La Navajaaja De Ocan
Enviado por luisafersoto • 19 de Junio de 2012 • 2.198 Palabras (9 Páginas) • 416 Visitas
LA NAVAJA DE OCKHAM
La navaja de Occam (o de Ockham) es un principio de razonamiento formulado al final de la Edad Media, y conocido bajo varios nombres: principio de economía, principio de parsimonia o de simplicidad. Es atribuido al monje franciscano y filósofo Guillermo de Ockham, aunque era conocido antes de él.
En su formulación original del siglo XV, en latín, dice pluralitas non est ponenda sine necessitate, es decir que las cosas esenciales no se deben multiplicar sin necesidad.
En lenguaje moderno significa que no se deben multiplicar las causas, es decir las hipótesis en un razonamiento: Un raciocinio basado en premisas menos numerosas y más sencillas es más verosímil. Cuanto menos se supone, mejor.
El principio de parsimonia es pues la expresión del sentido común, y su aplicación no debería plantear problema. Sin embargo, los desacuerdos surgen a la hora de definir la noción de sencillez de una hipótesis. En efecto, los hábitos de pensamientos y las creencias determinan en gran medida lo que una persona está dispuesta a considerar sencillo.
Un ejemplo históricamente muy relevante: cuando se descubrieron fósiles cuyas edades superaban la edad de la Tierra determinada por la Iglesia a partir de datos de la Biblia:
¿Cuál era la hipótesis más sencilla entre las siguientes?
1. La Tierra es más antigua de lo que dice la Biblia; posiblemente tiene varios millones de años
2. Dios creó un mundo joven con la apariencia de un mundo muy antiguo (sembrando indicios de una larga historia, como la erosión de las montañas y los fósiles, para despistar a los librepensadores)
Hubo conservadores para defender la segunda opción, porque la existencia de un dios omnipotente no era parte de la hipótesis, sino un hecho indiscutible, y así la segunda hipótesis se queda virtualmente vacía.
Más generalmente, la creencia en un ser omnipotente y dispuesto a intervenir en los asuntos humanos y en la leyes del universo cuantas veces haga falta invalida por completo el principio de economía.
En el campo científico se dice que hay que favorecer la hipótesis más sencilla que explique las observaciones o que por lo menos sean compatibles con ellas.
Este principio es frecuentemente llevado mas lejos desde que se empezó a admitir que las leyes físicas eran escritas en el lenguaje de las matemáticas: la hipótesis más sencilla es "a priori" la que tiene una formulación matemática mas sencilla.
Por ejemplo la ley de la gravitación universal de Isaac Newton:
…es particularmente satisfactoria por la simplicidad de su formulación: con meras multiplicaciones y una división explica el movimiento de los cuerpos celestes. En su momento fue considerada inverosímil porque introducía la noción desconcertante de fuerza a distancia, mientras que las otras hipótesis se basaban en fuerzas por contacto.
Albert Einstein obtuvo su fórmula de equivalencia entre la masa y la energía
porque le pareció matemáticamente más sencillo que existiera una única expresión de una ley fundamental que abarcara simultáneamente la mecánica de los cuerpos y la física de los campos electromagnéticos. Aquí sencillez significa unicidad. Los físicos modernos que buscan La Gran Unificación, es decir unificar las fuerzas fundamentales siguen el mismo criterio.
M. Romero Schmidtke. La Navaja de Okham [Documento en Línea]. Disponible: http://enciclopedia.us.es/index.php/Navaja_de_Ockham [Consulta: 2010, mayo 28]
NAVAJA DE OCCAM
Pluralitas non est ponenda sine neccesitate o "la pluralidad no se debe postular sin necesidad". Éstas son las palabras del filósofo medieval inglés y monje franciscano, William de Ockham (aprox. 1235-1349). William, como muchos franciscanos fue un minimalista, idealizando la vida de pobreza, y como el mismo San Francisco, debatiendo con el Papa acerca del tema. Fue excomulgado por el Papa Juan XXII y le respondió escribiendo un tratado donde demostraba que el Papa era un hereje.
Lo que se conoce como la navaja de Ockham era un principio muy común en la filosofía medieval y no tuvo su origen con William de Ockham, pero debido al uso frecuente que éste le daba a dicho principio su nombre acabó inseparablemente ligado a él. Es poco probable que William hubiera imaginado lo que algunos de nosotros hemos hecho en su nombre. Por ejemplo, los ateos constantemente aplican la navaja de Ocham al argüir contra la existencia de Dios en campos donde Dios es una hipótesis innecesaria; podemos explicar todo sin tomar en cuenta el bagaje metafísico que supone un Ser Divino.
El uso del principio de la pluralidad innecesaria por parte de William ocurrió en debates acerca del equivalente medieval del psi. Por ejemplo, en el Libro II de su Comentario acerca de las Sentencias de Peter Abelard (Commentary on the Sentences of Peter Abelard) profundiza en la cuestión de "si un Ángel de alto rango conoce gracias a menos especies que uno de rango más bajo", usando el principio de la pluralidad innecesaria concluye que la respuesta es que sí. Además cita la idea de Aristóteles de que "entre más perfecta es una naturaleza requiere de menos medios para su funcionamiento". Este principio es usado por los ateos para rechazar la hipótesis del Dios Creador en favor de la evolución natural: si un Dios perfecto hubiese creado el Universo entonces tanto el Universo como sus componentes serían mucho más simples. Seguramente William no habría estado de acuerdo con esto. Sostuvo que la teología natural es imposible. La teología natural utiliza solamente la razón para entender a Dios, mientras que la teología revelada se basa en las revelaciones de las escrituras. De acuerdo a William la idea de Dios no se establece mediante la experiencia o el razonamiento evidentes; todo lo que sabemos de Dios lo sabemos a través de las revelaciones. Por tanto, el fundamento de toda la teología es la fe. Debe notarse que mientras otros podrían aplicar la navaja de Ockham para eliminar por completo el mundo espiritual, Ockham no aplicó el principio de parsimonia a artículos de fe. De haberlo hecho se pudo haber convertido en un sociniano como John Toland (Cristiandad no Misteriosa, 1696) y haber reducido la Trinidad a una Unidad y la naturaleza dual de Cristo a una naturaleza única.
William era un tanto minimalista en filosofía, abogando por el nominalismo en contra del realismo (más popular). Decía que los universales no tienen existencia fuera de la mente, que son sólo nombres que usamos para referirnos a grupos de individuos y a las propiedades de esos individuos. Los realistas afirman que no solamente existen objetos individuales y nuestros conceptos de ellos, sino que también
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