La Obra Literaria
Enviado por • 20 de Marzo de 2015 • 463 Palabras (2 Páginas) • 244 Visitas
La obra literaria
El impulso para la construcción literaria es la Poiesis (del griego: “creación” o “producción”). Platón la define como “la causa que convierte cualquier cosa que consideremos de no – ser a ser”. Heidegger le llama “alumbramiento”. Es decir, es todo proceso creativo.
Por tanto, apunta a la:
“fascinación provocada en el momento en que, mediante múltiples fenómenos asociativos aportados por la percepción, los distintos elementos de un conjunto se interrelacionan e integran para generar una entidad nueva, denominada estética”.
En la obra estética literaria, la palabra es la materia prima y fundamental para comunicar ficción.
Así como se utiliza el lenguaje como “instrumento” para hacer referencia a nuestra realidad (real), también lo utilizamos como “material” para construir un mundo ficticio que sólo existirá “con” y “en” la palabra.
En el lenguaje literario, la configuración representativa del signo es ilimitada y repleta de connotaciones, es decir, es plurisignificativo, pleno de relaciones conceptuales, imaginativas, rítmicas, etc., que funde la palabra con los demás elementos de su contexto verbal; la obra literaria es una estructura en la que todos sus elementos están relacionados, y la palabra sólo adquiere su valor integrada en esta unidad.
En el lenguaje utilizado como instrumento comunicativo, por el contrario, el carácter connotativo es sustituido por el denotativo, o sea, el signo lingüístico tiende a una relación directa entre significado y significante, nos remite directamente a la cosa designada, evitando ambigüedades de cualquier tipo.
Pareciera que el lenguaje literario no se distingue del lenguaje cotidiano, pero no es así. En la forma de hablar coloquial sólo importa el significado, no el significante, mientras que en el lenguaje literario el significante es fundamental para, la musicalidad y la multiplicidad de sentidos.
En el proceso de construcción literaria, la realidad creada no puede dejar de lado las características propias del material con que trabaja: el lenguaje. De ahí que todo autor, al crear elementos de su mundo ficticio (diégesis) puedan funcionar: un emisor(ficticio) y un receptor (ficticio).
Esta es la diferencia con un texto no literario, en el cual el lenguaje es sólo una “herramienta” para hacer referencia a una realidad concreta, real (objetiva o subjetiva: ensayo, ciencia, información, etc.) Si la calidad del texto posee una “gran calidad artística” poseerá un fuerte “valor literario”, pero no será obra literaria en sentido estricto.
Pero la obra literaria no nace de la nada: es producto de un autor, en una época determinada. Y además, sólo se completa cuando es leída, fundida con el pensamiento de quien la recibe.
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