio y que, en nuestras representaciones dejamos del lado de la naturaleza. A raíz de ello, se suele opinar acerca de los cambios producidos en la familia, de problemas que la afectan, no como el producto (disputado) de prácticas sociales, sino como aquello que precede en la condición de humanos, hasta donde se tiene noticias por la experiencia propia y la de los mayores.(Neusfeld y otros, 1999). Sin embargo, los autores sostienen también que la familia no ha tenido siempre el mismo significado y alcance y eso es lo que deja expuesto su carácter de construcción social e histórica.

De hecho, como se concibe como algo incuestionable con el fin de ser funcional al sistema y a través de ella ejercer un exhaustivo control social. Como sostiene Lenoir (2005), “la noción de familia es también una categoría de clasificación que permite incluir o excluir modos de vida, dicho de otro modo, permite excomulgar. La familia es una estructura social que designa incluso al grupo por excelencia, al más natural de todos los grupos, al que subyace a cualquier otro y, en especial, a todo lo que permite que los grupos se perpetúen como tal, al que debe garantizar su trascendencia frente a los que la componen. La familia es una visión del mundo social y de su funcionamiento, agrega el autor.

La familia va mutando y transformándose de acuerdo a los cambios que se dan a nivel social, económico y político. En su momento, el primer “atentado” a la familia tradicional lo constituyó el divorcio, ¿cuántos matrimonios no se separaron para no contradecir el mandato familiar e ir en contra del modelo socialmente establecido como el correcto y el adecuado? Consecuencia de este patrón una generación como la de nuestros abuelos vivió en la infelicidad absoluta, golpes, malos tratos, infidelidad, todo se toleraba sin cuestionamiento alguno pero el divorcio no era una opción. Los divorciados eran socialmente condenados como hasta hace un tiempo los homosexuales, ¿cuántos sujetos nunca se animaron a declarar su condición por no ir en contra de “lo que debería ser”? Producto de ello accedieron a atarse a un matrimonio, hijos, etc. En defensa de la familia, se ha generado infelicidad de generación en generación que hoy en día carece de toda justificación y que en realidad nunca la tuvo.

La des-naturalización de la familia implica aceptar y romper con infinidad de preconceptos que se consideraban dados naturalmente. Socialmente se considera que la familia nuclear está constituida por padre, madre e hijos, a partir de la aprobación de la ley de matrimonio igualitario son infinitos la cantidad de debates que se han dado en la sociedad y una gran parte de la población, considera que no es “normal”, ¿qué significa “normal”? El hecho de repensar el concepto de familia como una construcción social e histórica al servicio de otros intereses económicos o políticos como por ejemplo mantener el orden social y perpetuarlo, implica romper con una noción profundamente arraigada que lo que genera, como se ve actualmente, es cierta inestabilidad como sociedad. Se podría considerar que hoy en día se está atravesando un proceso de transición, una especie de “crisis” que a la larga inevitablemente llevará a dejar de lado la concepción tradicionalista de familia y significará un gran avance a nivel social. No se puede olvidar que esta concepción rígida de lo que la familia es y significa generó también históricamente infinidad de conflictos, traumas, represiones de todo tipo, innumerables conflictos, como se ha ejemplificado con anterioridad, producto de atentar/coartar la libertad de los sujetos.

Las dimensiones políticas y económicas están siempre presentes en la idea de familia pero que no suelen tenerse en cuenta. Las relaciones de poder son inherentes a esta construcción social como así también a todo

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