La Iglesia es Comunión
Enviado por rary • 17 de Agosto de 2011 • Tesis • 969 Palabras (4 Páginas) • 830 Visitas
oknj La Iglesia es Comunión
¿ Quién tiene pues, la misión de evangelizar ? El Concilio Vaticano II ha dado una respuesta clara: "Incumbe a la Iglesia por mandato divino ir por todo el mundo y anunciar el Evangelio a toda criatura". Y en otro texto afirma: "La Iglesia entera es misionera, la obra de evangelización es un deber fundamental del Pueblo de Dios."
Cuando la Iglesia anuncia el reino de Dios y lo construye, ella se implanta en el corazón del mundo como signo instrumento de ese reino que está ya presente y que viene.
Evangelii Nuntiandi, 59
Toda la Iglesia está pues llamada a evangelizar y sin embargo en su seno tenemos que realizar diferentes tareas evangelizadoras. Esta diversidad de servicios en la unidad de la misma misión constituye la riqueza y la belleza de la evangelización.
Evangelii Nuntiandi, 66
Comunión misionera
. . . . La comunión con Jesús, de la cual deriva la comunión de los cristianos entre sí, es condición absolutamente indispensable para dar fruto: "Separados de mí no podéis hacer nada" (Jn 15, 5). . . La comunión y la misión están profundamente unidas entre sí, se compenetran y se implican mutuamente, hasta tal punto que la comunión representa a la vez la fuente y el fruto de la misión. . .
Christifideles Laici, 32
2.9 Todos los Bautizados están llamados a la Misión
Los fieles laicos, precisamente por ser miembros de la Iglesia, tienen la vocación y misión de ser anunciadores del Evangelio: son habilitados y comprometidos en esta tarea por los sacramentos de la iniciación cristiana y por los dones del Espíritu Santo. (33)
. . .Abrir de par en par las puertas a Cristo, acogerlo en el ámbito de la propia humanidad no es en absoluto una amenaza para el hombre, sino que es, más bien, el único camino a recorrer si se quiere reconocer al hombre en su entera verdad y exaltarlo en sus valores.
La síntesis vital entre el Evangelio y los deberes cotidianos de la vida que los fieles laicos sabrán plasmar, será el más espléndido y convincente testimonio de que, no el miedo, sino la búsqueda y la adhesión a Cristo son el factor determinante para que el hombre viva y crezca, y para que se configuren nuevos modos de vida más conformes a la dignidad humana.
¡El hombre es amado por Dios! Este es el sencillísimo y sorprendente anuncio del que la Iglesia es deudora respecto del hombre. La palabra y la vida de cada cristiano pueden y deben hacer resonar este anuncio: ¡Dios te ama, Cristo ha venido por ti; para ti Cristo es "el Camino, la Verdad, y la Vida!" (Jn 14, 6) (34)
Christifideles Laici, 33,34.
El Concilio Vaticano II ha confirmado esta tradición, poniendo de relieve el carácter misionero de todo el Pueblo de Dios, concretamente el apostolado de los laicos,(147) y subrayando la contribución específica que éstos están llamados a dar en la actividad misionera.(148) La necesidad de que todos los fieles compartan tal responsabilidad no es sólo cuestión
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