La Familia Y Su Influencia En Los Valores Del Niño

El siguiente articulo fue elaborado en el 2010 por Sánchez y Oropeza y fue llamado, “efecto de una intervención conductual en la interacción familiar” en este se menciona que los padres son los promotores del desarrollo de sus hijos, además de que ellos mismos se van desarrollando. De esta forma van surgiendo una serie de factores en la familia (ejemplo: autoestima), donde es importante que haya un bienestar psicológico para cada uno de los miembros, para así enfrentar mejor las situaciones estresantes que se presentan en la vida. Este bienestar psicológico se relaciona con la calidad de las relaciones de apego entre los integrantes de una familia. De esta forma, los hijos desarrollarán diferentes grados de seguridad y de confianza en sí mismos y en los demás. Éstas son algunas razones por las cuales dentro de la familia debe existir afecto y apoyo incondicional para que haya un desarrollo psicológico sano en sus miembros.

Los valores que recibimos enseñados en el hogar dan los criterios para evaluar a las personas, a los sucesos y a uno mismo, además de condicionar la toma de decisiones de los seres humanos.

La familia muestra lo que se espera de cada uno de sus miembros, guiándose principalmente en las normas sociales. Los valores que se desea trasmitir a los hijos deberían ser aquellos que faciliten su desarrollo personal, como son la independencia, la autonomía, la libertad y la autorrealización. También se deberían difundir aquellos valores que faciliten las relaciones interpersonales como la cortesía, el respeto a los demás, la honradez y la tolerancia. Por último, también son necesarios aquellos valores que motivan a las personas a interesarse por su aprovechamiento escolar y laboral. Para que el niño adopte estos valores, estos sistemas de creencias y alcance un bienestar personal, es necesario que exista una comunicación abierta en la familia

Por otro lado, los problemas de comunicación entre padres e hijos generan un ambiente familiar negativo, y constituye uno de los factores de riesgo más estrechamente vinculado con problemas en el ámbito psicológico y social de los hijos. Entre estos problemas está la presencia de síntomas depresivos, ansiedad y estrés, problemas escolares, consumo de sustancias adictivas, actos antisociales, conductas delictivas y baja calidad de vida, entre otros.

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